A Chile
“Nos golpeaban con los puños envueltos en toallas mojadas, de esta manera los golpes no dejaban marcas, pero te molían por dentro.”
Cuando pronunció estas palabras se le cortó la voz. Todavía hoy se le hace difícil compartir esos recuerdos, aunque han pasado más de treinta años desde que fue arrestado y torturado por la CNI (Central Nacional de Informaciones), organismo represivo sucesor de la DINA de Pinochet, en 1979.
Converso con Elías Adasme, artista chileno exiliado en Puerto Rico desde 1983 y cuya obra se exhibe actualmente en el Museo de Arte Contemporáneo de Chile. La misma, forma parte de la exposición titulada Chile años 70 y 80, memoria y experimentalidad, la cual pretende rescatar del olvido un conjunto de obras experimentales realizadas durante la época de la dictadura de Augusto Pinochet, en ocasión del Bicentenario de la República de Chile.
Tras esta experiencia de cárcel y tortura, el artista radicalizó su obra, traducida en un trabajo conceptual que tituló Situaciones de arte. La obra consistió de una secuencia fotográfica impresa que dramatizaba la violenta represión a la cual fue sometido acompañada del siguiente texto: “Asumo las relaciones espacio-tiempo de los siguientes lugares — entre el 1 y el 9 de mayo 79 — como situaciones de arte: 3ra Comisaría, 21ra Comisaría, Tribunales de justicia, Penitenciaría de Santiago.”, lugares donde fue llevado tras su detención en Santiago. Luego de repartir esta hoja suelta en galerías, museos, centros culturales, escuelas, talleres de arte y universidades, Adasme fue expulsado de la Universidad de Chile, institución donde estudiaba.
Previo a estos acontecimientos, Adasme, junto a otros artistas, estudiantes y profesores expulsados o inconformes con la universidad, se habían refugiado en el Taller de Artes Visuales Bellavista (TAV), taller de artes gráficas fundado poco después del golpe militar de 1973, con fondos de la solidaridad internacional y, sobre todo, con el apoyo de artistas e instituciones culturales francesas. Allí, Elías experimentó con la gráfica y la fotografía desarrollando una obra que –desde 1978 a 1983– le dio una basta trayectoria internacional, con exhibiciones en países de América Latina y Europa. Además, su interés en los movimientos de vanguardia, buscando una manera de realizar una obra contestataria a la situación que se vivía, lo llevó a explorar la performance como medio de expresión, transformando su propio cuerpo en metáfora de la geografía chilena.
Entre 1979 y 1980 Adasme trabaja entonces su proyecto A Chile. El mismo consistió en cinco acciones de arte realizadas en la ciudad de Santiago. Dejemos que el propio artista nos describa la naturaleza y el propósito de estas acciones documentadas en cinco paneles fotográficos:
“El primer panel, Intervención corporal de un espacio privado muestra la intervención corporal del cuarto del artista como representativo del ultraje a la vida privada. En el segundo, Intervención corporal de un espacio público, la misma intervención apunta a la represión pública y manifiesta del régimen en los lugares de tránsito colectivo. En el tercero, Intervención corporal de una geografía íntima, se enfatiza a través de la desnudez, la denuncia de la tortura, las ejecuciones y las desapariciones. El cuarto panel, Intervención corporal por una esperanza, resume las aspiraciones de todo un pueblo en lograr una salida a esa situación, a través del Chile que deja de ser un simple trazado en un mapa y que, aún desde el dolor, se pone de frente y de pie, encarando un futuro esperanzador.”
La quinta acción de arte consistió en pasquinar la ciudad con un afiche que contenía las fotografías documentales de las acciones anteriores. Adasme, junto a un equipo de artistas “cómplices” registraron el tiempo que duraron los afiches pegados en los muros antes de ser removidos. Sobre esta última intervención el artista comenta: “El quinto panel muestra de manera muy escueta las labores de difusión del poster conteniendo las cuatro fotografías, en algunos sectores urbanos y su tiempo de permanencia en dichos lugares. Es interesante notar que donde más se mantuvo en exhibición fue en algunas vitrinas de las “librerías de viejo” de la calle San Diego, reconocido y tradicional sitio de intercambio cultural del Gran Santiago, ya que los libreros lo escondían al venir la policía y lo volvían a poner cuando ésta se marchaba. En los sectores de población acomodada, que obviamente apoyaban al régimen, el poster sólo duraba algunos minutos”.
No es dificil imaginar el riesgo que asumía el artista al ejecutar estas acciones en el espacio público, con el agravante de usar su propio cuerpo como protagonista de unas fotos en donde su rostro se muestra con claridad. Sobre estas intervenciones urbanas dice el autor:
“Dadas las circunstancias, algunas de ellas se tradujeron en intensos momentos de riesgo, con el tiempo necesario sólo para tomar el registro fotográfico y luego desaparecer de la escena, para evitar ser arrestado.”
Una anécdota que cuenta el artista ilustra muy bien las tensiones vividas durante la ejecución de estas arriesgadas intervenciones urbanas. Para realizar la pieza Intervención corporal de un espacio público, Adasme se hace colgar del rótulo de una estación del metro de Santiago llamada Salvador, amarrado de los tobillos, con el torso desnudo y junto a un mapa de Chile. Justo en el momento en que le tomaban la fotografía documental, aparecieron desde el interior de la estación, un grupo de cadetes del ejército que se detuvieron a observar a Elías colgando y vestido tan sólo con unos mahones. Súbitamente uno de los cadetes comentó en voz alta: ¡Ah, esto debe ser una campaña publicitaria de una marca de jeans! La explicación fue suficiente para que los militares continuaran camino dejando ileso y aliviado al sorprendido artista y su equipo.
La documentación fotográfica de la obra A Chile fue expuesta en la XII Bienal de París de 1982, pero nunca al interior del país. Como era de esperarse, las instituciones culturales gubernamentales chilenas ignoraron completamente el trabajo. No así el aparato represivo del régimen que fue apretando el cerco en torno al rebelde artista. En el año 83, luego de cuatro arrestos y amenazas de muerte, Elías Adasme decide exiliarse aprovechando una invitación de la Bienal del Grabado de San Juan, para asistir a los actos de inauguración de la muestra en donde exhibirían una gráfica de su autoría. La carta oficial del Instituto de Cultura Puertorriqueña le sirvió de salvoconducto para obtener una visa en la embajada estadounidense. En sus propias palabras: “A esa instancia y a este país, le agradezco el haber sobrevivido al criminal régimen pinochetista.”
Desde entonces, Adasme reside y trabaja en Puerto Rico, enriqueciendo con su obra el panorama artístico de las artes puertorriqueñas. Desde aquí ha desarrollado múltiples proyectos artísticos de avanzada, con repercusión internacional. Ha experimentando con gráfica digital, Internet, instalaciones, video, performance, intervenciones urbanas y arte correo. En este último renglón es considerado pionero en Puerto Rico inaugurando la primera muestra de arte-correo en la Liga de Arte de San Juan, 1999. El 28 de agosto del año 2000, Elías Adasme se unió al grupo de artistas puertorriqueños que entró a los terrenos viequenses usurpados por la Marina como parte del movimiento de desobediencia civil por la paz de Vieques. Con este acto de solidaridad, Adasme puso en riesgo su estatus de residente extranjero en la isla, demostrando su amor por Puerto Rico y su constante compromiso social y político que trasciende fronteras.