Chef
Hacer películas sobre jefes de cocina no es cáscara de coco. Si está en la cocina es casi imposible caer en los clichés de la profesión: esa habilidad envidiable de cortar pepinillos, perejil y zanahorias sin llevarse la punta de los dedos; ver sartenes encendidos con coñac o aceite, oir gritos del chef. Las tensiones tienen un límite bastante finito también: ¿Se caerá el soufflé? ¿Se pasará la codorniz y quedará muy dura? ¿Se empelotarán las majadas? ¿Les gustará a los comensales el nuevo plato de cachetes de cerdo con brócoli hervido?
Jon Favreau quien, además de ser la estrella, escribió el guión y dirigió la película usa todos estos clichés y establece pautas para que se creen otros que a nadie se le habían ocurrido, y lo hace con tanta gracia y soltura que uno no puede dejar que le encante este merengue delicioso. Favreau, cuya carrera como director tomó vuelo con “Elf” (2003) y se fue a la estratosfera con la franquicia de “Iron Man”(2008, 2010) es un actor de esos que uno no puede distinguir si es como es o se comporta así por que sí. En otras palabras es él, me sospecho, frente a las cámaras gozándose su éxito con una facilidad asombrosa.
Grande y, por así decirlo, robusto, Favreau tiene la gracia de un bonachón que puede ser a veces imposible pero que te contenta haciéndote el mejor sándwich que te has comido en tu vida. Su personaje Carl Casper es un chef en un restaurante de Los Ángeles que ha sido una estrella del mundo culinario y ahora repite sus menús con la aburrida consistencia de quien ha perdido la inspiración. Se acerca la noche en que uno de los críticos más importantes de restaurantes y blogero con cientos de miles de seguidores va a venir a comer y espera que Casper lo sorprenda. Lo que sigue es una batalla campal que envuelve las redes sociales, una pelea en público entre Casper y el crítico (Oliver Platt, perfectamente escogido para su papel) y un viaje sorpresa a Miami, donde el ex marido de la ex mujer Inez (la sensacional belleza Sofía Vergara) le regala un camión restaurante a Casper.
A Casper se le unen su demi chef (John Leguizamo) y Percy (EmJay Anthony) el hijo que comparte con Inez. Juntos en el camión restaurante viajan desde Florida a California en un viaje lleno de humor, de tiernas (sin moco) escenas de relaciones padre e hijo, y de claves de cómo hacer el mejor cubano que se ha comido jamás (hay que mantequillar el pan por fuera antes de ponerlo en la plancha).
Para este suculento plato Favreau no ha escatimado en poner en la pantalla un elenco superlativo que abunda a que disfrutemos a plenitud la cinta. Uno no se sorprende que al restaurante acuda mucha gente. El menú puede que sea conservador y tradicional pero es evidente que la comida es sabrosa, además la anfitriona es Scarlett Johansson, de modo que quién iría a otro lugar. Además de Leguizamo en la cocina se encuentra Bobby Canavalle (siempre notable) como el sous chef; y el dueño del restaurante, un irascible dictador que solo quiere ver ganancias, no experimentos gourmet, es Dustin Hoffman.
Además de las actuaciones sin costuras de Favreau y Vergara, cuya relación en la película vale la pena ver: son la pareja divorciada más feliz del mundo, hay que destacar la del actor de diez años EmJay Anthony, un niño chulísimo que en la vida real debe de tener padres y abuelos felices. Sin embargo, nada iguala los cinco minutos de Robert Downey, Jr. como Marvin el ex marido de Inez. Nadie se olvidará de él.
Al fin y al cabo nada es demasiado profundo, lo que hubiera dañado la película, sino más bien apacible y agradable. No se pierdan esta cena de cinco platos que resulta ser un postre delicioso. Es un filme al que deben llevar a toda la familia. O al o la ex con los nenes…