Conversaciones con Noemí Segarra: de raíces y ramas
Tengo el intenso placer de ser una de las artistas participantes en el Young Roots Performance Series que se estará llevando a cabo en el Hostos Center for the Arts and Culture en El Bronx durante los próximos dos años. Esta serie, que opera con fondos del Rockefeller Foundation New York City Cultural Innovation Fund, tiene como propósito celebrar a «artistas emergentes que experimentan con las raíces artísticas de tradiciones afro-latinas para crear nuevas ramas que se extienden hacia el futuro».
La colaboración entre la movedora (es decir, coreógrafa/bailarina y más) Noemí Segarra y el percusionista Henry Cole titulada de rumbo de rumba inaugura el ciclo de conciertos el 7 y el 8 de abril. Los artistas trabajarán inspirados en algunos principios de la rumba cubana y la improvisación en el jazz y en la danza. La presentación es una improvisación estructurada, donde aspectos técnicos, al igual que la estructura del trabajo proveen suficiente libertad para ejecución en tiempo real. El trabajo celebra la posibilidad de la transformación en todos y cada uno de nosotros. El público estará sentado en tarima para crear una experiencia más íntima.
Parte del propósito del proyecto es fomentar el diálogo creativo entre los artistas participantes. Es por eso que he estado en diálogo con Noemí sobre su trabajo. El diálogo también ha incluido a mi colaboradora musical Catarina dos Santos con quien presentaré el proyecto The Mermaid’s Feet (Pies de Sirena) el 6 y el 7 de mayo, y a la coreógrafa/bailarina Sita Frederick quien presentará Dominican Beats from Batey Macorix el 30 de septiembre y 1 de octubre.
I. Primera conversación
El primer ejercicio de diálogo para Catarina y para mi fue observar este vídeo que incluye pietaje de un ensayo y entrevista con Noemí.
La conversación se dio a través de correo electrónico. Nuestros comentarios y preguntas a Noemí giraron en torno al aspecto de improvisación de la pieza, su uso del cuerpo y sus perspectivas sobre el concepto de las «raíces» que figura en el título de la serie. Hemos traducido abajo la sección sobre las raíces. Para leer nuestra conversación completa, en inglés, pulse aquí. Para leer la conversación entre Sita Frederick y Noemí, pulse aquí.
Nuestras preguntas y comentarios para Noemí sobre «las raíces» fueron las siguientes:
«Nos encantó la manera en que describiste en tu vídeo a la serie Young Roots como una que «explora las raíces y cómo éstas cobran vida a través de cada uno de nosotros en el presente». ¿Tienes momentos en los que te preguntas si le estás haciendo justicia a ‘las raíces’? ¿O quizá tienes momentos en los que te preguntas cómo los artistas y público de raíz podrían percibir tu trabajo? ¿Tienes mentores o colegas que te critican por ser demasiado experimental o por no mantenerte cerca de lo que ellos y ellas definen como ‘las raíces’? Nuestra contestación a todas las preguntas que te hicimos anteriormente es sí. Nos preguntamos si esas expectativas de que los artistas se mantengan cerca de ‘las raíces’ varía dependiendo de la disciplina».
Noemí fue contestando nuestros comentarios y preguntas por partes, y a continuación sus provocadoras respuestas.
RZR & CdS: Nos encantó la manera en que describiste en tu vídeo a la serie Young Roots como una que «explora las raíces y cómo éstas cobran vida a través de cada uno de nosotros en el presente». ¿Tienes momentos en los que te preguntas si le estás haciendo justicia a «las raíces»?
NS: Esta pregunta la debo contestar con más preguntas, ¿qué son las raíces? ¿quién decide, nombra, categoriza y define lo que son las raíces? ¿Qué podría significar el «estar haciendo justicia a las raíces»?
Este tipo de cuestionamiento me hace pensar en un comentario como el que me han hecho en varias ocasiones en NY o EU, «¡¿pero si no pareces puertorriqueña!?» Yo a la vez me pregunto ¿y qué se supone que signifique esto? ¿Qué se supone que yo sea al ser o no puertorriqueña? Desde que me mudé a EU siempre me chocó «la necesidad» de «la etiqueta».
La verdad es que sólo sé que soy. (punto)
Sí, soy puertorriqueña, y siento, creo que las raíces de mi cultura están presentes en todo lo que hago. Por tanto, no me siento en necesidad de demostrar mi puertorriqueñidad o mis raíces.
RZR & CdS: ¿O quizá tienes momentos en los que te preguntas cómo los artistas y público de raíz podrían percibir tu trabajo?
NS: Esta pregunta también la debo contestar con más preguntas. ¿Qué o quienes son «los artistas y público de raíz»? ¿Acaso son distintos a los artistas y el público en general? ¿Por qué segregar o dividir?
A mi me interesa el arte y el mundo en todas sus posibilidades y repeticiones.
A mi me interesan los puntos y lugares donde nos encontramos -todos- como seres humanos, independientemente de nuestras diferencias.
«¿Acaso me contradigo?/ Muy bien, me contradigo./ (“Soy enorme, contengo multitudes”, Walt Whitman)
Estoy clara que como ser pensante y artista mi trabajo es hacer preguntas cómodamente incómodas. Por tanto, me place que traigan a colación toda esta serie de preguntas.
Yo no me pre-ocupo por cómo «los artistas y público de raíz» puede que perciban mi trabajo. Yo me pregunto cuán limitante puede ser el proceso de categorización o identificación, al igual que la insistencia en las etiquetas. A mi lo que me incumbe no es lo que digan o piensen de mi trabajo. Lo que me interesa en actualidad es clarificar y ser lo más transparente en la intención del mismo.
Es como sugiero en las clases de yoga, ¿adónde va tu pensamiento y energía? ¿qué agrandas o magnificas, el dolor u obstáculo o el negociar posible movimiento o cambio, otra manera o forma posible? Insisto en ser valiente. Asimismo es la naturaleza generosa y llena de probabilidades, siempre cambiante.
Como una mujer puertorriqueña en el 2011, muchas in/formacion/es corren en mi mente, venas y deseos. Como una mujer puertorriqueña en el 2011, soy consciente de mi hibridez y otredad. Aun así eso no me hace pequeña. ¿Por qué insistir en lo mezquino? Disculpa si esto aparenta que estoy juzgando… Insisto en otra realidad posible. Sí soy utópica. Lo relevante aquí es cómo podemos ser o hacer espacio para que otro mundo sea posible. Esa es mi tarea.
Mi intención es entonces, formular, hacer preguntas sobre el status quo, nociones predeterminadas que vienen junto a prácticas o instituciones estabilizantes u homogeneizadoras. Mi tarea no es encajar en las estructuras ya prescritas. Estoy presente en el presente -valga la redundancia- para proponer, negociar y movilizar otras posibles maneras… de vivir, ver, ser… A mi entender, todo siempre empieza haciendo preguntas… y bien sé que no estoy sola, ni soy la única.
Actualmente pienso mucho en el futuro, sin olvidarme del pasado o mis antepasados. No hay uno sin el otro. Sin embargo mi trabajo como artista trata del presente, mi incomodidad con la situación en Puerto Rico y en el mundo en general. Si pienso que es urgente tomar una posición al igual que una o algunas decisión-es y ser generoso -no temeroso- en fin pro-activo, si no provocativo, cuando no, definitivamente creativo. Mi trabajo como artista es formular preguntas en el presente a través de mis decisiones y acciones ancladas en la experiencia completa de mi mente cuerpo. Como artista mi trabajo es hacer que la gente piense o dejarlos pensando, no dar un producto o moraleja o algo concreto per se que se lleven, si no más bien compartir preguntas que los hagan sentir, cuestionar y ojalá actuar…
Como artista mi trabajo trata de estar cómodo en la incomodidad. De nuevo, ser generoso, tomarse un riesgo, salir de lo conocido y aventurarse en vez al ¿qué tal si…? ¿por qué no? Mi trabajo como artista trata de proceso, no de producto. Mi trabajo como artista trata de colaborar, escuchando y aprendiendo a cada paso. Hacer arte puede ser una acción cargada y política si una es consciente y así lo decide. Mi intención al hacer arte no es conformar-me si no re-velar. Soy una guerrera en el presente.
Y pienso en una cita de Tania Bruguera, su Political Art Statement, 2010:
«Political art has doubts, not certainties; it has intentions, not programs; it shares with those who find it, not imposes on them; it is defined while it is done; it is an experience, not an image; it is something entering the field of emotions and that is more complex than a unit of thought. Political art is the one that is made when it is unfashionable and when it is uncomfortable, legally uncomfortable, civically uncomfortable, humanely uncomfortable. It affects us. Political art is uncomfortable knowledge.»
No sé si mi arte es «político». A mi lo que me concierne es crear la situación, la posibilidad. El nombre o categoría se coloca a posteriori. Sé definir mi trabajo, pero honestamente mi preferencia es decir lo mínimo del mismo, dejar que hable de por sí y en vez, nombrar o hablar en retrospectiva. Por ejemplo, las discusiones post performance me parecen muy importantes para ambos -performer y espectador-, creando puentes y diálogo.
RZR & CdS: ¿Tienes mentores o colegas que te critican por ser demasiado experimental o por no mantenerte cerca de lo que ellos y ellas definen como «las raíces»?
NS: Tengo mentores que me preguntan sobre lo que es la intención en el trabajo para acercarme más a la raíz de la propuesta misma. Esto me sirve y ayuda al igual que clarifica.
RZR & CdS: Nuestra contestación a todas las preguntas que te hicimos anteriormente es sí. Nos preguntamos si esas expectativas de que los artistas se mantengan cerca de «las raíces» varía dependiendo de la disciplina.
NS: Pienso que la manera que los artistas interpreten «las raíces» tendrá mucho que ver con la intención de su trabajo, al igual que su visión como artista. Estoy muy contenta y honrada de haber sido invitada a esta serie de dos años y tener la oportunidad de iniciar la misma y de colaborar con Henry Cole, David Overcamp, también con Dean Moss como mentor y moderador de feedback durante el proceso creativo. También cuento con el ojo de Karen Languevin al igual que otros colegas, maestros y artistas como Awilda Sterling, Pepón Osorio y otros.
Me deleita poder compartir y aprender de y con ustedes artistas, al tener la oportunidad de conocernos a través de estas interacciones/diálogos, al igual que al presenciar aspectos de su proceso y trabajo. Sin duda alguna es un honor abrir la serie de performances de dos años. Es mi intención servir como voz -a través del diálogo de iluminación, sonido y la experiencia mente cuerpo- que se ancla en el presente y vislumbra posibilidades del futuro. Creo que todos tenemos maneras diversas de acercarnos a las raíces. Esta serie de performances ha sido descrita como una oportunidad para que artistas emergentes experimenten con las raíces dando pie a ramas que nos acercan al futuro. Creo que tanto Henry Cole como yo somos parte de una generación consciente de que la raíz viene antes del tronco y las ramas, como bien dice Henry, nos aproximamos a prácticas y posibles fusiones que dan vida a nuevas formas. Estas a su vez quizás requieren paciencia, ojos, corazón y mentes abiertas de nosotros y quienes reciban la experiencia.
Pienso que de rumbo de rumba trata de la posibilidad de cambio en grandes proporciones. Claro, c ualquier cosa grande comienza con pequeños pasos o gestos enraizados en lo cotidiano. Este cambio quizá sugiere simplificar grandes instituciones o modelos, quizá hasta su derrumbe o resquebrajamiento dado el paso de los años y la necesidad de dar paso a lo actual. Este trabajo para mi tiene mucho que ver con el paso y el peso del tiempo. Todos esos momentos de espera o inercia en los que «no pasa nada», y cómo las cosas a veces van cayendo o cediendo por su propio peso, a menos que no seamos flexibles.
Observar el cambio constante es mi práctica y ancla de momento a momento, como el mismo vaivén de la respiración o de las olas del mar. El pasado presente futuro al igual que nuestros ancestros se mueven a través de cada uno de nosotros.
Dedico este trabajo a mi mamá quien primero provocó el cuestionarlo todo despertando así en mi el pensamiento crítico.
Dedico este trabajo también a Oya -fuerza, arquetipo, diosa.
II. Segunda conversación
A nivel personal, me sorprendieron y me inspiraron las contestaciones de Noemí. Me inspiraron porque en mis momentos de mayor fortaleza comparto muchas de sus perspectivas. Me sorprendieron porque asumí que la duda y el miedo se le colarían por algún lado, como sucede en mi caso. Mi sorpresa me sugirió nuevas preguntas y comentarios para Noemí que compartí con ella, y ella, a su vez, me dio nuevos comentarios y respuestas.
RZR: ¿Nunca tuviste ese tipo de dudas y miedos? ¿Ni siquiera cuando no tenías tanta experiencia, claridad y fortaleza como ahora? ¿Nunca has tenido la desagradable experiencia de ser el objeto de ese tipo de juicios?
NS: Claro que sí he tenido y tengo muchas dudas y miedos. Precisamente por ellos trabajo así de esta manera, improvisando. Me requiere el dejarlos a un lado y estar presente de lleno. Siempre he pensado que mi debilidad o vulnerabilidad es mi fortaleza. Construyo mi trabajo con esto como premisa o fundamento. Me lleva a una continua búsqueda en donde estoy siempre desnuda o desapegada a especializaciones, «saber,» «expertise» y cosas por el estilo.
Claro que aún tengo la experiencia de ser el objeto de este tipo de juicio…precisamente por todo esto, ha sido necesario clarificar, articular, anclar y manifestar en la realidad mis intuiciones o intenciones. La clase con el artista Ralph Lemon, «La Práctica de la Forma» (en lo que aún no la tiene) en Temple University fue clave y sembró la auténtica necesidad de aprender a defender el trabajo. En particular cuando se trabaja experimentalmente con nuevas formas -improvisadas, colaborativas e interdisciplinarias-. También crucial en mi formación fue mi derrumbo derrumba personal -léase divorcio que se dio a la vez que me graduaba de maestría- gracias al cual aprendí a no tener expectativas, ni ataduras ni tampoco remordimientos y a de veras cuidarme y amarme tal cual. Otro detalle en fortalecer mi raíz personal ha sido un amigo que me dijo, «las cosas no se dicen, se hacen».
RZR: Me agrada y me divierte el paralelo que haces entre los estereotipos sobre lo que son «las raíces» y lo que es «verse o parecer puertorriqueña».
NS: Mi verdadera pre-ocupa[ac]ción aquí tiene que ver con «la representación» versus lo que es.
Esta cita de Paulo Freire y la de mi estudiante Gina Hoch-Stall en Temple University vienen a mi mente,
«El mundo no es, está siendo».
«Nothing is happening to you, you are happening to everything.»
RZR: Pero en mi experiencia ha sido mucho más fácil combatir o simplemente reírme de que alguien piense que no «parezco» puertorriqueña. Nací y me crié puertorriqueña en Puerto Rico, y bueno, eso me facilitó el asunto. Aún joven e inexperta, nunca me desequilibraron ni me produjeron dolor ni miedo ese tipo de comentarios.
Ah… pero mi experiencia dentro del tipo de música que me apasiona ha sido totalmente distinta. Me acerqué a la bomba puertorriqueña y a las salves y los palos dominicanos ya de adulta. No fueron tradiciones con las que crecí. No las sentía mías. Y el hecho de saberme jincha de ojos verdes y beneficiaria de ciertos privilegios en nuestras racistas sociedades, me hacía sentirme más incómoda todavía, particularmente cuando otra persona me lo recordaba. ¿Estaba yo reproduciendo la misma historia de ser «buitre cultural» o blanquificadora de tradiciones afrocaribeñas?—me preguntaba. ¿No sería mejor aprender pero calladita en mi esquina y olvidarme de participar visiblemente como cantante?
En ese proceso de participar y aprender sobre esas tradiciones musicales me sentía como medio feliz (aunque asustada) intrusa y aprendiz entre una comunidad de músicos que adoraba y a la misma vez me intimidaban. Y fue por eso que se me hizo tan doloroso procesar muchas cosas. En vez de reclamar estas tradiciones como «mías» como hicieron muchos de los venteañeros y treintañeros junto a quienes aprendí de los mayores aquí en Nueva York, se me hizo más fácil pensar que esas tradiciones no eran mías. Y punto. Igual las quería cultivar. Ese fue el truco que le jugué a mi propia mente para que no me doliera tanto cuando alguien me cuestionaba mi «pertenencia» o mi «autenticidad» o mis habilidades musicales. El otro truco fue escribir y cantar mis propias canciones. Así me sentí que tenía mayor libertad de explorar.
Vale la pena recalcar que ahora me doy cuenta que mucho de ese dolor fue innecesario y desproporcionado. En vez de enfocarme en los muchísimos mentores y pares que me alentaban en el proceso, el miedo me hizo enfocarme en los comentarios dolorosos y en las personas conflictivas.
Entiendo, admiro y (tengo que admitirlo) hasta envidio tu fortaleza ante este tipo de miedos y preocupaciones. Y me pregunto: ¿cuáles son las mejores tácticas para seguir fomentando una visión amplia de «las raíces» (como la tuya) que alimenta la expresión y la creatividad en vez de fomentar el conservadurismo artístico y cultural que, lamentablemente, sigue siendo rampante?
NS: Gracias muchas Raquel por contarme un poco de tu trasfondo e historia personal. Para mí ello tiene mucho que ver con lo que de veras son nuestras raíces -al menos inmediatas. No hay inmunidad alguna aquí. Soy tan vulnerable aún como hace años a inseguridades, expectativas, mías y ajenas, aun cuando profeso «no attachments, no regrets, no expectations» -el detalle siempre está en la práctica.
Creo que desde siempre mi trabajo raya en lo experimental, lo que en mis casi 40 años de vida me ha entrenado o requerido el desarrollar una piel más gruesa, no insensible o impermeable, para lidiar con el torrente de preguntas, comentarios, etc. que no siempre son los más cómodos o halagadores. Creo que de un tiempo para acá -léase de nuevo mi derrumbo derrumba personal- he aprendido a asumir quien soy, a estar aún más cómoda en mi piel e incomodidad; a respetar me y respetar y a mar me más.
El volver a Puerto Rico ha sido parte de este proceso de enraizarme a quien soy. He vuelto a casa.
Todo empezó en la sala de mi casa haciendo bailes instantáneos que me transportaban a otras realidades, donde no hay palabras, pero sensaciones, donde se está desnudo, aunque tengas ropa puesta, donde la imaginación impera y donde otro mundo sí es posible. En la actualidad convertí mi sala a un estudio con piso de madera para hacer espacio en mi vida y cotidianidad para la práctica.
Sin práctica no hay nada. No sé bien ni aún he nombrado lo que hago. Es un híbrido mutante… Mi tarea es el ha ser o dejar ser. Y sí, para esto se ensaya y se practica. Sin preguntas, ganas, estrategia, insistencia, continuidad, consistencia, rigor y disciplina no se echa raíz ni se cosecha.