El despoblamiento de Puerto Rico, 2010-2019
77 de 78 municipios perdieron población
Entre el 2010 y el 2019, Puerto Rico perdió 14 por ciento de su población, según las encuestas de población del Puerto Rico Community Survey, la versión local del American Community Survey. Los dos extremos son los municipios de Lares y Gurabo. El primero perdió 21% de su población en los últimos nueve años, mientras que el segundo es el único municipio de Puerto Rico que experimentó un crecimiento demográfico positivo.
Encabezando la lista, después de Lares, están los municipios de Guánica y Peñuelas (21%), seguidos de 5 que experimentaron una reducción del 20%: Ponce, Fajardo, Ceiba, Yauco y Las Marías. Mayagüez y San Juan perdieron 19% de su población en este periodo. Bayamón, Loíza, Guayanilla, Villalba y Cataño perdieron 18% de su población. Cuatro municipios perdieron 17% de su población, seis perdieron 16%, y otros 6 perdieron 15%. La hemorragia de población es por todas partes. Cuatro quintas partes de los municipios (64 de 78) perdieron más del 10% de su población en estos 9 años.
El municipio de San Juan tiene 75,855 personas menos ahora que hace 9 años, lo cual es una pérdida de más de cuatro veces la gente que cabe en el estadio Hiram Bithorn cuando está lleno a capacidad. Bayamón perdió más de 38 mil habitantes, que es como si llenáramos a su estadio Juan Ramón Loubriel 3 días consecutivos, y sacáramos a toda esa gente del municipio. Ponce perdió casi 34 mil, lo cual es equivalente a la gente que cabe en el Hiram Bithorn más la que cabe en el estadio Paquito Montaner de Ponce, ambos a capacidad. Carolina perdió más de 29 mil habitantes, Caguas y Mayagüez, respectivamente, redujeron su población por 18 y 17 mil personas. En el periodo 2010 a 2019, Puerto Rico experimentó una merma poblacional de más de medio millón de personas, equivalente a más de 28 veces la capacidad del estadio Hiram Bithorn. Para contar nuestras mermas, tal vez será necesario ahora inventar nuevas medidas. Así podremos decir «este año hemos perdido 6 Hiram Bithorns de población,» pero el año próximo «se proyecta una merma de 9 Paquito Montaneres,» o «cinco Juan Ramón Loubrieles,» y así por el estilo, según la preferencia de cada cual, ya sea Cangrejero, León, Criollo, o Vaquero. Así tal vez sea más fácil ponerle una dimensión humana con significado a estos números abstractos.
¿Qué puede significar esta reducción en población para la economía de las Isla? ¿Para los recaudos de impuestos del estado? ¿Qué consecuencias ha tenido esta disminución generalizada para el sistema escolar, y su valiente sindicato de maestros, que cuenta ahora con un número reducido de pupilos para sus aulas y escuelas? ¿Es posible que este gran cambio demográfico esconda algún aspecto positivo? ¿Menos contaminación ambiental? ¿Menos tapones en el expreso? ¿Quién sabe?