18 muertes por día
Ante la contundencia del informe, las expresiones del gobernador se quedaron cortas, como también se quedaron cortas las acciones. Noticel informó que «a pesar de reconocer que hubo otras entidades y áreas del gobierno involucradas en el conteo de muertes por María, el gobernador asumió total responsabilidad por los errores en esta situación, a once meses del paso del ciclón”. El señor gobernador pone demasiada distancia entre él y las agencias que él dirige y el fracaso en la respuesta del gobierno al impacto del Huracán María. La pobre respuesta del gobierno central y las acciones erráticas de sus agencias son responsabilidad directa del gobernador. También es la responsabilidad del gobernador la decisión de colaborar con el gobierno federal y negar la emergencia que se vivió en Puerto Rico. Él dio las instrucciones a todas las agencias durante esos meses, o por lo menos así se nos hizo creer.
Con mucho respeto y consciente de que realmente no estoy hablando de números sino de seres humanas y humanos, quiero resaltar los números en este escrito. Si utilizamos el número de 3,000, y contamos desde septiembre 20 hasta febrero tenemos 162 días. Podemos decir que en ese periodo murió un promedio de 18 personas diarias. Por 5 meses después del huracán María estuvieron muriendo personas a un promedio de 18 personas diarias. Tomemos un minuto para absorber este dato.
El día que el gobierno decidió no utilizar la ayuda del American Public Power Association para comenzar a restaurar la electricidad murieron 18 personas, el próximo día también murieron 18 personas, y también el otro.
Murieron 18 personas el día que decidieron otorgarle la responsabilidad de restaurar la electricidad a Whitefish.
Whitefish tardó 3 semanas, (21 días) en llegar a Puerto Rico. En las tres semanas que se tardaron en llegar a Puerto Rico murieron 378 personas, 18 personas por día.
El 3 de octubre, día de la visita del presidente Trump a Puerto Rico, ya habían muerto 252 personas, 18 personas por día.
Ese mismo día tanto el gobernador Rosselló como el presidente Trump se sacaron un selfie, se felicitaron mutuamente y le dijeron al mundo que solo habían muerto 16 personas. El gobernador sabía que eran más, por eso aclaró en voz baja “muertes certificadas”. No eran 16 muertes, eran 252.
El 10 de octubre el secretario de Asuntos Públicos de La Fortaleza, Ramón Rosario Cortés, anunció que la cifra oficial subió a 43 muertos. FALSO, la verdadera cifra estaba alrededor de las 378 personas, partiendo de un promedio de 18 personas por día.
Cada día que se detuvieron generadores y provisiones en los puertos porque se intentó cobrar impuestos a los donativos, murieron 18 personas.
Cada uno de los días en que las brigadas para reponer la electricidad pararon de trabajar porque no se les proveyeron materiales murieron 18 personas.
El 14 de octubre el gobernador Ricardo Rosselló afirmó que la cifra oficial de muertes era de 48 muertos. FALSO la verdadera cifra estaba alrededor de las 450 personas, un promedio de 18 personas por día.
El 18 de octubre, un mes después del huracán, fue que el secretario de salud, Rafael Rodríguez Mercado, emitió una Orden Administrativa para que se inspeccionaran los hospitales cada 72 horas. Ya habían muerto 522 personas.
Cada uno de los días en los que se negó que había un brote de leptospirosis morían 18 personas. Algunas y algunos de ellos, posiblemente de leptospirosis.
El 9 de diciembre el Departamento de Seguridad Pública confirmó a los medios que la nueva cifra oficial eran 64 muertes. FALSO, la verdadera cifra ya estaba alrededor de 1,458 personas, un promedio de 18 personas por día. Cabe señalar que la persona a cargo del Departamento de Seguridad, el señor Pesquera, es el mismo que el gobernador designa para diseñar los protocolos para futuras emergencias.
El día que se diseñaron los requisitos absurdos para obtener el referido al barco-hospital murieron 18 personas. Esa decisión costó vidas.
El 18 de diciembre el gobernador Rosselló ordena al Registro Demográfico y al Departamento de Seguridad Pública revisar todas las muertes reportadas desde el azote del huracán María. Ya habían muerto 1620 seres humanxs, aproximadamente. El informe de George Washington solo incluye datos hasta el final de febrero. Tal vez nunca sepamos cuántxs más murieron en marzo, abril y mayo cuando todavía había tanta inestabilidad en la infraestructura y tanta ausencia de servicios esenciales.
18 personas diarias, un número aterrador y mientras seguían muriendo, desaparecían vagones con provisiones y alimentos, que se pudrieron o expiraron en algún sitio lejano de donde los necesitaban. O a lo mejor cerca, pero con candado. Cada vez que vimos alguna conferencia de prensa gubernamental, y las caras sobrias de dizque hombres de gobierno, tranquilos, serenos, expresiones indoloras, ausente de angustia asegurando que todo estaba bajo control, que se habían implementado los protocolos de emergencia, que las provisiones y alimentos estaban llegando a sus destinos. Mucho, sino todo, era mentira. Nosotras y nosotros pagamos el precio de su ineptitud y despreocupación. Lo pagamos caro. Nos costó la vida de 18 personas cada día, 18 vecinas o vecinos, padres o madres de alguien, vecinos o amigas de alguien, sobrinas, hijos o primos de alguien. 18 personas diarias hermanas y hermanos de todxs nosotrxs. Dieciocho.