A pesar de su tendencia a colocar las esencias antes de las confusas existencias, me gustan las aspiraciones pluriculturalistas de Maalouf. Aprecio su reticencia a la jerarquización de identidades justipreciadas.
A pesar de su tendencia a colocar las esencias antes de las confusas existencias, me gustan las aspiraciones pluriculturalistas de Maalouf. Aprecio su reticencia a la jerarquización de identidades justipreciadas.
Ante este embate sistemático en el cual la economía es el método, pero el objetivo es el alma, hay que practicar la solidaridad como si fuera una religión (para Leonardo Boff es la única que existe).
Quizás la mejor ética esté aun por hacerse: desde la indefensión de la víctima y no desde la potencia y el ánimo del actuante. Ante la atrocidad no podemos recuperar nuestra inocencia colectiva buscando y matando al malo.
Parecería que ni las mujeres ni los hombres cuidadores damos abasto. Y en este estado de situación en el que tenemos asignaturas de vital importancia pendientes, nos amenazan con comprometer nuestras menguadas energías vitales.
Aún no deja de sorprenderme cuán pocas cosas de nuestra vida cotidiana apalabramos. Cuántas de nuestras ausencias pasan aparentemente desapercibidas hasta que ya no podemos recordarlas bien porque el lugar donde existieron se desdibujó de la memoria colectiva.
Hablar entre nosotros nos hace una falta enorme: para fortalecer lazos, construir solidaridades, cultivar confianzas, catar caracteres y afinar estrategias ante amenazas crecientes y comunes.
Miro la foto de Jesús y no tengo escapatoria a la tristeza. Me reservo el gesto retórico para algún día lectivo. Para otros Jesús en mi camino. Para sus sonrisas.
Poesía para el pobre, poesía necesaria como el pan de cada día, como el aire que exigimos trece veces por minuto, para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica. Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos […]
Soñamos con escapar la tiranía de sufrir y remediar hoy lo que otros, quizás nosotros mismos, no logramos prevenir. Entre nuestras tareas está discutir entre todos, paso a paso, cómo construir el presente que nos asegure un futuro sin víctimas ni victimarios.
I. Un hombre y un cartel Un hombre se levanta temprano y al abrir su negocio coloca diligentemente un cartel en el escaparate. No lo piensa, ni se detiene a mirarlo. Probablemente olvidó lo que dice. No importa, sabe que […]