Los y las estudiantes hemos dado el comienzo a una jornada de lucha sin precedentes por la educación pública de nuestro país.
Los y las estudiantes hemos dado el comienzo a una jornada de lucha sin precedentes por la educación pública de nuestro país.
Aún si no lograsen absolutamente nada más, las huelgas estudiantiles son terreno fértil para poner a la gente a hablar, y a veces hasta a pensar.
Debido a las importantes repercusiones que tiene este asunto, demandamos que la comunidad universitaria se integre a cualquier deliberación en torno a las modificaciones al plan médico.
Desde su libertad ustedes son capaces de visualizar un país nuevo, con prioridades y preocupaciones distintas a las que nos impone la lógica del capital financiero internacional.
El movimiento de defensa de la UPR avanza si amplía su convocación y propulsa una movilización general del pueblo que organice una estructura, un poder paralelo a la Junta.
We stand in solidarity with the students making these demands and with the more than 100,000 Puerto Ricans who have petitioned the legislature to reactivate the independent Debt Audit Commission.
Creo que para entender el rechazo social y generalizado al escupitajo, hay que estudiar un poco a los primos de ese rechazo. A los otros rechazos similares.
¡Estoy con los estudiantes, qué aunque algunos le critiquen sus reclamos o piensen que se equivocan, yo pienso que ellos son los que verdaderamente luchan, denuncian y accionan!
Estamos a tiempo, es la hora de la lucha informada y coordinada de todos los ciudadanos. Estudiantes, padres, docentes, empleados, universitarios, pueblo puertorriqueño…¡este patrimonio es nuestro!
El momento histórico y político del país nos exige, más allá de apoyar la lucha de la UPR, insertarnos desde nuestros propios espacios a una lucha que debe trascender la Universidad.
Conversamos sobre el «claustro» y su asamblea, los profesores autoconvocados, la lucha por la Universidad y por Puerto Rico. Escúchenlo.
Los estudiantes, sin tener poder político ni económico, han elegido el camino ético del desafío a la injusticia y el atropello. Sus propósitos son legítimos… ¿No es admirable tal arrojo?
Ese imprerativo no acepta límites ni hace componendas con una “racionalidad económica”, que pretende hacer de la violencia contra la vida algo normal.
Cómo fue que llegamos a un consenso tan perverso y reduccionista en el que en una situación como la que enfrenta el país y la Universidad, el lugar común del profesorado sea decir que la responsabilidad de perder la Universidad la tienen los y las estudiantes.
En esta ocasión conversamos sobre la lucha por la UPR. Los reclamos de los estudiantes organizados, los procesos de politización y tomas de conciencia en lxs jóvenes que han crecido en la crisis.
«Nos sentimos indignados y conmovidos por las implicaciones de un recorte de la magnitud de $450 millones para la Universidad de Puerto Rico», afirmó Fernández.
El conflicto reciente en torno a la UPR y las discusiones que ha generado afortunadamente transportan preocupaciones que rebasan los partidos, los grupúsculos o las feligresías.
Una política de admisión de «puertas abiertas» no es viable en la UPR. Esta conclusión se alcanza aun en el escenario más optimista posible.
No podemos ceder a dejarle el camino abierto a quienes quieren destruir la Universidad y desmantelarla, sin ofrecer nosotros resistencia.
No debemos olvidar tampoco que la UPR ya ha sufrido reducciones importantes a su presupuesto. Nuestra apotación al país mediante esos recortes ya en vigor suman más de 300 millones en los últimos tres años.
Reafirmamos que frente a la agenda externa que nos impone la Junta de Control Fiscal, la peor amenaza que ha atravesado Puerto Rico y su Universidad, es el momento de movilizarnos.