Para el gobierno de Alaska, la pandemia, al generar cientos de huérfanos, creaba una oportunidad única para imponer la cultura blanca a los niños y niñas indígenas, ahora en custodia de los funcionarios del régimen territorial.
Para el gobierno de Alaska, la pandemia, al generar cientos de huérfanos, creaba una oportunidad única para imponer la cultura blanca a los niños y niñas indígenas, ahora en custodia de los funcionarios del régimen territorial.
En Puerto Rico no tenemos una agencia meteorológica propia, Estados Unidos declaró en 1898 que el tema de la meteorología en Puerto Rico era un asunto de importancia militar para el imperio. Es en Cuba donde se inicia la verdadera historia moderna de la meteorología. Y Benito Viñes era antillano en su visión de esta.
Así como Carpentier nos muestra el huracán del Caribe en su conexión con la negritud y la mitología africana, René Marqués nos lo presenta en su vínculo con la cosmogonía de los pueblos originarios de las Antillas.
Adolfo Salazar fue quien llevó la rumba y el son a España. También fue uno de los mayores propulsores de la presencia de los ritmos afrocaribeños en la música de concierto en Europa.
La píldora venenosa del privilegio de raza habita todavía en el lenguaje de la Constitución estadounidense, pero en la diversidad del movimiento, se encierra el momento de su superación.
Palés Matos y Lloréns Torres buscaron en la literatura una conexión espiritual con el mar Caribe necesaria para crear una personalidad antillana. Mientras, Lloréns no se desprende de su apego por la supremacia española, Palés, presenta el mar como una fuerza libertaria de significado universal.
Algo hay en las grandes epidemias que nos provoca un desasosiego terrible, incluso para la expresión literaria. No sucede como con otras catástrofes naturales, que a menudo despiertan con desenvoltura la musa de quienes escriben.
Esta normalidad forzada es irreal como los juegos infantiles de terror, un evento silencioso, invisible, un monstruo en asecho gradual esperando un mal paso de la víctima; un suprimir lo social para preservar la sociedad.
El tema del militarismo en Puerto Rico “no puede ni debe” ser analizado al margen de la realidad colonial que se vivía entonces y aún se vive en el país.
l 10 de octubre de 1918, nada parecía amenazar la situación general de Puerto Rico bajo la recién impuesta ciudadanía estadounidense. Sí, un gran contingente de puertorriqueños fue forzosamente reclutado para las operaciones bélicas y de apoyo a las tropas […]
No niego que salí del cine medio enamorado de la maravillosa actuación de Joaquin Phoenix. Pero no pude escapar a un cierto desencanto. Este Joker no era el que yo conocía, aquel viejo jodedor que conocía el arte puro de joder por joder.
Es este un país renovado, como debe ser después de un huracán caribeño. La maldición nuestra, el asentamiento del coloniaje en el Caribe, fue producto de dos siglos excepcionalmente libres de huracanes.
Pasada la euforia, se impone la realidad dura de que para afirmarnos como pueblo, no nos queda otra que canalizar nuestros esfuerzos hacia la toma del poder. Y es ahí donde el imperio y sus lacayos del patio tiran la raya.
Escogiendo selectivamente algunas particularidades del movimiento, El Nuevo Día quiere convencernos de que el asunto está cerrado y es cosa de un Puerto Rico 100% renovado.
Entrar en un debate abstracto sobre reforma vs. revolución es contraproducente. Lo central es no promover la desmovilización del pueblo, que da muestras de una creatividad mayor que mucha de nuestra intelectualidad de izquierda
Hay que ser muy cínico o estar muy cansado para no ver señales de esperanza. Está en la gente vieja que no se quita y en los jóvenes que se levantan. Está ahí, la posibilidad real, el imperativo moral, la urgencia, de revolucionar al país.
Por más de 200 años, Haití ha sido presentado maliciosa e ideológicamente al mundo como un enigma, un país dominado por una cultura y antropología que se suponen como incomprensibles para el mundo exterior.
Dejemos que la burguesía colonial se la juegue como quiera, que apueste al caos como medio de mantener dominado a este pueblo. Es más, que cojan cabuya. Apostemos nosotros y nosotras.
Ninguna revolución, absolutamente ninguna, se da sobre el trasfondo estrecho de lo inevitable. Es más, la idea misma de una revolución es un reto a la imposibilidad.
Las contradicciones de la colonia son demasiadas y muy agudas: una deuda pública exorbitante, el deterioro progresivo de muchos servicios públicos, una ofensiva neoliberal cruda y feroz, la generalización del crimen callejero, una corrupción gubernamental imparable y el desasosiego de la gente pobre.
La red cibernética, esa misma que nos ayuda a captar con exactitud los signos visibles, o sea, los datos fríos, tiene el efecto secundario y pernicioso de socavar nuestra habilidad para interpretar los signos ambiguos e indefinibles, que son los fundamentos mismos de la sensibilidad, del arte y de la capacidad de sentir el dolor ajeno. El resultado es la extinción del hombre o la mujer humanista.