Ignorado el futuro de Danza y Bellos Oficios en la UPR
Agitada y con algunas gotas de sudor bajando de su frente, Ileana Mari Ruíz llega al recinto universitario riopedrense luego de impartir clases de baile en una escuela cercana. A pesar de que ya ejerce como instructora, está consciente de que pronto deberá abordar un avión para poder especializarse en danza. Lamentablemente para esta joven de 23 años, el país no cuenta con programas académicos que le permitan concentrarse en el quinto arte.
Al igual que la joven, David Ríos, estudiante de psicología, lamenta que «mucha gente se interesa en bachilleratos en grados técnicos como en cerámica, pero no hay». Para Ríos, quien camina todos los jueves desde la facultad de Ciencias Sociales para pasar tres horas modelando barro, la clase de cerámica le ayudó a desarrollar la paciencia que requiere la técnica.
Otro beneficio de la cerámica es que no sólo es una actividad terapéutica, sino que se recomienda para estudiantes de ciencias naturales ya que durante las clases pueden observar los cambios químicos que sufre la arcilla al ser quemada.
No es la primera vez que a estudiantes del Taller de Bellos Oficios y de Danza se les niega la posibilidad de especializarse. La falta de fondos y la escasez de plazas, son algunos de los pretextos que la administración ofrece, desde hace más de treinta años, para justificar la ausencia de estos programas.
El argumento de algunos directores de la División de Educación Continua y Estudios Profesionales (DECEP) es la escasez de recursos. Sin embargo, contrasta con el hecho de que según la directora del Taller, Midiam Astacio, el costo de mantenimiento del Taller es muy económico: «La única situación que tiene el Taller son los hornos. Los hornos vienen de Estados Unidos». Pues gracias a que los estudiantes siguen matriculándose es que Bellos Oficios repone los gastos del Taller.
El cambia cambia de las facilidades de Bellos Oficios
Hay que admitir que los edificios en los que actualmente se encuentra el Taller de Bellos Oficios son «adecuados», ya que poseen acceso a espacios abiertos, una trampa para evitar los desperdicios tóxicos en el agua potable y puertas dobles para facilitar la limpieza. Pero también hay que reconocer que la propia directora del Taller admitió que instituciones universitarias en Estados Unidos cuentan con facilidades de calidad superior a las nuestras, y que todavía los cursos de Bellos Oficios no cuentan con salones propios, sino que se encuentran a merced de la disponibilidad del momento.
Los profesores entrevistados coinciden en que la razón principal por la que casi medio siglo después de la creación de los cursos de Danza y Bellos Oficios, aún no exista un bachillerato en esas disciplinas, es el constante nombramiento de diferentes decanos a través de los años. Como resultado, los esfuerzos e iniciativas del personal docente y del estudiantado continúan aplazándose. «Lo único que me preocupa es que no están atados a ningún currículo. Lo que no ha hecho que desaparezca es la gran demanda que tienen los cursos. Pero esos cursos no están atados a ningún currículo académico. están en el aire», señaló Astacio.
Futuro Incierto el de la Danza
Al igual que Astacio, el profesor Otto Bravo teme por lo que le podría deparar al programa de Danza. Esto se ve incrementado por su pronto retiro y por el poco interés de la administración en mantener dicho programa. Como parte de los muchos esfuerzos del profesor Bravo por evitar la eliminación de los cursos de danza que se ofrecen en el recinto, se han dado una serie de reuniones con los decanos de la Facultad de Educación. En una de las reuniones el profesor Bravo propuso a Giovanna Domínguez como una posible candidata para sustituirlo y de esta forma asegurarse que el programa no sea eliminado al él retirarse. Domínguez fue una de las primeras estudiantes en tomar los cursos de danza cuando surgió el programa en el 1982. Fue becada por la Universidad de Irvine en California, donde hizo una maestría en danza y actualmente vive en Europa. Pero ante la propuesta de Otto, la Universidad no mostró interés y solo se le ofreció a Giovanna un curso por contrato, el cual ella rechazó.
Actualmente la Universidad solo brinda ocho cursos de los veintidós que se ofrecían originalmente. A su vez, estos cursos no poseen ni siquiera una sección por semestre pues solo hay dos profesores de danza. Estos son la profesora Petra Hernández y el profesor Otto Bravo. La profesora Hernández se encarga de los cursos prácticos como Ballet I y II, mientras que el profesor Bravo se encarga de los cursos teóricos como Movimiento y Expresión Corporal. Esto hace que en ocasiones los estudiantes tengan que esperar un año para tomar algún curso en particular. Pese a esto hay que señalar que los catorce cursos que no se imparten existen y tienen su codificación. Tal situación crea una carencia en la preparación del estudiantado, pues cursos esenciales para la preparación de un maestro de danza no están siendo impartidos. Algunos cursos son: La Danza y la Música (MUSI 3047) y Teoría y Metodología de la Enseñanza de Ballet en la Escuela Secundaria (EDPE 4178). Según Otto: “Para llegar a hacer este programa tomaron varios años. No es improvisado. Están todos los manuales de los cursos principales”. Por otro lado, la universidad ya no otorga la certificación en Ballet como lo hacía en años anteriores, ya que en la actualidad solo se ofrece la certificación en Movimiento Corporal.
Por otra parte, funcionarios de la Facultad de Educación señalaron que la demanda para los cursos de danza por parte del estudiantado ha menguado. Acerca de esto el profesor Bravo señaló: “No ha menguado…son dos ó tres cursos los que se están dando. Ya yo estoy dando nada más que uno y yo tengo listas de estudiantes que quieren el de historia, que quieren la metodología…”
¡No hay dinero!
Desde hace treinta años la administración concerniente a la certificación de danza ha dado la misma razón para justificar la ausencia de un Bachillerato de Danza. ¿La razón?: falta de dinero. Pero el profesor Bravo da otra razón. Luego de treinta años de intentos y propuestas, entiende que la razón principal, más allá del dinero, son los constantes cambios en la administración. Pese a esto, ha propuesto el Bachillerato de Danza más de cuatro veces lo que ha significado una constante actualización del mismo. Sin embargo, la razón para no implantarlo sigue siendo la misma que la de hace 30 años.
En entrevista, el Decano de la Facultad de Humanidades, Luis A. Ortiz, expresó que no tenía mucho conocimiento acerca de la iniciativa de crear un bachillerato de danza. Esto se debe a que apenas comenzó a ejercer su cargo en julio del año pasado. Sin embargo, admitió que los cursos tienen una gran acogida por los estudiantes. “Se llenan todos… hay interés de parte del estudiantado en el área de danza”, declaró Ortiz.
Pero, a pesar de llevar poco tiempo en cargo, cuando comenzó a trabajar detectó una gran necesidad de ofrecer estudios en Bellas Artes a nivel graduado. “Entendimos que a la Facultad de Humanidades le hace falta, y al país, una maestría en Fine Arts en el campo de la danza y en el campo de las Bellas Artes.”, informó Ortiz. Esta propuesta las están evaluando actualmente el Director del Departamento de Drama, el Profesor Dean Zayas, y el Director del Departamento de Bellas Artes, Fernando Páez a través del Decanato de Estudios Graduados de Humanidades.
“Hemos incorporado los estudios de danza dentro de una maestría en artes interdisciplinarios, lo que se conoce como un MFA (Master in Fine Arts), que tendría tanto danza como áreas de las bellas artes. Sería el primer grado en maestría en estudios profesionales en el campo de las artes.”, dijo Ortiz
Se espera que esta nueva propuesta se apruebe el semestre que viene. De aprobarse la maestría, que se está trabajando desde el punto de vista interdisciplinario, estaría en la misma facultad de Humanidades. Se desconoce aún a qué unidad administrativa estará adscrita.
Compare el currículo original de Danza (1982) con el actual:
https://docs.google.com/document/d/1h2eWua8RIIQFwgiCRRcxKoDMIPJo8L2BWddospLCq5Q/edit