Falta mucho más para fomentar una robusta fibra comunitaria y proteger a quienes de buena fe han creído en la ciudad, y apostado a tener un cantito del Viejo San Juan de forma responsable.
Falta mucho más para fomentar una robusta fibra comunitaria y proteger a quienes de buena fe han creído en la ciudad, y apostado a tener un cantito del Viejo San Juan de forma responsable.
La verdad es que el ambiente allí, en Bad Bunny, quien señaló que: el “cierre de escuelas es una asquerosidad” es mucho mejor de lo que uno ve en una vista de la Legislatura de Puerto Rico o hasta en un Diner en Blanc de esos en Condado.
Nuestra juventud, tan talentosa como la que participó en esa marcha, se está matando entre sí con la facilidad con la que se prende un fósforo. Son niños con ametralladoras los que se ordenan a velar cientos de puntos de drogas del país.
Hace poco, ANTES de María, la Policía no tenía ni gasolina para sus patrullas, no había helicópteros médicos, los municipios no tenían para recoger la basura. Si la ineficiencia nos mata, imaginen que no haya ni para responder.
Además de que el Instituto de Estadística nunca ha contado con la asignación presupuestaria que merece, ha tenido que luchar contra una cultura en la que los números se tratan como cachivaches.
El no pensar se ha vuelto una ideología. Además de ser el resultado de años de habernos sometido a la violencia estatal, es el resultado natural de las políticas neoliberales.
Los ricos no saben del hambre. Es tiempo de comenzar un boicot económico y retirar el apoyo monetario a aquellas personas y corporaciones que siguen enriqueciéndose en la crisis.
El terror hace tiempo lo viven los inmigrantes, tanto bajo la administración de Clinton, como la de Bush y Obama, pero el mundo no lo sabía. Trump, le ha añadido el miedo y la xenofobia abierta.
El próximo frente de unión del país será exigir que se audite la deuda antes de hacernos pagar, en especial porque sabemos que el dolor nunca se comparte igual.
Negar que hay un terreno fértil a la hora de la movilización de los electores a costa del miedo exclusivamente, es atender livianamente el papel que jugó el discurso del odio en ese país.
Qué le diré a mi hermano cuando regrese y me pida que lo acompañe a comer una mallorca como hacíamos con mamá y papá. Cuando regrese mi hermano, ¿habremos dejado las puertas como pulmones cerrados?