Altar, docu-drama, descarga en «The Essential Hits of Shorty Bon Bon» de Willie Perdomo
LIKE BREAD
What we remember to leave
Behind & forget: the dead
Survived in whisper, names
Added to a list. So many
Stones shaped into stories,
Hearts broken over bread.
To find word for what is lost
Requires falling, a brilliant
wondering where next to tell
Our tales, what accounts can
We place in the ledger when
All we have left are the pieces. (xiii)
Un libro de poesía es bueno cuando es muchas cosas a la vez, más allá de tradiciones de lectura, escritura, idiomas, temas. Pero no todo lector puede decodificar la totalidad de mundos que enmaraña un libro, sobre todo si es producto de un poeta de experiencia cultural múltiple. Más allá de las tribus literarias, la escritura latina en Estados Unidos está escalando montañas que habían sido inasibles (pero no siempre, ahí la experiencia de William Carlos Williams). El libro del narrador dominicano Junot Díaz, The Brief Wondrous Live of Oscar Wao es considerado, según publican los medios digitales, el mejor libro del Siglo XXI hasta la fecha. Asimismo, el puertorriqueño Willie Perdomo ha sido nominado para recibir el National Book Critics Circle Award en la categoría de poesía, por su más reciente libro titulado The Essential Hits of Shorty Bon Bon (New York: Penguin Books, 2014). Por ahora, podemos celebrar con el poeta criado en Spanish Harlem haber entrado a la lista de finalistas, que se recortará el próximo 11 de marzo de 2015, cuando se anunciarán los ganadores definitivos en una ceremonia pública en The New School de la ciudad de Nueva York a las seis de la tarde.
Me pregunto cómo se traduce hoy día la experiencia muticultural en los Estados Unidos, país de inmigrantes que trabajosamente se ha visto en el espejo para reconocer su riqueza. Recuerdo una conversación con Perdomo hace unos cuantos años, cuando me decía que estaba buscando alejarse de la coloquialidad y de los lugares comunes de quien escribe la puertorriqueñidad o la latinidad desde los Estados Unidos. No que estuviera mal lo que han hecho escritores latinos (nuyoricans, chicanos y demás) que abrieron la esfera pública estadounidense a otras voces, y otras lenguas, al “code-switching”, a otras sensibilidades y otros paisajes, otras experiencias, pero igual que los escritores del Crack y McOndo, quienes buscan alejarse hoy de la percibida obligatoriedad de lo fantástico, las historias rurales, las grandes revisiones históricas, la atención a los problemas políticos del continente vistos de forma generalizada, todos enfoques que los medios impusieron con la mirada al Boom Latinoamericano, igual una nueva generación de escritores puertorriqueños desde Estados Unidos busca separarse de quienes les abrieron camino, a quienes estudian, respetan, citan (Piri Thomas, Pedro Pietri, Tato Laviera, y también Palés Matos, el guajano Marcos Rodríguez Frese, y la Beat Generation, por ejemplo), puesto que de lo que se trata es de la búsqueda de caminos propios. Por eso sorprendió mi ingenuidad el título de este nuevo libro, que alude a Pedro Perdomo, tío de Willie, a quien nunca conoció. El tío, llamado en su ambiente “Cortijito”, tocó percusión en grabaciones en vivo en los álbumes de descarga salsera de Charlie Palmieri titulados La Cesta All Stars, Vol. 1 (1975) y la Cesta All Stars Salsa Festival, Vol. 2 (1976), según explica el poemario en su prefacio.
Digo que sorprendió mi ingenuidad el título y las primeras dos lecturas del libro (voy como por la quinta), puesto que lo que prueba esta joya, escrito casi completamente en inglés, siguiendo el ritmo de la descarga percusiva (y me confiesa Wille, los acentos del soneto), es que el ritmo y los acentos no están peleados con, sino que hacen la mejor poesía, la que más vuelo tiene. Lo que trato de explicar es que no hay por qué distinguir el performance oral —“spoken Word” y Lloréns Torres declamando sus décimas por la radio— de la poesía escrita para ser leída como criterios excluyentes al momento de determinar qué es buena poesía. Este poemario lo prueba. Le pregunto a Perdomo en entrevista corta, realizada por teléfono el 3 de febrero de este año, sobre continuidades y rupturas que él entienda se plantean en la forma y los temas de este libro con la tradición de poetas puertorriqueños y latinos en Estados Unidos. Su respuesta: “The poems don’t rely solely on autobiographical material. They inhabit more than one voice. Part of the challenge was the combination and interaction of the voices, the attempt to make them distinct. The book consciously tries to appropriate a certain amount of short lyric. It’s also structured like a jam session that reads like a condensed novel. How do we tell a story about the Puerto Rican experience in the diaspora without fragmentation? I was trying to play with a classic form—the sonnet. Some poems in the book follow the sonnet structure even though they don’t utilize iambic pentameter”.
Se trata de una historia de vida, sin embargo. Tiene prefacio y notas que contextualizan la narrativa que se cuenta. Es además un LP, pero también un documental, en el que el poeta entrevista al músico (al fantasma del músico), quien le responde llamándolo con el vocativo “poeta” y le da lecciones para estar—siempre efímeramente, la vida huye—bajo bambalinas. En la segunda parte, el fantasma que protagoniza el libro, el tío Shorty, dialoga con su objeto del deseo, su Beatrice, su Laura, quien a su vez responde por medio de cartas, puesto que, según aclara Perdomo, es importante para la concepción del libro que la mujer no está construida solo a partir de la voz del poeta, sino que ella tiene sus parlamentos, tiene una postura, una versión propia de las cosas.
Entonces, uno de los aspectos que hacen del libro una descarga es éste: las tres voces, la del poeta, la de Shorty, la de Rose, proponen variaciones de una melodía, para contribuir en conjunto al arreglo final. Sobre estas voces me contó: “The book is about writing as much as it is about music. The unidentified Poet tries to write the same poem, ‘The Birth of Shorty Bon Bon’ over and over and over again, so the book highlights the artistic pursuit. Everybody in the book (especially the Poet) attempts to get it right and that process never stops because the poem is never finished”.
El libro también es un altar. Se propone recordar la efímera vida de un ancestro, tratar de componer su existencia a partir de los escombros que quedan luego de que somos sepultados bajo el mármol. La lección que da Palmieri a Perdomo el tío, también la aprende el poeta, la aprendo yo. Esto no es un ensayo. No hay oportunidad para ensayar. Somos esclavos de la vida. No hay tiempo para pestañear ni para pedir permiso o favores divinos. Lo que hay que saber es escuchar. Lo que hay que hacer es permitirnos brincar al ruedo con nuestra versión de la melodía, con nuestra aportación al soneo, cuando sea el momento justo. Eso se sabe porque se siente. Solo se pausa cuando el corazón se detiene.
Palmieri points his first finger
Straight at my heart & says,
You—Shorty bon bon blen
Blen bip bap—don’t squeeze
Too hard, this ain’t rehearsal.
Don’t go promoting half-truth
–Reap assassin-like. Pretend
Your neck is cuffed & booked;
Sold, then shipped. Play lyric,
Not ink. Do thread, no pocket.
Go reel-to-reel doublé-muscle:
Cuero y alma. Don’t ask for a
Thing, don’t flinch—stop only
In heart stops & when you feel
Like it’s on the money—jump. (3)
Sobre los ancestros, en palabras del autor: “The ancestors loom over the soul of the narrative. I always wondered about that night my uncle was able to exhibit his talent. Factually, he did not take his talent far, but how do you measure distance against the singular momento? Writing the book was like continuing his journey. If I could write a letter to my uncle, the book would be the letter. My uncle, whom I never met, rented a lot of space in my imagination and memory. This was my way to communicate with his ghost. Poets write about the unknown and the unknown is death. So one of the problems was confronting what we call death. Shorty is an outlaw. He doesn’t go for the easy sale. He seems to be fearless in the face of death”.
En la salsa tal vez los caribeños encontramos un principio rector para la vida. No se trata de que usted sepa bailar o no, o que haya preferido el rock a la los ritmos latinos. Se trata de aprender un principio, un modo, puesto que la salsa es un procedimiento, según los expertos (Léase, entre otros, Salsa, sabor y control de Ángel Luis Quintero). La salsa es la pega (If you want to argue/why, we keep pointing/ to salsa for glue, for true/ federation, check out the/ kingdom hall of dance, everyone/ yelling yes yes yes, no one shooting back… 5) que nos deja caminar en desaliñada armonía por la vida, puesto que en un soneo cada cual aporta, sale un producto grupal, pero la libertad para entrar y salir es de cada cual. Lo importante es saber escuchar, como dice claramente la primera parte del libro. “How I came to my name” cuenta las veces y los modos en que el poeta escucha para aprender. Lo dice el epígrafe de Marcos Rodríguez Frese –otro ancestro– “Listen, first of all”. Escuchar la historia de cómo los otros se han hecho de un nombre me ayuda a encontrar mi nombre. Este se encuentra luego de múltiples intentos. Se sigue tratando hasta que no queda tiempo. Por eso Shorty Bon Bon sigue naciendo toda la primera parte.Se encuentra el nombre, se nace, en un diálogo con los ancestros. El rumbero le explica al escritor. El escritor aprende.
START FROM THE END GOING TOWARDS THE END
What I remember between first & last track
I show I replied to vice-sweet pretty boys.
About my schooling, my training, how to cop
These wicked skips, open slaps, doublé-time:
What could I say but point to my ears, Poet?
From hook-to-lug, stave-to-skin, rim-to-head,
The fires were sweet, the grooves waterproof.
I smoked bottom off barrel & brim off bucket.
The catalog I sampled tread a line of aunts &
Uncles—all dead to the bone. Never paid for
Class, never signed up for fancy, but I always,
I always listened when the gods came to sit in. (9)
Cuando le pregunto por su proceso de escritura cuenta que escribió durante tres años. El último año fue el más intenso. “I knew that Shortys’s poems would relay his apprenticeship, his artistic birth, coded in a language that was specific to musicians. The Poet’s voice is more direct. Rose’s voice was a challenge. Most love poems are about “el amor verdadero”, in singular terms. We never hear from the object of love. We never hear the beloved respond. The letters that Rose writes, they are an answer to Shorty’s romanticism. They are stong answers, I think”. Me contó que su proceso de edición fue buscar que cada voz fuera consistente. “It’s as if you were rehearsing with musicians in a band: Cada uno alimenta al otro en tono, experimentación. Así el poemario salió como una conversación… Una descarga”.
Tal vez los fantasmas que nos acosan con más insistencia son los de los diálogos amorosos en los que hemos participado y los de los lugares de la niñez—no quiero decir patria, porque hablo de experiencias reales e imaginarias y patrias pueden ser muchas, mutantes incluso. Así, las siguientes dos partes del libro hacen precisamente eso. Conversan con el objeto de deseo, en “To be With You” y con el lugar de los afectos en “Fracture, Flow”. En la primera de estas partes la voz de Rose canta un blues de seducción que no termina. Es como un canto de sirena. La voz de Shorty le declara su amor y ella responde tratando de atraparlo con su voz, pero son voces sordas que no se escuchan. A él lo llaman sus ancestros y, contrario a Ulíses, a quien sus muertos conminan a regresar a casa, a Shorty los muertos lo sacan a la intemperie. Rose se va. Confiesa no tener manos para construir. Puerto Rico, por su parte, es el lugar al que se regresa para ser enterrado, para convertirse uno, a su vez, en ancestro de alguien, en otro fantasma para ese paisaje. El poeta escucha, revisa afectos propios y ajenos, hasta que finalmente aprende; se sube al escenario y canta su fantasmal canción que es, además, divertida e intraducible:
5. Conjugation Games
Now remember: your conjugation game
Needs to be tight. It’s true: Puerto Ricans
Love for free & coquís are almost extinct.
When the set opens remember how Albizu
Blasted yanqui go home with that me cago
En la madre que te parió, cabrón. Center
Stage & make ceiling retreat. Break history
In positive spin cycles, flip it so dictionaries
Can’t catch up—whip out your chain gang
Hum, antifreeze epic over here & then over
There. Go with your nerves; each finger-snap
A World, each world a last set. Play ghosts
Their funny kind of music lost in translation.
Le pregunto a Willie por los diferentes lectores a los que se abre este libro y me responde: “The one thing I stopped thinking about was the monolithic reader for these poems. I stopped thinking about what we consider an audience. My primary audience was my uncle, and the reader’s curiosity would take it from there. There are little nods in the book to other poems and poets. There is a wide lineage that informs the stylistic and contextualized nuances in the book. In the very last poem in the series, ‘Fracture, Flow’, Shorty Bon Bon never tells you his name. The reader is able to participate. You can fill in the blank with your name and become a participant in the quest for freedom. Se refiere al poema “Shorty Bon Bon’s Freedom Song”, donde pone un blanco para que cada cual diga su nombre: “To make an honest living my name is / _______________ but my friends call me Shorty / I ain’t selling drugs I’m selling freedom” (44).
Este libro es el tercero de Perdomo, quien ya ha recibido varios premios por su trabajo anterior. Where a Nickel Cost a Dime fue finalista del premio al primer libro que otorga la Sociedad de Poetas de América bajo el nombre de Norma Farber. Su segundo libro titulado Smoking Lovely, ganó el premio Beyond Margins del PEN. Le pregunto qué pensó al recibir la noticia de esta nominación. Me cuenta: “I teach at a boarding school in New Hampshire [Phillip Exeter Academy] and part of my job is to do dorm duty. I was on dorm duty when I found out, so I was very surprised. I was happy for the book. I could feel a kind of lightness, because I could see the book’s journey”. Enterarse de la nominación para este premio le permitió cerrar capítulo, soltarlo y pasar a un nuevo proyecto. Le pregunto de qué trata. Me dice que no. Todavía es solo una idea, pero hay un nuevo proyecto. Es que hay que seguir hasta que el corazón pare.