Dios es una lesbiana
Originalmente pensaba titular esta columna “Dios es gay”. Estaba inspirada en la historia de Aarón, Mita y su nuevo descendiente certificado por pruebas de ADN, Samuel. Digo, porque si dios vino al mundo a través de Mita, y Mita es en Aarón, tal vez Aarón será en Samuel algún día a pesar de haberse negado por décadas a aceptar su paternidad.
Según la página web de la Congregación Mita, “Teíto (ahora Aarón) acostumbraba visitar la casa de la hermana Juanita García Peraza (la persona de Mita) y en una de estas visitas la observaba mientras ella oraba, y muy silenciosamente se arrodilló en un rincón de la sala para no interrumpirle. De pronto, el Espíritu Santo de Dios usó a la hermana Juanita, la arrebató del lugar, fue y buscó aceite (líquido que el Espíritu Santo siempre ha utilizado para la unción de sus instrumentos escogidos). Se dirigió hacia él y la hermana Juanita, utilizada por el Espíritu Santo de Dios lo ungió para Ministro del Reino. Su alma se llenó de alegría. Luego el Espíritu de Dios le cambió su nombre por Aarón”.
“¿A quién ungirá Aarón?”, me preguntaba yo mientras leía las noticias sobre el caso de paternidad que con tanto estruendo acaba de perder el espíritu santo. Pero además, luego de este escándalo, ¿se retirará el espíritu santo de Aarón? ¿Y a dónde irá a parar? Tal vez ahora elija a un hombre blanco y heterosexual. Pero no. No tendría lógica. Dios ya se retiró del mainstream occidental cuando en el Siglo XX eligió a una mujer puertorriqueña, cuerpo que contenía varias intersecciones de opresión aunque no todas las posibles, para regresar al planeta Tierra. Luego Aarón, aunque hombre, también era puertorriqueño, de origen humilde y piel oscura…
En este punto, pueden ocurrir tres cosas. Una: el espíritu santo decide perdonar las faltas de Aarón y unge un sucesor o sucesora a través del mismo Aarón. Dos: el espíritu santo se da cuenta de que se equivocó de ungido y decide “arrebatar” a alguien distinto y enderezar los entuertos hechos a su nombre por siglos. O tres: la verdad se nos revela y acabamos de enterarnos de que no existe el espíritu santo y se desintegran todas las sectas del planeta.
Decidí enriquecer mi proceso de análisis con, adivinen, el dios Google. Esto me representó una búsqueda conflictiva. Si dios es Google, ¿me dará luz en un proceso de reflexión tan profundo y en el que está en juego el futuro de la humanidad y aún su propia relación con ésta como fuente de todas las respuestas que buscamos? Aunque, bueno, eso tal vez explique por qué me dio tanto trabajo encontrar algunos sitios web que parecían eludirme. ¿Los estaría escondiendo dios-google para que no los encontrara?
En mi proceso de pensar la columna, tuve presente que las mujeres siempre quedamos en el último lugar de las jerarquías religiosas occidentales. Sin embargo, Mita fue el tapabocas a “San” Agustín y a otros cuantos misóginos cristianos que afirmaban que “las mujeres no deben ser iluminadas ni educadas en forma alguna. De hecho, deberían ser segregadas, ya que son causa de insidiosas e involuntarias erecciones en los santos varones”. Mita era- según su secta- una iluminada. ¿Deberíamos creerle a ella o a los jerarcas del cristianismo? ¿Y qué haremos con Wanda Rolex, digo, Rolón? ¿Será una iluminada o una mujer insumisa que reta las órdenes del dios por el cual pretende hablar?
En mi búsqueda de respuestas, encontré varias almas también iluminadas y que me merecen credibilidad. Kurt Cobain, por ejemplo, expresó que “Dios es gay” (“Stay Away”). Woody Allen, aunque no precisamente iluminado, no se quedó atrás.
“Dios es gay”, dice un personaje en su película “Whatever Works” (2009). “No puede serlo. Creó a todo el universo perfecto. Los océanos, los cielos, las flores hermosas, los árboles” le responde otro. A lo cual concluye el primero: “Es cierto. Es un decorador”.
¿Cómo Allen casa su machismo con esa idea? Vaya usted a saber, aunque su opinión de lo que es un gay ya nos da una pista (¿Todos los decoradores son gays?). Lo importante es que esas afirmaciones están ahí, en la nube de las respuestas, junto a otras afirmaciones similares. Sin embargo, afirmar que dios es gay también remite a las mujeres a un segundo lugar. De nuevo, Mita fue una excepción como vasija humana del espíritu santo.
Luego, vienen las afirmaciones de que dios es mujer. Culturas antiguas reconocían a la madre tierra como divinidad y aún hoy, religiones más allá del cristianismo adoran lo femenino como fuente de vida. La vagina y el vientre de las mujeres, “vessica piscis” son el portal del mundo de los espíritus al nuestro. Aquí me detengo con un pensamiento que me preocupa. ¿Si la diosa es mujer, tiene que ser heterosexual? “No puede ser”, me contesto. Para mí es más fácil contestar que no porque soy atea, luego, todo lo que reflexione sobre la divinidad y dios o diosa está bajo mi poder absoluto como una invención y no como un dogma impuesto por otras mentes. Pero, ¿y para las personas creyentes?
Aquí nuevamente el dios Google me dio una respuesta, aunque a medias. Encontré un reportaje digital sobre una obra titulada “Summa lesbica», de Ana Inés Lorschreader. De momento (no sé si dios-google lo hizo adrede) no encontré la fuente original de la cita, pero la incluyo a continuación:
“Cuando Dios modeló a la primera lesbiana, le puso de sí mismo un plus de fortaleza, más varios de ternura. Hagamos a esta mujer –dijo- a imagen y semejanza nuestra. Y tomó Dios su santa feminidad, la combinó con su dulce brío y creó a la primera lesbiana. Profunda, bonancible, espejada y brillante, por momentos borrascosa. Como Dios, como ellas, que salieron de la potencia creativa de sus santas manos. ¿Tienes manos, mi Dios? Para amasar corazones que sepan amar, para acariciar, compartir, bendecir… Las manos del Señor, Nuestro Dios que es Amor. Sus manos de lesbiana, porque lesbiana, por amor, es Èl. Isaías 66, 13: «Como una madre consuela a su hijito, así os consolaré yo». Dios, lesbiana y madre a la vez».
Ajá, ahí está, la diosa podría ser lesbiana. Recordé, en mi búsqueda, uno de esos datos que cada cual guarda en los chips de su cerebro a la espera de que luego sirvan para algo útil: Alanis Morissette es dios y embarazó a una mujer (“Dogma” 1999).
Ahí siempre estuvo la respuesta. Así que me dije: ¿Por qué no? Y he aquí que acabo de concluir que dios, si existe, es una lesbiana… con hijas.
Del «Dios es gay» de Woody Allen al «Dios es mujer» de Juan Pablo I, En Público.es
Dios es Lesbiana, en sitio web de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales
Alanis Morisette es dios, Dogma 1999