Dispersión o Unidad
«La Patria es el punto de partida».
Eugenio María de Hostos
La dispersión y duplicación de esfuerzos entre las distintas tendencias ideológicas, son el obstáculo principal para avanzar. Sin embargo, existen cuatro principios básicos, en los cuales estoy convencido, que una mayoría del país respaldaría, a saber:
1- La Democratización y la Participación Ciudadana, a todos los niveles decisionales.
2- Un proceso de Descolonización avalado por la Organización de Naciones Unidas (ONU).
3- La Justicia Social como objetivo principal de un nuevo modelo de Economía Solidaria.
4- La Protección del Medio Ambiente como baluarte de toda la sociedad.
Más allá de esos cuatro pilares, existen muchos otros acuerdos específicos, que se han venido madurando a lo largo de décadas en diversos programas, publicaciones y frentes de la sociedad civil, desde el 1972, en que el PIP aprobó un abarcador programa de transición hacia la independencia.
Luego el Partido Socialista Puertorriqueño (PSP) aprobó en el 1976, un histórico documento político, conocido como La Alternativa Socialista y subsecuentes organizaciones como el Movimiento Hostosiano (MINH), el Partido del Pueblo Trabajador (PPT), la Alianza pro Libre Asociación (ALAS), el Programa de Participación Ciudadana del Ex-Alcalde de Caguas, William Miranda Marín y la Alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz, entre otros, han ido profundizando en un proyecto de país.
Solo para mencionar algunos, basta enumerar los consensos alcanzados, en cuanto al proceso de Democratización y Descolonización de Puerto Rico:
1- La organización de una Asamblea Constituyente avalada por la ONU,
2- El rechazo a la Junta Imperial «Made in USA».
3- La negativa a pagar la deuda odiosa a los usureros de Wall Street.
4- El fortalecimiento del estado y los servicios públicos.
5- El impulso a un nuevo modelo económico solidario.
6- El reconocimiento al cooperativismo como fuerza prioritaria.
7- La ejecución del concepto de la ciudad habitable.
8- El respaldo a un seguro de salud universal.
9- La defensa de todos los derechos humanos.
10- La implementación de un sistema legislativo unicameral.
11- El fortalecimiento de nuestra cultura caribeña y latinoamericana.
12- El apoyo total a la soberanía deportiva.
13- La descriminalización del consumo de drogas.
Este sector soberanista dentro y fuera del Partido Popular Democrático (PPD), las diversas entidades independentistas y de la sociedad civil, se manifestaron ya con mucha fuerza electoral, en el último plebiscito colonial del 1996.
Ya se puede contabilizar científicamente en una cantidad de sobre medio millón de ciudadanos con derecho al voto, que apoyaron la Libre Asociación y la Independencia, sin contar parte importante del país que se abstiene. Este grupo se calcula en más de un millón de potenciales electores, que perdieron la fe en todos los partidos tradicionales.
Durante las pasadas cinco décadas, estas fuerzas patrióticas, demostraron su extraordinario poder de convocatoria, sobretodo a través de los poderosos frentes sociales en contra del Servicio Militar Obligatorio, la Paz de Vieques y más recientemente, en la histórica victoria de la liberación del patriota Oscar López Rivera, entre otros.
Todos esos triunfos, en que el pueblo se ha unido más allá de intereses partidistas, nos señalan el camino a seguir en esta coyuntura histórica, en donde se agotó definitivamente la opción colonial del Estado Libre Asociado y la anexión se encuentra en su nivel más bajo de apoyo en la metrópolis.
Entonces si ya existen las condiciones objetivas para unirnos y avanzar en todo lo que estamos de acuerdo a corto y mediano plazo, dejando a un lado las diferencias ideológicas estratégicas, ¿por qué no logramos la creación de un verdadero frente o coalición desde la sociedad civil.
A mi entender, estos cuatro son los factores subjetivos esenciales, que impiden un salto cualitativo de las fuerzas políticas y sociales del país:
Primero: No hemos aprendido el arte de unir fuerzas por encima de asuntos muy particulares.
Segundo: Los intereses individuales y de organización, prevalecen sobre un espíritu colectivo.
Tercero: La ausencia de cualidades éticas como la modestia y el desprendimiento en parte del liderato.
Cuarto: El trauma emocional por la devastación del país ante el último desastre natural.
Al momento, existen varias convocatorias en un ánimo de coordinar y desarrollar un proceso de unidad, que culmine en la fundación de esa nueva entidad amplia y unitaria.
El llamado es a deponer el protagonismo y los intereses individuales, para darle paso a la aprobación de un Programa de Acción y una Dirección Colectiva, que logre aglutinar a ese poderoso bloque histórico, capaz de convertirse en la alternativa democrática y descolonizadora que exige este momento.
Este nuevo junte de la sociedad civil podría desarrollar una ofensiva educativa sobre el programa que se apruebe por consenso y no descartaría, participar en un futuro proceso electoral, priorizando la coordinación con nuestra patria extendida en Estados Unidos.