A Fantastic Woman: transformación
Su visita a la clínica se complica: es evidente que Marina es una persona que ha hecho la transición de hombre a mujer. Por ese solo hecho, se sospecha que hay algún tipo de acción ilegal, de violencia contra Orlando, cometida por ella. Por ese motivo, la policía la persigue y la acosa; además, la familia de Orlando, burgueses tradicionalistas, violan su privacidad y sus derechos y recurren a situaciones violentas que quiebran la tranquilidad de quien, según vemos, es un ser íntegro como cualquier otro, y tiene sus sentimientos y sus acciones no son reprochables.
Marina estaba comenzando a mover sus pertenencias al departamento de Orlando y, este vivía feliz con su nueva compañera. A pesar de los años que los separan, su deseo es estar con ella y gozar la vida que antes nunca tuvo. Además, vemos que su hijo y su exesposa no entienden que el amor que existe entre ellos es genuino y que va más allá de las barreras impuestas por los accidentes biológicos a los que ha estado expuesta Marina.
La reacción de la familia de Orlando contra Marina es un compendio de las reacciones burguesas contra asuntos que atentan en sus imaginarios contra las reglas de “normalidad” y “moralidad”. El guión de Sebastián Lelio y Gonzalo Maza logra atender los asuntos sociales del tema sin recurrir a sermones ni manifiestos moralistas. De hecho, tampoco tratan a la audiencia como si fueran ignorantes o conocedores del tema y de sus vertientes populares. Más bien nos presentan el problema desde el punto de vista de Marina y de los que la comprenden, sin tomar partido de a quién defender. Eso es uno de los aspectos más refrescantes de este filme, que no se detiene a hacernos sentir culpables de los prejuicios de otros. En cambio, por la actitud de Marina y los que la han aceptado, vamos entendiendo que la vida es un viaje de aceptación de los que son distintos y diferentes. Es una lección que todos debemos aprender y practicar.
Sobresalen el tono ecuánime del filme y su suavidad expresiva. Ese tono, en lo que a veces resulta ser un poco lento en su desarrollo, nos permite pensar por nosotros mismos sin sentirnos forzados a tomar un bando por pena o por lástima. La actitud de tranquilidad y paciencia la permite la capacidad de la actuación de la actriz transgénero Daniela Vega, una actriz que comenzó su vida como Daniel Vega. Como la Marina del filme, Vega es una cantante lírica que ha tenido mucha fama en Chile, de donde es oriunda. Por sus dotes actorales y su voz, Sebastián Leilo, el director de esa cinta, le ofreció el papel principal. Es casi imposible pensar en la película sin la presencia de Vega quien por momentos es feroz, pero que muestra su lado tierno cuando la situación lo exige.
Leilo ha demostrado su capacidad para trabajar con temas en que la mujer se manifiesta como dueña de su entorno y en control de su suerte. Aunque no fue de mi total aceptación, debemos recordar “Gloria” de 2013. Este filme es mejor que aquel y trata un tema que debemos de entender para poder vivir mejor en el siglo XXI pensando (siempre) en el bien de todos.