Alejandra Pizarnik construía su correspondencia con su amante como si fuera una ensambladora, utilizando tarjetas que organizaban un sentido totalizante. A través de la repetición de nombres y tréboles, creaba un espejo par que dividía la hoja rectangular del cartón. En sus cartas, citaba a Rimbaud y retomaba a Mallarmé, refiriéndose a la poesía como una partitura musical matemática. En «Reminiscencias,» poetizaba los números, insistiendo en su sustrato numérico. Mariana Di Ció, que recopiló su correspondencia, destaca su enfoque en el cuerpo y la lengua como herramientas tenaces. Pizarnik, marcada por la muerte del «yo» poético, refleja la esencia trágicamente moderna de la carencia. Su obra, independiente de la realidad, revela su angustia frente a la forma y la escritura como un abrazo matemático.
Este texto conecta con la discusión anterior sobre la obra de Alejandra Pizarnik, destacando su enfoque en el lenguaje, la matemática y la búsqueda constante de significado en su correspondencia y poesía. La referencia a Rimbaud y Mallarmé subraya su conexión con la tradición poética y la modernidad. Pizarnik, al escribir con el cuerpo, crea un universo poético independiente de la realidad, explorando la esencia trágica de la carencia en la era moderna. La conexión entre la correspondencia y la poesía revela la coherencia de su enfoque a lo largo de diferentes formas de expresión.