Maldito el hombre que hiciere escultura o imagen de fundición, abominación a Jehová, obra de mano de artífice, y la pusiere en oculto. Y todo el pueblo responderá y dirá: Amén. -Deuteronomio 27:15 oviembre de 2015: En el Museo de […]
Maldito el hombre que hiciere escultura o imagen de fundición, abominación a Jehová, obra de mano de artífice, y la pusiere en oculto. Y todo el pueblo responderá y dirá: Amén. -Deuteronomio 27:15 oviembre de 2015: En el Museo de […]
Las funerarias siempre me dan tristeza. Representan, para mí esa institución que provee la certeza de que alguien que queremos murió; que la ausencia física será definitiva.
Somos un país de palabras cortadas, pequeñas, limitadas, como la isla que habitamos. Somos un pueblo de poco explicar y de mucho entender.
A los trabajadores se les daría el peso para el “limber” mientras que la kakistocracia se llevaría los impuestos y contratos para repartir entre familiares, miembros del partido en el poder y otros allegados.
Ante la reciente flexibilización de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba anda todo el mundo repitiendo los versos de Lola Rodríguez de Tió: Cuba y Puerto Rico son/ de un pájaro las dos alas.
A estas alturas, parecería redundante insistir en la justedad y razonabilidad de la causa por la excarcelación del patriota puertorriqueño Oscar López Rivera.
¿Pero qué tienen en común Marx, Hegel, Freud y el desencuentro lacaniano del amar? Aparte de contener dentro de sí la negación de la negación, que es la quintaesencia del pensamiento dialéctico, todos ellos respondieron de maneras distintas a un problema constitutivo del ser humano: la insatisfacción.
Conferencia leída el 9 de octubre de 2015 en la Ceremonia de Investidura de la Junta Editora de la Revista Jurídica de la Facultad de Derecho de la Universidad de Puerto Rico.
“Nunca me he jubilado de mi obra, todos los días, a mis 73 años, me levanto a trabajar”, asegura Rafael Rivera Rosa en una interesante plática unamuniana.
Carmelo Félix Matta y María Velázquez fueron los fundadores de Monte Carmelo. Junto a sus hijos, comenzaron a habitar un monte que se consideraba parte de los terrenos de la Marina; a ellos se unieron otros viequenses.
El debate actual en Puerto Rico sobre la cuestión de género me parece cavernícola, pues salvo el fundamentalismo islámico, en el mundo pocos cuestionan hoy que es imprescindible la equidad de género para el desarrollo humano sostenible.
Este pequeño universo habla, o más bien, susurra la irritabilidad que le produce saberse parte de una historia sin eventos. Quisiera ser saludablemente esquizofrénico para escucharlo.
“Como los chinos”, me dijo Alexei. “Vamos lento, pero por ahí vamos”. En ese, como en tantos otros renglones de la vida cotidiana en Cuba, hay maneras de resolver “por la izquierda”.