El «uuaaa»: la caricaturización del pelotero puertorriqueño
Ese mismo día del multitudinario recibimiento de pueblo que miles de puertorriqueños realizaron en homenaje a la novena subcampeona del CMB, el jugador intermedista de la recién coronada selección nacional de los Estados Unidos de América, Ian Kinsler, celebró el triunfo de su país y le declaró al periódico The Washington Post que esperaba “que los niños que miraron el CMB vieran la manera en que jugamos el juego y aprecien la manera en que jugamos el juego, contrario a la forma en que lo hacen los puertorriqueños y los dominicanos”.
Aunque el juego de béisbol es solo uno y en las ediciones anteriores del Clásico Mundial de Béisbol los equipos representativos de las Antillas habían tenido mayor éxito que la selección de los Estados Unidos, Kinsler entendía que la pelota de la región del Caribe no era el modelo a seguir en términos de técnica y que sus representantes en el terreno de juego no debían ser modelos deportivos para los niños en América del Norte. El planteamiento del jugador estadounidense fue cónsono con las perspectivas que por años han sostenido analistas y periodistas norteamericanos en torno a la manera en que latinos y caribeños practican el deporte del béisbol. Estas miradas al béisbol caribeño se nutren del discurso que personifica de manera despectiva a estos jugadores latinoamericanos como muy “emocionales” y propensos a celebrar “más de lo debido” durante los partidos. Estas personificaciones se unen a la larga lista de representaciones en las cuales figuras políticas o de los medios de comunicación de los Estados Unidos caricaturizan al sujeto caribeño. Son estas políticas de identidad las que usan el béisbol como uno de muchos instrumentos para trazar la distinción entre “ellos” versus “nosotros” dentro del imaginario nacional estadounidense.
En el año 2018, el primer mes del inicio de la temporada del Béisbol de Grandes Ligas no ha estado exento del empleo de estos discursos que critican el estilo de juego de latinos y caribeños que participan en el principal circuito profesional de este deporte en los Estados Unidos. Jugadores como el intermedista puertorriqueño de los Cubs de Chicago, Javier Báez, ha sido criticado por supuestamente celebrar demasiado sus cuadrangulares. Báez, además, se ganó el rechazo de algunos jugadores, dirigentes y comentaristas estadounidenses, luego de la pintoresca celebración que hizo en el CMB 2017, cuando recibió exitosamente el lanzamiento del receptor Yadier Molina y así evitó que el dominicano Nelson Cruz se robara la segunda base durante un juego de segunda ronda.
Otro episodio en el cual la prensa deportiva de los Estados Unidos cuestionó la manera de celebrar de un pelotero puertorriqueño ocurrió el martes 17 de abril de 2018 en la conferencia de prensa que se llevó a cabo luego del partido entre los Indios de Cleveland y los Mellizos de Minnesota que se celebró como parte de su serie de dos juegos en el Estadio Hiram Bithorn de San Juan. Esa noche, el campo corto puertorriqueño de los Indios, Francisco Lindor, corrió las bases con entusiasmo tras pegar un cuadrangular de dos carreras frente a su familia y miles de compatriotas que se dieron cita en el principal estadio deportivo de la capital de Puerto Rico. Aunque los periodistas puertorriqueños lo abordaron principalmente con preguntas relacionadas a la importancia de haber conectado un cuadrangular en su país, no tardó en surgir una pregunta formulada por un periodista norteamericano interesado en indagar en la supuesta celebración excesiva de Lindor.
“¿Estabas consciente de lo mucho que celebrabas y disfrutabas el recorrido alrededor de las bases”?, cuestionó un periodista en inglés en clara referencia a la celebración de Lindor en medio del partido que concluyó con una victoria para su equipo.
Lo que tal vez fue una celebración exótica para el periodista visitante, representó un momento inolvidable para los miles de puertorriqueños y puertorriqueñas que presenciaron el partido en el estadio o por medio de la sintonía televisiva. Para el boricua que celebra los triunfos de sus atletas, el cuadrangular de Lindor siempre será recordado por el contundente “uuaaa” que gritaron los fanáticos que estaban en el parque una vez se percataron de que el batazo de su compatriota había volado por encima de la cerca del jardín de la derecha.
De acuerdo al geógrafo del deporte y estudioso del béisbol en el Caribe, Carlos Guilbe, este tipo de celebraciones son distintivas del béisbol en Puerto Rico y en el resto de la región. Gritos como el “uuaaa” forman parte de la identidad deportiva puertorriqueña, aunque el periodista estadounidense conservador nunca lo entienda o no le interese entender estas formas de expresión en otras latitudes fuera de América del Norte.
“El recorrido de Lindor es una respuesta a la fanaticada. Nosotros gritamos de manera diferente cuando se hace un jonrón. Cuando tienes 19 mil personas en el estadio y escuchas el ‘uuaaa’, no es el grito usual. La reacción de Lindor es en respuesta a ese clamor que se da en el parque. El ‘uuaaa’ es un grito bien típico en todos los deportes de Puerto Rico. Es de esperarse que si creciste con ese grito, vas a reaccionar de esa manera”, expresó Guilbe en medio de una conversación entre colegas geógrafos que estudian el deporte.
“Eso es parte de lo que hace la pelota diferente en Puerto Rico”, añadió el catedrático del Departamento de Geografía del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico.
Aunque es cierto que el béisbol es visto en los Estados Unidos con el emblema de “America’s Favorite Pastime”, el éxito de su principal liga profesional le debe mucho al Caribe, incluyendo a Puerto Rico y sus jugadores. El “uuaaa” es un planteamiento contundente de orgullo que le recuerda al resto del mundo que los puertorriqueños también podemos celebrar a “los nuestros” y a “nuestro” béisbol.