Descosidas
para Elizabeth
Ante el performance de Elizabeth Magaly Robles titulado Trote en furor.
«Tan sutilmente fina,
podría ignorarse
la peligrosa falla que tira
de los secretos hilos»
–Ida Vitale, «La sutura»
El tendedero
La suciedad de las calles y el ruido apabullante de los carros
hacen contraste con la nobleza de las mujeres
que se detienen para hablarte.
Respondes con una sonrisa sin dejar la faena:
«Deshilar, desvivir, descoser. Tiendo los retazos uno por uno.»
Has tenido el cuidado de buscarle un lugar entre los otros
a esos pedazos de telas coloridas que sin trabajo alguno
penden de sus propios hilos.
Un traje amarillo
Descoses de la vida
sus hilos más finos.
De un traje amarillo
desvives la firme intención
de sus costuras.
Trazas largos hilos en el aire
como adioses encerrados
en tus dedos.
Te sientas a descoser
y cueces tus entrañas con furor.
Deshilar, desvivir
Sobrevives bajo la lluvia intensa de tres aguaceros.
Te desvives entera. Te desbordas como un torrente
sobre los viejos vestidos ordenados
por colores y tamaños. Deshilar
es desvivirse, casi deshijarse,
perder padre y madre
de un solo tirón
y despertar jirones,
tramos de tela herida.
Tu cuerpo
Me miras a la distancia
y sabes que te siento
desasir.
Te miro a la distancia
y asisto a tu descosedura
más hueca.
Trote en furor
Tus piernas
trotan con prisa
como si descosieran
en una vieja máquina de pedal.
La herramienta para destramar,
esa miniatura en tus manos,
deshiere.
Tu furor no desmerece el color de las telas.
La piel
des
huello
mi piel
que en telar
espera
su des
hilo
tus manos
que des
hielan
Miras largamente
Miras largamente
el hilo que llevas en la mano
para medir cuánto queda de la vida
mientras deshilvanas cuanto queda de la muerte.
Sala de emergencia
Vives tu acto imprescindible bajo un letrero
que dice Sala de emergencia,
en Hato Rey.
¿Cuántos enfermos no esperan su turno
para morir o desfallecer,
cuánto te dolería saber sus necesidades
en medio de las tuyas?
Emerges con tus hilos bien trazados
sobre el mapa de tu cuerpo cansado
pero la policía
la empleada pública
la trabajadora social
te ven sumergida en un mundo
únicamente tuyo
que a nadie compensa.
Me pregunto si tu mundo
será el verdadero y río
cuando les digo que no te conozco.