Herr Kapellmeister Ferrer
Obertura; elegía
El sábado 16 de agosto de 2014 me enteré del fallecimiento del maestro Rafael E. Ferrer Brooks (1932- 2014), mejor conocido como Falín. Varios días antes mi esposa, la profesora Nelie Lebrón Robles, me comentó que ese semestre, aún en sus inicios, no había visto a Falín. Fue ese sábado que Nelie se enteró por medio de las redes sociales de la defunción de nuestro querido maestro.Ya desde septiembre del 2010 el profesor Ferrer fungía como pianista acompañante en el Conservatorio de Música de Puerto Rico, después de una larga y fructífera carrera como docente en el Departamento de Música de la Facultad de Humanidades en el Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico.
Allí fue que tuve la magnífica oportunidad de estudiar dirección coral con él (verano de 1976). Luego pude ser un barítono del Coro de la Universidad de Puerto Rico cuando era Falín quien dirigía (enero a mayo de 1980). Fue una experiencia intensa e inolvidable. Fueron muchos los ensayos y varias las presentaciones: frente a la Torre, en el anfiteatro Julia de Burgos (UPR-RP), en UPR- Ponce, y en el Colegio San Antonio (Río Piedras). Durante ese semestre Radio Universidad de Puerto Rico recién empezaba. En el Estudio D de nuestra estación radial, nuestro Coro, fundado por Augusto Rodríguez y dirigido por el maestro Ferrer, grabó Alma Mater, himno de nuestra universidad y composición del mismo Augusto aunque con letra de Francisco Arriví. ¿Qué pasó con esa histórica grabación? No se sabe. En algún momento se extravió. Por un tiempo se utilizaba todas las mañanas a las 7:00 a.m. para iniciar la programación en directo del día. ¡Sería grandioso encontrar esa grabación! Le he preguntado a los que estuvieron en la estación desde esos primeros tiempos; nadie recuerda que nuestro coro grabó el himno universitario en 1980.
Falín era un músico excepcional. Era admirable como lector de partituras para coro y orquesta. A primera vista interpretaba al piano mientras que simultáneamente leía, hacía y tocaba una reducción de la partitura de un oratorio o de una ópera. Fue maestro de canto, de la historia de la ópera y director de coros.
Cosmos; desarrollo
Tal vez el evento más divertido durante ese semestre fue Cosmos,obra concebida por el profesor Francis Schwartz. El Coro de nuestro recinto tuvo una participación muy destacada en esa realización única de la obra mencionada. El profesor Schwartz, con su habitual gracia y sentido del humor, le entregó a Falín la partitura con las cuatro voces como dos o tres días antes del estreno. Era una página de libreta escolar con cuatro contornos melódicos (para sopranos, altos, tenores y bajos) con los ritmos, tempos y alturas representados para realizarlos al azar o de manera aleatoria. Ha pasado mucho tiempo y la memoria se recargó con recuerdos y experiencia acumulados durante treinta y cinco años. Las partes de los bajos y los tenores pudo haber tenido especificaciones de consonantes reiteradas si no estoy confundiendo esta obra, Cosmos, con otra del mismo compositor: Paz en la Tierra. Falín ensayó dicha obra con mucha seriedad y profesionalismo.
Era el viernes, 2 de mayo de 1980, si la memoria no me falla. Ya había oscurecido; era de noche. Algunos integrantes del Coro, quizás ocho, fueron ubicados en la planta alta de la Torre. Entre ellos estuvieron Nelie Lebrón Robles, Milagros Escalera, William Rivera, Wanda Arroyo, Rosa Julia Parrilla, y Radamés Ribera Lugo.
Allí fueron colocados previamente unos altavoces que sirvieron para amplificar saludos que llegaban por vías telefónicas desde varias urbes del Planeta: Caracas, Nueva York, tal vez París… El profesor Eduardo Kusnir llamó desde Caracas; Rafael Álvarez Burgos, desde Nueva York. Para los efectos, el Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico fue el centro del mundo durante esas llamadas telefónicas. Francis recalcaba ese concepto. Los miembros del Coro que estaban en lo alto de la Torre bajaron hasta la Plaza Antonia Martínez para encontrarse con el resto de la agrupación. Las sopranos dirigieron la travesía desde allí. Las demás agrupaciones del Departamento de Música del Recinto debían seguir alCoroque cantaba esos contornos heterofónicos.
Aunque yo era miembro del Coro participé en Cosmos como integrante del Collegium Musicum. Toqué serpentón, un aerófono renacentista. El profesor Félix Febo dirigía a este conjunto. También eran integrantes Genoveva Santana Gely (Beba Febo), Miguelito Pérez González, Prisco Hernández y Esteban del Valle. Había pocos músicos en esta agrupación; yo era más necesario como músico del Collegium. Había muchos integrantes del Coro.
Detrás del maestro Ferrer y del Coro seguimos los miembros del Collegium Musicum. Debió haber allí otros estudiantes y público general. No era una multitud pero había quizás unas doscientos setenta personas que caminamos hacia el lado izquierdo del Teatro del Recinto, hacia la glorieta Fabián. Antes de la mencionada glorieta había un dúo de martillos eléctricos con que se rompían pedazos de escombros de hormigón. Dos empleados del recinto operaban estas máquinas. Tenían sus uniformes puestos. Estaban ubicados a la derecha de la vereda. Al pasar la glorieta había dos filas opuestas de automóviles con sus luces encendidas hacia el camino de debíamos seguir. Sus conductores tocaban bocinas con las que producían ritmos e intervalos disonantes y cacofónicos. El Coro, el Collegium y los demás, debíamos pasar entre ambas filas de luces y los trompetazos de las bocinas. Era un túnel de luz y de sonido. Rafael Ferrer estuvo todo el tiempo con su Coro.
Por las calles del Recinto hubo atletas que corrían. Otros llevaban carteles de expresión pública. Camiones fueron usados para asperjar con esencias según las señales dadas por estudiantes denominados por Schwartz como ‘’entes odoríficos”. Otros estudiantes señalaban los caminos a seguir.
Seguimos nuestra ruta hacia el Complejo Deportivo. Al cruzar la calle, después del túnel de luces y sonidos, estaba ubicado el Conjunto Criollo; tocaban una riquísima guaracha jíbara. No seguimos caminando por la calle que conduce hasta la Escuela de Derecho y hasta la entrada principal del Complejo Deportivo. Después de ver y escuchar al Conjunto Criollo, el Collegium Musicumy elCorosiguieron por la vereda que pasa al frente deServicios Médicos. Durante ese trayecto tratamos de tocar nuestros instrumentos pero es difícil caminar y tocar a la vez y más si no se tiene costumbre. Seguimos la ruta trazada, por la acera, hacia la curva frente a Estudios Generales (hoy edificio Domingo Marrero Navarro). Esa curva pasa por el área de El Bosquecito denominado “Peyton Place”. La vereda interseca con el paseo peatonal que conduce al Centro de la Facultad, el edificio Ernesto Ramos Antonini y al Complejo Deportivo (aunque antes llegaron a meter automóviles por ahí). En esa esquina estuvo la vibrante, pícara y caliente Rumba Callejera que contó con varios integrantes de mi conjunto Los Pleneros del Turey, antecesor de Paracumbé; estuvo Roberto Castro tocando una timba. Participó también el excelente actor Raúl Carbonell, hijo, tocando otra tumbadora. Esa rumba estuvo ¡brava, encendida, sabrosa!
Teníamos que cruzar la calle hacia el Complejo Deportivo. No podíamos detenernos para escuchar a los diversos conjuntos. Todas las agrupaciones nos reunimos alrededor de la piscina olímpica que tiene el trampolín, la que está más cerca de la entrada principal del ComplejoDeportivo. El Equipo de Polo Acuático del Recinto demostró una de sus coreografías. La piscina estuvo muy bien iluminada. Las luces y los colores del equipo y sus rutinas deleitaron a los presentes con una sensación de magia y de maravillas. Francis Schwartz dirigió desde lo alto del trampolín. Tengo un recuerdo vago de Falín comentando que Schwartz sería muy atrevido u osado si se lanzaba del trampolín hacia la piscina. Ana María Rosado, entonces esposa de Schwartz, sí le recordó a su esposo que éste debía pensar en una criatura pequeña que tenían entonces. Francis Schwartz dirigió pero no se lanzó al agua como ese Gran Final esperado para esa obra tan aleatoria. Fue lo mejor que hizo porque se pudo haber golpeado.
Días después el maestro Roger Martínez Locke me comentó que eventos como ese eran muy necesarios porque los estudiantes necesitaban buena diversión.
He podido constatar con Nelie Lebrón Robles y con Milagros Escalera algunos de los datos expuestos sobre esa inolvidable experiencia de participar en Cosmos. Fue una noche de festival y fantasía en un recinto antillano, tropical y exuberante. Solo un director de coro como Falín, con un sentido de solidaridad con sus compañeros y sus coralistas, compromiso con su institución, excéntrico y un gran sentido del humor, pudo haber cumplido a cabalidad con la gran tarea de participar en Cosmos… él lo logró a cabalidad. La prueba está en que, 35 años después, muchos miembros del Coro que participaron de este evento bajo la batuta del maestro Ferrer recuerdan con mucha alegría los detalles de esta obra.
Otras experiencias; puente
No pretendo escribir una biografía del maestro Rafael Ferrer en este momento. Compartí con él en 1983 en los ensayos y presentaciones de la zarzuela cubana Cecilia Valdés de Gonzalo Roig. La transcripción fue del maestro Enriquillo Cerón quien también dirigió la orquesta. Ruth Fernández hizo sus dos papeles en la representación: el de una anciana (Dolores Santa Cruz) y el de una joven vivaracha y sonera. Cada personaje tenía la canción que lo identificaba: el célebre tango congo Po, Po, Po además del pimentoso son Tanislá, respectivamente. Falín dirigió el coro para dichas presentaciones.
También tuvieron participaciones magistrales los actores Ricardo Fábreguez y Humberto Cordero.
Años después, tal vez alrededor de 1993 o 1994 el maestro Ferrer hizo un papel cómico breve en otra producción de la misma zarzuela. Volvió a dirigir el coro.
Coda
Quizás fue en abril o mayo de 2014 que vi al maestro Rafael Ferrer en la Biblioteca del Conservatorio de Música de Puerto Rico en Miramar. Él acudía allí frecuentemente. Lo saludé en latín: “Salve, magister”. Me comentó que prefería el saludo en alemán. Le pregunté cómo sería ese saludo en ese idioma. Me respondió: “Heil, Herr Kapellmeister”. Le encantaba recordar y contar anécdotas de sus años como estudiante en Viena. Así es que siempre lo recordaré: como el excelentísimo maestro de capilla, músico óptimo, gran educador, excelente y exigente. Un ser humano excepcional.
Interpretación de Mayo Florido, pieza de las Fiestas a la Santa Cruz de mayo, dirigido por Falín Ferrer. Arreglo de Augusto Rodríguez.
Interpretación de Alma Mater, el himno del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico, dirigido por Falín Ferrer. Integra la Coral Augusto Rodríguez y el Coro del Recinto.