Balance de las Fiestas de San Sebastián
Abortado el plan de seguridad original, que dejó a muchos petrificados y con escalofríos perennes por la columna vertebral, debemos aplaudir los cambios, innovaciones y organización llevada a cabo por el Municipio, evidentemente bajo la supervisión directa de la Alcaldesa, lo cual todos pudimos observar durante estos cuatro días. Sin duda que, pese a las dificultades rutinarias de la transportación, éstas fueron una de las Fiestas más diversas, bien planificada y mejores comportadas que hemos tenido en mucho tiempo.
La dispersión de las actividades por todas las plazas, originalmente concentradas en la calle San Sebastián, fue sin duda un acierto. La división de las actividades culturales por las plazas, según los distintos gustos musicales, permitió que la convivencia social durante el apiñamiento fluyera casi a la perfección, además de que se aumentaron notablemente las ofertas culturales.
Por otra parte, el Departamento de Cultura del Municipio tuvo una participación notable en las calles, donde se pudieron observar un mayor número de actividades artísticas callejeras que en otros años. La creación de una procesión cargando al San Sebastián, figura trágica por demás, a través de semejante festejo bullanguero, me pareció un gran acierto y una tradición digna de preservar y que, al combinar sentimientos tan contrarios, se aproxima mucho al espíritu carnavalesco en que se han transformado estos festejos.
Debemos felicitar a la Alcaldesa, quien, demostrando que es de sabios rectificar un dislate, ofreció la seguridad adecuada a los participantes, la organización imprescindible y una oferta cultural muy destacada.
Las Fiestas en fotos | de Ricardo Alcaraz Díaz
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