Luego crecí y perdí la inocencia. Comencé a escuchar el término parcelero utilizado en contextos que no cuadraban con la acepción que yo le conocía. La parcela era mi lugar ameno, mi lugar mágico.
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Luego crecí y perdí la inocencia. Comencé a escuchar el término parcelero utilizado en contextos que no cuadraban con la acepción que yo le conocía. La parcela era mi lugar ameno, mi lugar mágico.
En nuestra naciente industria cinematográfica, que oscila entre insufribles chorradas arthouse y charlatanerías de humor municipal, Carpinteros trilla el camino correcto, el justo medio que no aliena a ningún espectador.
La industria editorial se reduce a sus dimensiones reales: la de asistente de autores que contribuyen al proyecto de un autor o autora sólido que ocupa la cabeza tanto en el proceso creativo como el comercial.