Extra terrestres: ¿Cuál de ellos?
Teresa viene a dar la noticia que es gay y que se casará con su compañera Daniela (Prakriti Maduro) quien también es astrofísica. Juntas trabajan en el observatorio de Teide en Tenerife (Islas Canarias) y es allí donde planean casarse. Entre las dos han hecho descubrimientos celestiales de envergadura, y tienen su renombre.
Arcadio es, sin duda extra y terrestre (cualquier semejanza a una persona con idéntico nombre es pura ficción). Van disfrazado de mexicano, y sus ideas, comparadas con lo que sabe su hija de la expansión del universo, la explosión de las estrellas, la formación de hoyos negros y la relatividad del tiempo, son de una anacronismo que remontan al origen del hombre cavernícola. Es un astuto hombre de negocios y tiene cierto orgullo (merecido) de que sus pollos no son congelados, sino “frescos” (hasta donde un pollo muerto puede no serlo). Sus pies están firmemente anclados en la tierra donde nació y, a pesar de los listo que es, todos sus familiares lo engañan.
Su mujer Genoveva (Elba Escobar) es muy terrestre y su extra es uno de los secretos más amenos del filme. Simpática, comprensiva y entendedora, es la que más secretos conoce, sin revelar el pastel. Andrea (Laura Alemán), la otra hija de Arcadio, esconde, tras un patina de hermana tonta y trivial, un secreto carnal que trasciende lo terrestre para escalar por lo menos un piso de la casa en que vive. Su hermano Junio (Yamil Collazo) es firme defensor de la industria de su padre, que está bajo ataque de los contrincantes comerciales, con la ayuda oculta del gobierno de turno y de abogados corruptos. Es el más terrestre de todos y su extra es la secretaria del padre, que se ve muy terrestre.
Además de estos mundanos tenemos una de las revelaciones de la película, el sobrino de Teresa, Andrés (Mauricio Alemañy), un niño que sufre del síndrome de Aspreger’s y tiene dotes definitivamente extraterrestres: es un genio científico y sus habilidades mecánicas lo perfilan como inventor de talla. Este hermoso niño actor hace a su personaje “súper extra”, a pesar de ser terrestre. La otra revelación es la excelente actuación dramática de Logroño que suple a su personaje de ironía, sarcasmo y, al fin y al cabo, de comprensión con pies de terrestre aguantados por los billetes.
Los sucesos en la tierra de la familia Díaz, parecen regidos por los sucesos extraterrestres: explosiones solares, lluvia de meteoros, movimientos extragaláticos, etc., constituyen un conjunto de imágenes especiales que dan fe del esmero de la edición de Diego Cardier y la directora, aunque hubo veces que las transiciones de lo terrestre a lo extra me parecieron arbitrarias y no añadieron al impacto de lo que ocurre en la tierra, ni ayudaron a mover la trama.
Al principio de la cinta me inquieté con todo el costumbrismo y regionalismo. No es necesario en cada película puertorriqueña explicarle al mundo nuestras idiosincrasias, tal y como no lo hace ninguna otra nacionalidad cuando hace una. Por suerte, duró poco. La película es agradable y goza de la excelente cinematografía de Pedro Juan López y de buenas escenas, bien actuadas. Una, en la “corte federal”, me pareció de gran nivel, tal vez lo mejor del filme. Los muchos temas que cubre la guionista son de actualidad y están presentados con sobriedad. La arbitrariedad de las agencias federales me pareció un gran tema, bien manejado. En fin, un buen debut como directora de largo metrajes de Carla Cavina.