¿Quién dará su brazo a torcer, sindicatos o gobierno? ¿Habrá tregua o seguirá la guerra durante las fiestas navideñas? Una cosa es segura hasta ahora, la opinión pública está del lado de los huelguistas.
¿Quién dará su brazo a torcer, sindicatos o gobierno? ¿Habrá tregua o seguirá la guerra durante las fiestas navideñas? Una cosa es segura hasta ahora, la opinión pública está del lado de los huelguistas.
Además de en distintas zonas de Francia, los chalecos amarillos también han inspirado solidaridad e imitación en Irak, Holanda, Túnez y Bélgica.
Los ciudadanos del pueblo de Commercy, ubicado en el departamento de Meuse al noreste de Francia, que se han organizado en asambleas populares, hicieron una declaración pública que demuestra un innegable instinto político.
A pesar de la criticada reafirmación del carácter apolítico de los chalecos amarillos, hay una innegable conciencia entre las masas de la necesidad de que sus demandas trasciendan en rechazo a la política convencional de burgueses.
El anuncio del primer ministro sobre la suspensión temporera del plan para aumentar al impuesto sobre el combustible representa una movida cínica del gobierno, que interesa provocar divisiones y disipar el impulso del movimiento de masas.
En términos históricos no existe un movimiento puramente ‘espontáneo’ ya que los remanentes de la actividad revolucionaria consciente siempre sobreviven de algún modo. Por ello, minimizar el significado del brote espontáneo de las masas es un grave error.