Hablemos de lo que es una biblioteca digital
Los antecedentes de la biblioteca digital provienen del imaginario literario del que emerge una rica propuesta de ideas para revelar un panorama de la sociedad del futuro. Sobre este particular, Pennavaria (2002) destaca dos visiones sobre la biblioteca del futuro, una enclavada en la ficción y otra en la no-ficción. Dentro de este género, la biblioteca del futuro se aprecia de manera utópica y distópica, siendo esta última la que explora el tema con mayor frecuencia. Las obras de carácter utópico presentan un panorama de un mundo ideal y perfecto.
El libro The Machine Stops de 1909 de Forster presenta una sociedad controlada por una máquina que determina qué tipo de conocimiento debe ser almacenado en un dispositivo conocido como el libro de la máquina. Por otro lado, Orwell, en su novela titulada 1984, describe una sociedad futurística donde un dispositivo, similar a un televisor, tiene la función de adoctrinar y monitorear a los ciudadanos. La mayoría de las obras tanto de la proto ciencia ficción como de la ciencia ficción primitiva ofrecen una visión fantástica y apocalíptica del futuro. La biblioteca y los recursos de información son representados como una serie de artefactos y medios novedosos, algunos antecesores de varias tecnologías de la información y comunicación que utilizamos en el presente.
Lejos de la ciencia ficción surgen otras visiones vanguardistas sobre la biblioteca del futuro. Algunas de estas ideas, fueron motivadas por la creciente actividad de producción literaria y científica. Otras formaron parte de los intereses en la carrera armamentista donde la exploración científica era la orden del día. Las primeras ideas estrechamente vinculadas a la biblioteca digital surgen durante las primeras décadas del siglo XX y provienen del visionario Paul Otlet (Romanos de Tiratel, 2008), del área de la documentación, Vannevar Bush (1945) y J.C.R. Licklider (1965), científicos del área de la Informática e Ingeniería. La mayoría de estas propuestas estuvieron motivadas por actividades estrechamente vinculadas al almacenamiento, la organización y el acceso a la información.
En primer lugar, Paul Otlet propone que la biblioteca del futuro no estaría basada únicamente en el libro. Otlet estableció que en un futuro cercano se diseñarían medios capaces de transmitir una variedad de datos a los que denominaba:“documentos de percepción de los sentidos”. Por otro lado, se encuentra la visión de Vannevar Bush (1945, párr. 54-56), que describe un particular dispositivo al que denominó memex caracterizado por poseer una considerable capacidad de almacenaje. Este artefacto pudo ser el ancestro de lo que hoy son las computadoras portátiles y las tablets. Otra postura similar a la pensada por Otlet es la la J.C.R. Licklider (1965) quien estableció que la biblioteca del futuro no está enclavada en los documentos impresos, sino más bien en una visión que trasciende lo visible y lo tangible de lo físico al que denominó como “transformable information”. En el trabajo titulado Libraries of the future de J.C.R Licklider se plantea un nuevo modelo de biblioteca basado en lo que denominó «procognitive systems».
Las ideas presentadas por Otlet, Bush y Licklider fueron precursoras de ciertas innovaciones como el hipertexto, el internet y el World Wide Web. Estas, a su vez, sentaron la base para el desarrollo de nuevas tecnologías que facilitaron la transición de la biblioteca fundamentada en lo impreso hacia a la biblioteca digital. Las preocupaciones de estos tres idealistas están basadas en las siguientes necesidades: almacenaje, accesibilidad y portabilidad. Sus propuestas no estaban lejos de los problemas que tratamos de resolver en la actualidad. Para, ellos, la biblioteca del futuro se levanta sobre una tecnología inalámbrica que pone al descubierto el “corpus” de todas las disciplinas. Ellos anticiparon el crecimiento exponencial de la producción científica y su importancia para el desarrollo económico y social de la sociedad futura. Por tal razón, las bibliotecas deben cumplir con la tarea de ayudar a los individuos a mejorar su capacidad de adquirir conocimiento en lugar de limitarse a acumular recursos de información.
Conceptos relacionados con la biblioteca digital
La biblioteca es una institución social que desarrolla, mantiene y custodia diversos materiales de información de diferentes épocas, temas y autores. Las funciones principales de la misma son:
- Facilitar el acceso a la información y al conocimiento.
- Compartir fuentes de información de difícil recuperación (ya sea por los altos costos o por el tipo de soporte).
- Colaborar con la preservación y conservación de la producción intelectual.
- Prestar servicios a individuos y grupos en términos de alfabetización y mejoramiento personal.
- Agrupar ciudadanos con conocimientos e intereses diversos.
La biblioteca digital es una extensión de la biblioteca física enriquecida por las nuevas tecnologías emergentes. Estos nuevos espacios son definidos y clasificados desde varios enfoques y perspectivas. Así pues, en la literatura podemos encontrar pluralidad de términos para denominarlas: bibliotecas computarizadas, bibliotecas electrónicas, bibliotecas en línea y bibliotecas virtuales. No obstante, a pesar de que existen variedad de términos que tienden a utilizarse como intercambiables, en realidad no lo son. Por esta razón hay quienes concluyen que las bibliotecas digitales, aún son muy jóvenes para definir.
En esencia una biblioteca digital es un sistema de actividad humana que une a los lectores, los autores, los bibliotecarios y los investigadores con los recursos de información a través de unos servicios eficientes que proveen la oportunidad obtener e intercambiar conocimiento. En palabras sencillas una biblioteca digital es un organismo dinámico en el que confluyen los recursos de información, la tecnología y el recurso humano para ofrecer una experiencia de servicio ágil e inmediata.
Los recursos de información de la biblioteca digital
Las bibliotecas digitales conducen a los usuarios hacia a una variedad de recursos de información en diferentes soportes y formatos. La literatura denomina a estos recursos como “objetos de información” y “objetos digitales”. Un objeto digital no se limita a texto, sino que incluye una amplia gama de datos en video, audio, imágenes y objetos tridimensionales. Los objetos digitales son la unidad básica o estructural de la biblioteca digital y el fundamento para su desarrollo. Estos representan el producto de la actividad creativa o de investigación de diversas comunidades de individuos.
Los objetos digitales se caracterizan por contar con una relativa permanencia, por ser identificables y por su capacidad dinámica que le permite ajustarse a las necesidades cambiantes de la tecnología. Los objetos digitales permiten prolongar la vigencia de documentos originales creados en otros soportes gracias a su capacidad de fijeza. Otra ventaja de estos es su fluidez que facilita la revisión, actualización y aumento de contenido ayudando a que las colecciones se mantengan a la par de los cambios socioeducativos del entorno al que sirven. Las bases de datos (de libros y revistas en texto completo, imágenes y video), los índices bibliográficos, los catálogos en línea, los repositorios de acceso abierto son parte de la variedad de fuentes que organizan objetos digitales que son indispensables para el desarrollo de una oferta diversa y robusta para las necesidades de los usuarios.
Las bibliotecas digitales pueden incluir estas fuentes en su oferta de servicios a través de la compra a perpetuidad, la suscripción anual y libre de costo (en caso de repositorios de acceso abierto). Por esta razón se requiere de un balance entre representación temática, acceso a contenido y costos para poder conformar una colección digital abarcadora y robusta. Esto debido a que no todos los recursos de libre acceso cumplen con los criterios de calidad y pertinencia a la necesidades de la comunidad.
Los servicios de la biblioteca digital
Al ser una extensión de la biblioteca tradicional, se espera que la biblioteca digital provea herramientas de búsqueda, que asimismo, sirva como enlace para establecer intercambios con otras sedes de información y que de igual forma, se desempeñe como agentes promotores de la alfabetización e investigación. Tomando en cuenta estas expectativas, los servicios disponibles en las bibliotecas digitales pueden clasificarse en dos áreas: los orientados a la ayuda del usuario y los orientados al acceso y recuperación de información.
Los servicios orientados a la ayuda del usuario son aquellos que están dirigidos a asistir al público en su interacción con la biblioteca digital y en la investigación. Este tipo de servicio requiere de especialistas y profesionales integrados para ofrecer consultoría y asesoría en el uso de los múltiples objetos digitales disponibles para satisfacer las necesidades de información. Esto contrasta con la visión utópica de una biblioteca digital diseñada para que los usuarios trabajen solos. Por el contrario, en la biblioteca digital es imperativo contar con servicios de referencia para apoyar al usuario y contribuir en su alfabetización. Los servicios de referencia en el entorno digital se clasifican en dos categorías: ofrecidos por agentes externos a la biblioteca y los ofrecidos por bibliotecarios. Los servicios externos se componen de aquellos provistos por entes comerciales o privados. Este tipo de servicio se basa en sitios desarrollados por empresas para ofrecer referencia rápida a través de bases de datos de preguntas frecuentes generadas por usuarios, como Ask Jeeves, Yahoo Answers, Answers.com, entre otros.
Otras herramientas consisten de las alertas de búsquedas incluidas en las bases de datos, con el propósito de informar al investigador la disponibilidad de fuentes de información sobre los temas de estudio utilizando el correo electrónico como método de envío. Los servicios ofrecidos por bibliotecarios incluyen consultas de referencia sincrónica (que ocurren de forma simultánea en tiempo real) a través de chat, mensajería instantánea o vía telefónica y, de forma asincrónica (comunicación que no es simultánea o en tiempo real), a través de correo electrónico. En este terreno se han desarrollado una variedad de plataformas como LibAnswers y QuestionPoint que integran las herramientas de correo electrónico, chat y mensajería instantánea como medios de comunicación con los usuarios. Este tipo de servicio no se limita a la contestación simultánea de investigación, sino que se extiende a apoyar otras necesidades como la asistencia técnica en el uso de las colecciones digitales, el manejo de gestores bibliográficos y el apoyo en la elaboración de trabajos de investigación.
Los servicios orientados al acceso y recuperación de información abarcan el uso de herramientas para la búsqueda y la exploración. Estas herramientas inciden en el diseño y organización de la biblioteca digital por que tocan aspectos del comportamiento de búsqueda de los usuarios. Estos servicios no están establecidos al azar; por el contrario, intervienen varios sistemas de organización para garantizar una experiencia de acceso coherente. El nivel de sofisticación de estas herramientas se ha incrementado en los últimos años, integrando mayor cantidad de elementos que facilitan las experiencias de exploración e investigación de los usuarios, como por ejemplo: los metabuscadores y otros servicios de descubrimiento de datos. En otras palabras, experiencias muy similares a los servicios que encontramos en Amazon o en Google.
Los usuarios de la biblioteca digital
Los primeros esfuerzos en el desarrollo de bibliotecas digitales se encaminaron para apoyar las necesidades de información de grupos o comunidades especializadas. Estas primeras iniciativas fueron diseñadas por los mismos usuarios sin la intervención directa de otros profesionales como los bibliotecarios o los editores. La literatura denomina como comunidades virtuales a grupos de usuarios como académicos, investigadores y sociedades profesionales cuyo propósito primordial era acceder al contenido para satisfacer sus necesidades de investigación. Estos grupos de la comunidad virtual varían en intereses, modos de participación y necesidades particulares. Con el paso del tiempo y el desarrollo de tecnologías emergentes se establecieron más bibliotecas digitales en las que participaban profesionales de la información para atender que otras comunidades de usuarios como agencias gubernamentales, escolares y público general.
Marchionini y Maurer (1995) plantean que los usuarios de las bibliotecas digitales tienen una dualidad de roles, uno como consumidor y otro como colaborador. Como consumidores los usuarios esperan que la biblioteca digital satisfaga las siguientes expectativas: abarcable, accesible, continua, flexible y ubicua. Por esta razón, el diseño, el contenido y el servicio se conjugan para que las experiencias de los usuarios redunden en la aceptación y éxito de la biblioteca digital como producto de consumo. La faceta de colaborador surge gracias al desarrollo de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación que facilitan que el usuario tenga un papel activo en el crecimiento de la biblioteca digital. De esta forma el usuario pasa a ser productor aportando al conocimiento a través de objetos digitales productos de su actividad creativa o de investigación. Desde esta perspectiva, la biblioteca digital forma parte de un ciclo informacional donde una serie de procesos de producción, distribución e interpretación generan actividades que enriquecen la cultura, la ciencia y la economía dentro de la emergente sociedad del conocimiento.
Clasificación de la biblioteca digital
Tan variada como la definición de biblioteca digital, lo es su clasificación. Sharon y Frank (2000) establecen que las bibliotecas se diferencian de las bibliotecas análogas y las automatizadas por ofrecer una serie de servicios añadidos que se destacan por la rapidez de los resultados, la relevancia de las fuentes de información recuperadas y el acceso. Ellos clasifican las bibliotecas digitales en tres tipos: biblioteca digital autónoma, biblioteca digital federada, biblioteca digital recolectora
La biblioteca digital autónoma se considera una versión computarizada de la biblioteca tradicional caracterizada por ser independiente y estar orientada a la centralización y localización de los objetos digitales. La biblioteca digital federada es aquella que agrupa varias bibliotecas digitales autónomas e independientes y organizadas en torno a un tema común. Estas se distinguen por desarrollar una red de bibliotecas con una interfaz transparente para el usuario y por mantenerse conectadas a través de redes de comunicación. Este tipo de biblioteca tuvo su auge durante la década del 2000 como una solución integrada donde se le presentaba al usuario una colección unificada. Por otro lado, la biblioteca digital recolectora es aquella que contiene los metadatos que apuntan o dirigen al usuario hacia los fondos documentales localizados en algún lugar del ciberespacio. Estas bibliotecas se destacan por contar con la curaduría experta de profesionales de la información que seleccionan, organizan y describen los objetos digitales disponibles.
La mayoría de las bibliotecas digitales que existen en la actualidad son una combinación de estos tres tipos de bibliotecas con otros servicios de valor añadido. Las diferencias estriban en la complejidad de su alcance y el nivel de profundidad. La biblioteca digital autónoma es la unidad más simple, cuyo enfoque está en la preservación y mantenimiento del contenido a largo plazo. La biblioteca digital recolectora constituye la segunda generación de las bibliotecas digitales. Estas se basan en el servicio y la colaboración entre varias bibliotecas digitales autónomas con el propósito de mejorar el acceso a los contenidos.
De esta forma podemos concluir que la biblioteca digital es un producto híbrido. Su hibridación estriba en la integración de variadas colecciones digitales (tanto nativas como externas, gratuitas y por suscripción), la diversidad de las tecnologías para su desarrollo, la organización de su sistema de información y sus servicios. No es correcto pensar que una biblioteca digital es un directorio de enlaces de objetos digitales o documentos en texto completo de libre acceso. Tampoco es correcto considerar que las bibliotecas digitales son proyectos que pueden ser desarrollados por cualquier persona con destreza en el manejo de tecnologías. Los esfuerzos de diseño exigen la participación de los profesionales de la información (bibliotecarios) y otros expertos en informática. No se puede desarrollar un proyecto sin considerar el elemento humano para atender las demandas de la comunidad en términos de asesoría y educación informacional. Requerimos proyectos cuyo desarrollo esté orientado en los intereses de la comunidad a quienes se servirá pues de esto depende su aceptación y por ende su éxito.
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Referencias
Bush, V. (1945). As we may think. The Atlantic, 176(1), 101-108.
Licklider, J. C. (1965). Libraries of the future. Cambridge, Massachusetts: The MIT
Press. Recuperado de http://worrydream.com/refs/Licklider – Libraries of the
Future.pdf
Marchionini, G., & Maurer, H. (1995). The roles of digital libraries in teaching and learning. Communications of the ACM, 38(4), 67-75. Recuperado de http://www.asiaa.sinica.edu.tw/~ccchiang/GILIS/LIS/p67-marchionini.pdf
Pennavaria, K. (2002). Representation of books and libraries in depictions of the future. Libraries & Culture, 37(3). Recuperado de http://cdigital.uv.mx/bitstream/123456789/6483/2/Katherine%20Pennavaria.pdf
Romanos de Tiratel, S. (2008). Paul Otlet, el antepasado olvidado revisión bibliográfica. Recuperado de http://www.scielo.org.ar/pdf/ics/n18/n18a02.pdf
Sharon, T. J., & Frank, A. J. (2000). Bibliotecas digitales en Internet. In 66th IFLA Council and General Conference Jerusalem, Israel, 13-18 agosto. Jerusalem, Israel. Recuperado de: https://archive.ifla.org/IV/ifla66/papers/029-142s.htm