Conquistas comparadas
Comienzo esta reseña sobre el libro Conquistas comparadas: historia de las estrategias de conquista desde la antigüedad hasta la actualidad expresando mis más sinceras felicitaciones por su nuevo libro al Dr. Luis Alfredo López Rojas. De antemano les confesaré que tengo un prejuicio positivo por Conquistas comparadas y temo sonar demasiado entusiasta sobre lo que significa este libro para el quehacer histórico puertorriqueño. En mi opinión esta publicación marca un hito en la historiografía puertorriqueña. Este es un libro pionero por su temática y se diferencia de la mayoría de los tratados históricos puertorriqueños en la medida en que deja atrás la condición de Puerto Rico como protagonista de su investigación histórica para auscultar la naturaleza de un fenómeno como el imperialismo el cual lo afecta como pueblo.
A través de los años, López Rojas se ha caracterizado por ofrecer una lectura diferente y arrojada a los temas que aborda en sus investigaciones donde su mirilla está puesta en el período histórico de los años de los 1940 al 1960, período cuando Puerto Rico se modernizó en términos materiales, pero a un precio caro. Hasta la publicación de este libro, Conquistas Comparadas, López Rojas ha girado su investigación histórica mayormente en torno a Luis Muñoz Marín y el proyecto muñocista, haciendo de ambos, a Muñoz y a su discurso los anti-héroes de sus obras históricas. En el camino, López Rojas se ha caracterizado por buscar las huellas de su anti-protagonista en los lugares más recónditos. Hasta cierto punto se puede decir que con Conquistas Comparadas López Rojas ha decidido llevar el barco de la historiografía puertorriqueña por nuevos mares y en el proceso reinventarse a sí mismo como historiador.
En la introducción del libro López Rojas nos dice: “las conquistas no son meros azares, son resultado de una comprensión, de estudios, de logística.” Luego de leer estas palabras y juzgando por el título del libro, el lector puede fácilmente llegar a creer a priori, antes de leer el libro, de que tiene ante sí un tratado de estrategia de los grandes conquistadores de la historia. Nada en el título del libro alerta al lector que este libro no pertenece al género de lecciones y tácticas de guerra o de historia militar mundial, en la línea del clásico en ese género Sobre la Guerra de Carl von Clausewitz o más recientemente el trabajo del francés Gerard Chaliand, Guerras y civilizaciones: del imperio asirio a la era contemporánea. Esta publicación en realidad es la antítesis de ese tipo de publicación. Conquistas comparadas es una mirada crítica y sobre todo censuradora de cómo se ha montado un cuerpo de conocimiento sobre las tácticas de las conquistas por los poderes imperiales occidentales. En sus páginas resuenan los nombres de figuras como Francisco Pizarro y Cristopher Newton que estudiaron estas lecciones para aprender cómo crear las condiciones antes de una invasión, para perfeccionar el arte de llevar a cabo la intervención militar exitosa y por último las estrategias más efectivas para consolidar su poder una vez vence a su enemigo. Este libro sí es sobre las estrategias de poder que le interesaron a los grandes imperios que han sido los españoles, ingleses y estadounidenses, pero vista desde la óptica de uno que pertenece a los pueblos que han sufrido su colonización y eso lo hace totalmente diferente.
Conquistas comparadas se lee como una disección minuciosa sobre cómo los imperios han conquistado. En este libro el Dr. López Rojas se ha lanzado a la tarea de extraer la metodología utilizada por ciertos imperios, mediante un ejercicio de investigación historia comparada, buscando las diferencias y las semejanzas, para quitarle el brillo y destruir la noción de que cada caso de invasión y toma de un pueblo por los países poderosos de occidente es un caso único, excepcional e inconexo en la historia humana. El autor elabora varias teorías que se van revelando a través de los siete capítulos que componen el libro. Una de ellas es que es el imperialismo es una de las características definitoria de la modernidad -el ergo colonusum como ha planteado Enrique Dussel- y es ahí donde se centra la razón de ser de este trabajo, que es el mostrar que casos coloniales como el de Puerto Rico no son un fenómeno que surgió al azar, al contrario, es parte de una lógica que define al mundo luego de la conquista de América por los españoles. En palabras de López Rojas: “la visión sobre el otro que se desarrolla desde el descubrimiento, está sesgada por un poder avasallante y por una óptica de diferenciación donde Occidente toma la posición de dominador–centro, y le asigna a todos los demás el papel de sirviente-periferia.”
Este libro se caracteriza por su amplitud en las épocas que cubre y su efectividad en transmitir cómo las conquistas de un imperio se convierten en referentes para otras por venir. En los primeros dos capítulos del libro López Rojas comienza analizando a los asirios, Roma, Bizancio, los árabes y los mongoles. Entre éstos se resalta el rol de Roma como el paradigma para las futuras potencias invasoras. A partir del capítulo tres el autor presenta la conquista española de los mexicas por Hernán Cortés como paradigma de las conquistas de la modernidad, Pizarro y los ingleses se inspiraran en él. En el capítulo IV el relato se traslada al siglo VXI en Asia para relatarnos el intento fallido de los españoles y los portugueses por conquistar a China y Japón y el rol de los misioneros jesuitas en este esfuerzo europeo de conquistar estos países asiáticos, mediante la propagación de un discurso ideológico-religioso occidental. En el capítulo V López Rojas contrasta las tácticas ingleses en Norteamérica con las españoles en América Latina. El resto del capítulo transcurre de la conquista inglesa de India y la dominación y subyugación de China durante la dinastía Qing. En el capítulo VI se reseña la dimensión de la empresa de conquista y explotación económica para beneficio de dos individuos, Leopoldo II de Bélgica en la conquista de Congo y Cecil Rhodes en Sudáfrica. El libro culmina en el capítulo VII con los Estados Unidos y sus ocupaciones de Hawái, Filipinas, Cuba y Puerto Rico y la reciente invasión de Irak.
El poder militar es la constante recurrente en todos los casos que se trabajan en el libro. A través del libro vemos cómo la capacidad bélica es necesaria para conquistar y doblegar cualquier intento de rebelión. En ocasiones ese uso del poder de las armas se volcó en campañas de terror, las cuales sirvieron de publicidad al enemigo sobre la crueldad del imperio y las consecuencias de desafiarlo. Por ejemplo, los mongoles llegaron a ser tan diestros en crear terror que sus enemigos a veces se rendían sin dar la batalla. Siglos más tarde, en el siglo 19, Leopoldo II de Bélgica, sembró el terror en el Congo mediante el uso de saqueos y genocidio como medidas de coacción. De igual importancia al aspecto militar es el hecho de que todos los imperios tuvieron que acompañar sus tácticas de defensa con otras que garantizaran su hegemonía social, brindando la concesión de espacios de acción limitados y participación civil política o religiosa dentro de los marcos del imperio y la construcción de un marco legal que le permitiera gobernar sobre un pueblo aparentado legitimidad, una práctica muy bien orquestada por Roma y aprendida por otros imperios como los Estados Unidos. En ocasiones los imperios han recurrido a la treta del engaño para bajar la guardia de los pobladores y luego atacar o para quitarle sus tierras.
Es importante anotar que a pesar de que el López Roja trabaja la conquista de Puerto Rico por los Estados Unidos, este no es el tema central de la publicación y se maneja más bien como un ejemplo dentro del fenómeno estudiado, lo que lo hace un libro peculiar para un historiador puertorriqueño. Sin embargo, el autor no se separa del hecho de que es puertorriqueño y que su mirada es la de un sujeto originario de un país que “no ha conocido otra cosa que ser una colonia” y que como él mismo señala, está “escribiendo desde la pos-colonialidad.” Mediante este estudio el autor busca entender cómo su país ha caído en esa condición colonial. Este es un trabajo hecho por un puertorriqueño que es consciente de que él es un sujeto colonial y que espera que sus lectores así lo entiendan. Estos acercamientos que hace López Rojas en este libro, tales como la búsqueda de patrones en las prácticas de conquistas imperiales, han sido trabajados en otros países en las esferas metropolitanas, pero para Puerto Rico este es territorio nuevo. Leyendo el libro podemos inferir que López Rojas está claro que él no está escribiendo desde Oxford o Harvard, pero este no es un libro para revigorizar la autoestima de un imperio o para que este se vea retratado en las hazañas de Roma. Su objetivo es abrir el foco de los temas del colonialismo e imperialismo y ubicar a Puerto Rico en ese panorama.
Vale la pena volver a resaltar que hoy la mayoría de los trabajos de más difusión sobre los imperios son originados desde las metrópolis, o sea los imperios o antiguos imperios y surgen como reacción a los retos que le llegan desde las antiguas colonias. En los últimos años estos retos se han manifestado como conflictos étnicos y terrorismo. Fiel a la tradición occidental la conversación sobre estos se ha dado en textos impulsados desde la academia, algunos de estos son textos de estudios históricos como es el caso del libro de Gérard Chaliand, The History of Terrorism: From Antiquity to al Qæda. De igual manera, en los Estados Unidos en las pasadas dos décadas se han publicado varios libros panorámicos sobre los imperios, estos son lecturas históricas donde se analizan el génesis y la caída de los imperios. Esto, en un momento histórico en que Europa y Estados Unidos ven su hegemonía mundial tambalearse. Dos de estas publicaciones sobre el destino de los imperios, lo son la publicación del historiador británico Paul Kennedy, The Rise and Fall of the Great Powers, un texto seminal en ese género y el de Amy Chua, Day of Empire: How Hyperpowers Rise to Global Dominance – and Why They Fall.
Una gran virtud que tiene el texto es que a pesar de que es un proyecto complejo, López Rojas logra exitosamente presentarlo de una manera sorprendentemente fácil de leer y entender. La selección de un tema tan abarcador como el conocimiento dentro de la lógica del imperialismo desde la antigüedad, su estudio del espacio geográfico a nivel global y su análisis a través de un tiempo de tan larga duración no es una tarea fácil, especialmente cuando el que lo escribe, influenciado por las teorías de Immanuel Wallerstein, está tratando de presentar a Puerto Rico, dentro de un esquema que es medular en el sistema mundo moderno.
Con la publicación de Conquistas Comparadas su autor se posiciona para entablar un diálogo sobre lo que es la Historia Occidental y su construcción de lo colonial, contestando con una historiografía poscolonial, armándose con un discurso teórico de perspectiva mundial, justo y precisamente en los momentos en que estos temas se hacen indispensables para toda la comunidad internacional. Tenemos la esperanza de que en un futuro Luis Alfredo López Rojas nos traiga otras propuestas para globalizar nuestra historia y descolonizar nuestras mentes.