Las Salinas: una celebración de la luz
Desde la torre de observación el visitante se siente parte de un círculo sin interferencias, que comprende la silueta de la Sierra Bermeja, las salinas de espejos vidriosos y arenas grises, el litoral con playitas blancas y aguas de un añil cristalino, el bosque de bayahondas y cactáceas. La luz es sutil, como si el sol que cae a plomo se sosegara en la escala mínima, pero infinitamente rica, del paisaje.
En la luz desnuda de las salinas de Cabo Rojo inició su amistad con la naturaleza un niño que veía en los montículos de sal pequeñas ciudades indígenas. Hoy Pedro Valle es un hombre realista con imaginación. Emplea esa rara armonía en organizar la sensibilidad y realizar obras prácticas, dirigidas a la protección del ambiente y al fomento de una economía sustentable.
Nos reunimos en el Centro Interpretativo de Las Salinas de Cabo Rojo (CIS), situado frente a la torre mágica. El doctor Valle es el presidente de la Junta de Directores del Comité de Caborrojeños Pro Salud y Ambiente Inc., organización fundada en 1990 con el propósito de ayudar en la conservación de los recursos naturales de la región, el país y en última instancia, del planeta, puesto que «todos estamos unidos». Valle fue profesor en el Departamento de Administración de Empresas del Recinto Universitario de Mayagüez.
Uno de los proyectos del Comité es el Centro Interpretativo, inaugurado en 2003. El CIS está ubicado en el Refugio Natural de Pesca y Vida Silvestre de Cabo Rojo. Esta reserva se amplió por más de 1,000 cuerdas en 1998, para incluir toda el área conocida como las salinas de Cabo Rojo, y protegerla del desarrollo descontrolado en el área del litoral y las inmediaciones de Sierra Bermeja.
¿Qué valor singular tiene la Sierra Bermeja?
La Sierra Bermeja es la formación ecológica más antigua de todo el Caribe, la primera tierra que surgió del mar –contesta Valle–. Además, es el hábitat único de muchísimas especies. El grado de especies endémicas de Sierra Bermeja en el caso de la flora es increíble. Además, es el lugar de mayor diversidad de aves en todo Puerto Rico. Nuestro sueño es que esta reserva eventualmente se una con Laguna Cartagena y que se pueda proteger Sierra Bermeja en su totalidad. Solamente hay un pedacito de la Sierra que está protegido, donde sembramos mil árboles: guayacanes, almácigos. Entendemos que es el recurso natural más valioso que queda sin proteger en Puerto Rico. Nos gustaría restaurar el sitio a su condición original.
Y este centro interpretativo, ¿qué ofrece a los visitantes?
El CIS es un lugar educativo y recreativo, demostrativo de lo que se debe hacer para conservar un área. Nosotros llegamos a la conclusión de que los ecologistas no debemos limitarnos a protestar y oponernos a diferentes obras, sino que hay que hacer proyectos educativos y demostrativos, para ilustrarles sobre todo a los niños (nos visitan muchos grupos escolares) la necesidad y la importancia de conservar lo que tenemos. Recibimos cerca de 1,000 visitantes al mes en un horario de 9 de la mañana a 5 de la tarde, de jueves a domingo. Como el Servicio de Pesca y Vida Silvestre no tiene recursos para administrar un área tan grande, tenemos un acuerdo con ellos para co-manejar esta área de las salinas. También hay acuerdos de colaboración con otras instituciones, como el Recinto Universitario de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico.
Las instalaciones del CIS se ubican en una estructura abandonada que se rehabilitó con fondos de diferentes fuentes públicas y privadas. El edificio es autosustentable. No hay servicio de luz, ni de agua, y tampoco pozo muro. Los servicios sanitarios son útiles para hacer composta. Existe un vivero donde se reproducen especies del bosque seco para reforestar. El agua proviene de escorrentías de lluvia y el sistema de luz es de placas solares.
Este lugar –nos informa Valle– es muy valioso desde el punto de vista histórico. La empresa de las salinas, que este año cumple quinientos años, es la más antigua de Puerto Rico, probablemente de todo el nuevo mundo. Además de la vista panorámica de la torre de observación, hay dos rutas interpretativas en cuyo recorrido se habla de la flora y la fauna de los cinco ecosistemas que coexisten en este espacio pequeño: bosque seco, bosque de mangle, arrecifes de coral, lagunas híper salinas y lagunas marinas. Se explican las características de cada ecosistema y la transición entre uno y otro. La reserva es la primera parada de una especie de aves, los playeros, en todo el Caribe. Para protegerlos se adquirió este terreno. Si no hubiera sido por eso, ante la proliferación de hoteles y condominios, ya no existirían probablemente ni siquiera las salinas. Aún así, todo lo que aquí se construye evidentemente afecta los humedales y el equilibrio de la zona.
La isla recuperada
La restauración ecológica de Isla Ratones, en Joyuda, es otro proyecto del Comité.
La isla estaba desapareciendo. Había perdido –entre los años cuarenta del siglo 20, y el año 2000– el 40 por ciento de la masa terrestre. Entonces emprendimos un proyecto de siembra de árboles de mangle para aguantar la erosión e instalamos unos arrecifes semi artificiales que sirven como trampa de arena, pues no permiten que la corriente se la lleve. Además de eso, los arrecifes forman un espacio apropiado para «snorkeling».
El proyecto de Isla Ratones duró varios años. Se completó hace cuatro. Comenta Valle que «ya podemos observar que la isla, lentamente, está creciendo. Como mínimo, detuvimos la erosión. A largo plazo, las playas que daban al oeste deben restaurarse, poco a poco».
El Comité también ha realizado proyectos de siembra de corales en la misma Isla Ratones y en la costa de Joyuda hacia Guanajibo, así como frente a Bahía Ballena, en Guánica.
Ambiente y economía
Un sistema de turismo ecológico que integre empresas afines en servicios de alimentación, hospedería y transportación es un impulso eficaz para crear empleos. El profesor Valle ha ofrecido talleres de desarrollo económico comunitario para personas interesadas en establecer pequeños negocios orientados al ecoturismo. El año pasado se matricularon en su taller 140 personas de las comunidades de más alto desempleo en Cabo Rojo y terminaron ochenta. El producto del esfuerzo es notable. Al día de hoy hay ya 24 negocios establecidos.
La gran celebración de la luz
Este año, el Comité de Caborrojeños Pro Salud y Ambiente, en colaboración con la Cooperativa de Ahorro y Crédito de Cabo Rojo, está conmemorando el quinto centenario de Las Salinas. La actividad conmemorativa principal se realizará muy pronto, en la Plaza de Recreo Dr. Ramón Emeterio Betances, en Cabo Rojo. Será una celebración en grande, según Pedro Valle.
«Vamos a tener una gran actividad el 30 de abril y el 1 de mayo. Queremos que vaya mucha gente para llamar la atención de los asistentes e invitarlos a visitar el Centro. Vamos a tener muchísimas actividades: espectáculos artísticos, talleres educativos, información sobre las aves de las salinas y sobre aspectos históricos y culturales de la zona. Además habrá información sobre la operación salinera en sí. Los mismos salineros van a explicar su oficio. Vamos a representar «en pequeñito» las salinas. También se están celebrando tres certámenes entre los escolares de Cabo Rojo: uno de artes plásticas, uno de cuento histórico basado en la historia de las salinas, y uno de poesía. En la actividad se premiará a los ganadores, y se ofrecerán talleres de arte, también inspirados en las salinas, para los niños más pequeños».
Y de veras asombra ese antiguo capítulo de la industria salinera, que contó entre sus gerentes a Román Baldorioty de Castro, que en la primera mitad del siglo pasado llegó a emplear 700 trabajadores, y que sigue atrayendo visitantes y estudiosos. En octubre se celebrará un simposio científico sobre investigaciones realizadas en el área, en campos como la microbiología, la química y la botánica. En la zona también hay concheros arqueológicos que aún no han sido explorados y se encuentra el arrecife de coral más grande de Puerto Rico. Ni siquiera los publicistas internacionales desconocen el encanto de la reserva. La revista Elle envió un fotógrafo y modelos para ilustrar con el paisaje de las salinas una de sus portadas.
Pese a las limitaciones económicas que han impuesto los recortes presupuestarios a proyectos ejemplares como este, el Comité de Caborrojeños Pro Salud y Ambiente -alrededor de treinta miembros voluntarios- no detiene sus actividades. El aliento podrá disminuir, pero el trabajo no cesa. Debe ser por la vitalidad de uno de sus miembros, quien de niño adivinó, en la luz de las salinas, la infinita variedad del mundo.
REFERENCIAS
Centro Interpretativo de Las Salinas de Cabo Rojo Efrén Pérez Rivera: 787-851-2999..
Oficina del Comité de Caborrojeños Pro Salud y Ambiente en Cabo Rojo: 787-254-0115.
Portal del Comité: www.proambientepr.com