Dinorah Marzán en una marcha por el recuerdo
Inspirada en las “libretitas” que utilizamos para anotar las cosas que se le escapan a la memoria, la esritora Dinorah Marzán presenta su poemario Olvido, para aquél que quiera junto a ella, recordar.
Hace 6 años Marzán comenzó la exhaustiva tarea de trabajar en sus olvidos. De todos los que compuso, fueron 140 los elegidos para balancearse en su libro. En éstos, la poeta nos abre las puertas a todo tipo de temas: el amor, el desamor, el existencialismo, la pérdida, el duelo y más. Tal y como lo describe Marzán, Olvido es como una hemorragia, un sangrado de verdades. “La escritura viene como una necesidad”, expuso.
Tenía muy bien planteado el producto, pues el libro va curiosamente acompañado de una botella de agua etiquetada con el «Olvido 140». De hecho, la escritora reveló que la botella llegó antes que el poemario para apreciarse como pieza de arte conceptual. “Inicialmente, pensé que con lo que vendiera de las botellas podría financiar el libro pero eso no fue cierto tampoco. Yo no soy buena para el mercadeo”, confesó. Además, es por recomendación de la autora que la lectura de este libro, en particular, sea escoltado por el consumo de dicha botella pues luego de leer 140 olvidos, según Marzán el agua hará falta. ¿Tal vez para refrescar los sentidos? No se sabe.
“El objeto es parte del mensaje. Yo quería honrar esa libretita”. El libro, al estar diseñado en forma de libreta de anotaciones, con argollas y todo, y carente de números de página, es uno difícil de leer. Con toda la intención del mundo Marzán nos expone a una experiencia diferente a la de leer cualquier otro poemario. Otra particularidad que presenta esta edición es que Olvido se liberó de las estrofas, se insertó en la prosa, pero jamás abandonó la poesía. Para Marzán la poesía como género literario posee una perfección que le apasiona. “La poesía tiene la musicalidad de la música, tiene la armonía, tiene las imágenes, tiene la palabra, tiene la imaginación”, describió.
Nuestra poeta es también doctora en medicina, sin embargo desistió de la idea de continuar ejerciendo en Puerto Rico, al darse cuenta de que la salud del paciente está sujeta a las aseguradoras. En su lugar, dedicó una importante y valiosa temporada de su vida asistiendo no sólo en Puerto Rico, sino a otros tantos países cuando sufrían algún desastre masivo. A raíz de éstas y otras experiencias nacen unos 15 libros inéditos. Precediendo al poemario, hay otras ediciones artesanales que ella misma creaba y daba a sus amigos. Ejemplo de esto fue la Elegía a Ismael Rivera, en una carátula de los famosos discos de pasta.
Nacen los olvidos
Dinorah es paciente renal. Se dializa tres veces por semana ya que sus riñones no eliminan los metales pesados de su cuerpo, entre otras cosas. Este fallo es lo que ocasiona que una mujer con una retentiva admirable, comience a olvidar. Usualmente son cortos los lapsos, pero repetitivos. También tuvo una tía que padeció de la tan controvertible enfermedad del Alzheimer. “Cuando me encuentro rodeada de olvidos decido entonces sacarle un provecho a las circunstancias y escribir con esa camisa de fuerza. Para mí fue extraño e impresionante esta pérdida”.
“Así fue que empecé a usar la poesía terapia”, reveló. Marzán daba cursos de Poesía Terapia desde la década de los 70 para todo tipo de población. Según Dinorah, el paciente mental no se puede comunicar con los demás, porque tiene primero que aprender a comunicarse consigo mismo. Tiene que identificar sus problemas. La poesía ayuda a organizar los problemas. A través de la escritura, lectura y relectura de lo que se escribe se obtienen resultados positivos. “Así es que yo me la apliqué”, dijo Marzán.
“Empiezo con el olvido 1 que está dedicado a mi abuela, que es la figura más importante, porque me dio el amor incondicional”, destacó la escritora sobre Elena Vargas, su ya fenecida abuela. Aclaró, además, que el poemario no posee un orden particular. “Si el lector le encuentra algún orden yo me declaro inocente”.
“Yo le dedico muchos olvidos a gente querida. Gente como Jaqueline O’Neill quien murió en un accidente, a Filiberto Ojeda le dedico tres olvidos. Como si con esto yo pretendiera todo lo contrario, que el recuerdo se diera”, puntualizó Marzán.
Jacqueline O’neill fue actriz y gran amiga de la autora, que según narró Marzán, perdió la vida a causa de un conductor ebrio durante el momento cúspide de su vida profesional. “Los olvidos me ayudaron mucho en el proceso de duelo por su muerte (O’Neill). Yo nunca había llorado tanto”. Por otro lado, Filiberto Ojeda Ríos, asesinado a manos de los Federales el 23 de septiembre de 2005. Tan amiga de él como de su esposa, Elma Beatríz Rosado, Marzán aún carga consigo una furia interna por las terribles circunstancias en las que se suscitó el asesinato del líder revolucionario. “Nuestro mundo está lleno de olvidos. Este País tiene una memoria corta”.
La presentación de su libro será este sábado 19 de enero, a las 4:00pm en Libros AC ubicado en la avenida Ponce de León en Santurce. La misma estará a cargo de Jesús M. Santiago Rosado, profesor nicaragüense. Sin embargo, también estarán presentes la poeta Elsa Tió, quien creó el prólogo para Olvido, la escritora Yolanda Pizarro, la cantante Choco Orta, entre otras personalidades de la música.
Marzán, ansiosa por su presentación, desconoce los detalles de la actividad. Mientras tanto, se espera que sea un día para el recuerdo.
* Publicado originalmente en el semanario Claridad.