Estación de bruma
querer morir
es bajarse a mitad de la vida
deambular dolores sudor gris
beber una cerveza templada
junto a cada fantasma que se escapa de la piel
y tomar el próximo tren a cualquier lugar
— un reloj azul suena a la distancia—
llegar a la muerte
es caminar vidas sin pétalos
recolectar el mármol de la sed
perderse entre nacimientos y defunciones
gota a gota el eco besa historias perdidas
hasta encontrar que cada espejo refleja el silencio
–los minutos danzan ámbar en otra estación—
respirar el último aliento
sábanas seda miradas secas
los pies amarrados como un poema muerto
llueven palabras sobre la boca sin noche
como la última sombra en la que tatué mi nombre
ya convertida en mariposa negra
–esperar el final muda de calendarios—
sin alas
bruma
nada