Blancos honorarios y el negro colectivo
Este fenómeno se puede explicar usando dos factores: 1) la ambigüedad de la apariencia fenotípica de los latinos ayuda a crear una idea de «whiteness» más amplia y 2) esta ambigüedad puede cambiar la definición de blanco a una basada en clase social en vez de color de piel. Es claro que de alguna manera esto ya ha pasado con un impacto limitado, aunque los latinos que se han asimilado como blancos en los Estados Unidos “desaparecen” en los suburbios o partes aisladas del país sin dejar huella. Sin embargo, lo que se propone aquí es un blanqueamiento que hasta ahora no se ha visto entre los latinos. Sería parte de un proceso importante que, como menciona el sociólogo Herbert J. Gans en un artículo titulado «Whitening and the Changing American Racial Hierarchy», publicado en 2012 en el Du Bois Review:
«The Latino Whitening process is most important, not only because Latinos are by far the largest immigrant group in the country, but also because class, skin color, and other phenotypical characteristics may vary more greatly with this group than among Asians».
Se puede criticar ese artículo por sus referencias a la prensa derechista sobre el uso del término «white Hispanic» a principios de la controversia sobre el caso de George Zimmerman, de origen peruano, que le quitó la vida –según el jurado justificadamente– al joven Trayvon Martin en la Florida. Pero sus citas de autores como Ian Haney López y Nell Irvin Painter, los dos teóricos muy distinguidos en torno a los asuntos raciales, le dieron fuerza al argumento en cuestión. Si, como dice el recién publicado estudio del Pew Center, «The Next America”, los Estados Unidos se componía solamente de un 43% de «blancos», ¿qué podemos esperar de la reacción a estos cambios?
Painter, en su libro The History of White People, nos cuenta cómo la definición de quién podria ser considerado blanco ha cambiado en una historia turbia de justificaciones basada en una supuesta «ciencia». Haney López construye una imagen de la política norteamericana que une tendencias neoliberales contra el crecimiento del Estado y la oposición a programas como «affirmative action» y otros aspectos del «welfare state» junto a una nueva forma de racismo. Sería un racismo que no usa palabras racistas, pero códigos para indicar quiénes son los «negros» metafóricos.
Haney López cita a su profesor de Derecho en Harvard, Derrick Bell, -quien también fue profesor de Obama- que dijo: “Black people will never gain full equality in this country. Even those herculean efforts we hail as successful will produce no more than temporary ‘peaks of progress,’ short-lived victories that slide into irrelevance as racial patterns adapt in ways that maintain white dominance”. Estos patrones están cambiando, de acuerdo con el autor, para proteger la percepción de una mayoría blanca en los Estados Unidos, y parte de esa estrategia puede ser el blanqueamento de algunos latinos.
¿Cómo se adaptaría el sistema racista en EEUU? Por más de 10 años el sociólogo de raíces puertorriqueñas Eduardo Bonilla Silva ha desarrollado una teoría en la que el sistema de racismo en los Estados Unidos está metamorfoseándose de una estructura bi-racial a una tri-racial. Para Bonilla Silva, esta estructura es lo que predomina en Latinoamérica. En su libro Race Without Racism y en otros textos dice que la tendencia de los latinoamericanos de negar la importancia de reconocer la raza se está transfiriendo hacia el norte. «We are all Americans!» dicen los estadounidenses cuando se menciona el discurso de raza, así como en Puerto Rico se dice que todos somos puertorriqueños.
La estructura tri-racial de los Estados Unidos según Bonilla Silva:
1) Blancos: compuesto de blancos «tradicionales,» nuevos inmigrantes, hijos de matrimonios «mezclados» de piel clara y latinos «asimilados»; 2) blancos honorarios: la mayoría de latinos, japoneses, coreanos, indios, chinos, la mayoría de razas mezcladas y árabes; 3) el negro colectivo: afroamericanos, afrolatinos, vietnamitas, camboyanos, laosianos y filipinos.
¿Qué son «blancos honorarios»? Personas «ni blancas ni negras» que reciben mucho de los privilegios de los blancos pero que nunca serán aceptados realmente como blancos. Posiblemente pueden pasar al status de blanco dependiendo de logros en educación, riqueza, o quizás un matrimonio estratégico. Según Bonilla Silva, parece que la mayoría de latinos en el futuro se podrían clasificar como blancos o blancos honorarios. ¿No se te parece un poco a las sociedades latinoamericanas?
Hay algunos que dicen ¿cómo podría ser? ¿Cómo es que después de casi 10 años de política extrema antiinmigrante contra mexicanos y centroamericanos podemos convertirnos en blancos? ¿Cómo podríamos identificarnos como blancos cuando negaron a Puerto Rico ser estado por razones raciales a comienzos del siglo 20? Se olvida que una estrategia de los mexicanoamericanos antes de la época de los derechos civiles fue la búsqueda del status blanco, y que tantos boricuas en Nueva York trataron de pasar como españoles durante los años del racismo más cruel.
Un estudio recién publicado –Latina/o Whitening: Which Latinas/os Self-Classify as White and Report Being Perceived as White by Other Americans?– plantea el argumento que el blanqueamiento de latinos se efectuará mediante dos factores: lo que uno reclama y la manera que eres percibido. Esa percepción puede ser afectada por una combinación de aparencias y clase social. Pero hay algunos latinos que reclaman ser blancos: «many Latina/os appear to recognize that they may be arbitrarily choosing to identify with one inaccurate racial label over another by appealing to phenotypic or political similarities with other racial groups». Por esa razón, dice el artículo, la posibilidad de crear una categoría racial separada para latinos está bajo consideración por la agencia federal que administra el censo nacional.
¿Cuál es el futuro de los latinos en un país de racismo sin racistas? El artículo concluye que contrario a las especulaciones anteriores, los latinos no parece que están activamente reclamando ser blancos. Entonces es posible que en el futuro, lo negro se puede convertir también en algo más amplio. En vez de reclamar el «brown» del medio, quizás lo que debe hacer alguien con consciencia es declararse negro aunque probablemente no tenga toda la apariencia clásica de «negro».
Reclamamos el negro colectivo. Puede ser que se convierta en una posición filosófica, de ética. Bob Marley dijo que mientras exista el racismo y la discriminación, estamos en guerra. Entonces, siguiendo esa lógica revolucionaria: mientras existan negros, debemos declararnos negros. Y de esa manera, evitamos el destino dudoso de ser blancos honorarios.