Japón: un ejemplo de cómo mejorar nuestra cobertura
En los últimos años, diversos puntos del planeta se han convertido en el foco de episodios naturales extremos. Huracanes que azotan América del Norte, inundaciones en Pakistán, terremotos en Haití, Chile y Japón -tragedia agravada por el enorme tsunami- son sólo ejemplos de sucesos naturales que han provocado recientemente muertes y pérdidas materiales.
Ello no debería ser del todo extraño, ya que la naturaleza contiene episodios extremos y violentos que no debemos ignorar y que se agravan por las acciones humanas.
En septiembre pasado, estuve cubriendo en España la décima edición de los Cursos de Verano de las Universidades Navarras, y una de las conferencias ofreció claves que podrían resultarnos muy útiles al momento de cubrir este tipo de sucesos.
El profesor Jorge Olcina, catedrático de la Universidad de Alicante en Análisis Geográfico Regional, indicó en la conferencia “Catástrofes naturales: ¿Se rompe el planeta Tierra?” que los medios de comunicación deberíamos ofrecer una cobertura que, en lugar de mostrar únicamente los efectos que provocan inundaciones, ciclones, terremotos o sequías, explique las causas de tantos estragos.
El tono sensacionalista no puede ser la tónica de la cobertura de desastres, ya que se aumenta la alarma entre los ciudadanos de forma innecesaria, cuando se podría cumplir de forma más cabal con la labor de informar respondiendo a los por qué del suceso y sus consecuencias.
En el caso de Japón, tras el impacto inicial de las imágenes que presentaban los efectos más devastadores del terremoto y el tsunami, muchos medios de comunicación se han ofuscado en lo que han denominado la catástrofe radioactiva de las centrales nucleares. ¿Es que se ha vuelto el tema de moda? ¿Ya perdió vigencia todo lo demás relacionado a Japón?
Sin ánimo de restar importancia a la situación nuclear -que apunta a que provocará importantes daños a largo plazo en la población nipona- el deber de los periodistas es presentar la noticia desde una perspectiva equilibrada, con contexto y trasfondo histórico. Para algunos, la fusión de núcleos en las centrales parece más importante que los casi 13,000 muertos y desaparecidos reportados hasta el momento. Pero ni siquiera han explicado cómo ocurre y qué efectos tiene.
En lugar de utilizar un lenguaje que pudiera resultar dramático y que termine convirtiendo nuestras historias en el “cuento del lobo”, el profesor de Ordenación del Territorio, Climatología y Riesgos Naturales recomendó explicar a los ciudadanos las razones por las que una zona en particular resulta más afectada que otras y si podría evitarse o no.
En el caso de Japón, algunos elementos de la cobertura podrían ser: ¿Pudo haberse evitado los efectos con un sismo de esa magnitud? ¿Qué resultados hubiera tenido este terremoto en un país menos preparado ante fenómenos de este tipo? ¿Por qué ocurrió en Japón? ¿Por qué hubo explosiones en algunas centrales nucleares? ¿Por qué no ocurrió lo mismo en otras? ¿Qué quiere decir que hubo fusión del núcleo? ¿Cómo tiene lugar? ¿Qué consecuencias tiene esto en los seres humanos, la fauna, flora y el ambiente?
Varios de estos temas no son tan sencillos de explicar, pero es labor de un buen comunicador obtener las respuestas necesarias a través de expertos y traducir la explicación de tal modo que sea comprensible a los ciudadanos y que no parezca simplemente una repetición de conceptos técnicos ininteligibles.
En Puerto Rico, la aprobación de leyes que derogan la protección de nuestros recursos naturales puede ser un enfoque adecuado para complementar la cobertura de fenómenos naturales violentos como los ciclones tropicales y las inundaciones.
¿Se debe a que es un área inundable? Si es ése el caso, ¿por qué se permitió construir ahí? ¿La violación u omisión de alguna ley ha sido la causa de que haya habido víctimas mortales? Si un terreno fuera denominado zona protegida en lugar de utilizarse para un desarrollo económico descontrolado, ¿se evitarían daños mayores? ¿Qué medidas ha aprobado la Legislatura para preservar los recursos naturales del país y evitar que los ciudadanos estén más expuestos a un episodio natural extremo?
El profesor Olcina afirmó en su ponencia que el aumento de la población y la acelerada actividad económica muchas veces son los causantes de que seamos cada vez más vulnerables ante fenómenos climatológicos y suframos tantas pérdidas. Es importante que la sociedad conozca cómo podríamos afrontar mejor estos eventos y que los ciudadanos no se resignen a pensar que los efectos devastadores de un episodio extremo son siempre inevitables.