Samuel Medina Miranda y el resto de los conspiradores de Libros AC pasaron un mes frecuentando las cafeterías y restaurantes de Santurce a la hora pico. Anotaban en una libretita cuánta gente entraba a cada sitio. Los datos eran la materia prima para un plan de negocios. La meta: abrir una librería con barra y bistro incluido.
Ahora están a punto de abrir un establecimiento de 3500 pies cuadrados en la esquina de la Avenida Ponce de León y la calle Belaval, frente a Ciudadela en Santurce. Es librería/barra/bistro/oficina. Tiene espacio en sus anaqueles para entre 5000 y 7000 libros y abrirá hasta tarde, hasta la medianoche los jueves y los viernes y sábados hasta que cierre la barra. Allí se podrá leer, comprar libros y beber a la vez. Generará aproximadamente 25 empleos.
El espacio fue antes un churrasco house, un beauty, un fancy shop y una tienda de lámparas y ahora tiene una cita de John Steinbeck, gigante como un presagio, en los cristales que dan hacia la calle: «NUESTROS HIJOS LEERÁN».
Samuel está convencido de que a pesar de lo que se dice por ahí los puertorriqueños son lectores, «nos gustan las historias de todo tipo», asegura. Y que el vacío que dejó el cierre de Borders deja el terreno fértil para nuevos espacios. «Borders era un espacio de reunión, lectura y de encuentros. Yo iba todas las semanas», dice el también fundador de Agentes Catalíticos, una editorial que tiene a su haber publicaciones de Mayra Santos Febres, Luis Negrón, Rey Andújar y Juan lópez Bauzá, entre otros.
El grupo de editores lo componene Samuel Medina, Rubén Ramos -socio y codueño de la librería- , Juan Luis Ramos y Sergio Gutiérrez, todos jóvenes egresados de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras. Su primer intento editorial fue lanzar una revista. Se publicó una sola edición. «Entonces decidimos hacer libros». Los autores les van llegando de manera casi orgánica y se encargan de todo el proceso desde el arte de la portada hasta el mercadeo del libro. «Nos encargamos de todos los aspectos estéticos: diseño, montaje, contamos con artistas plásticos contemporáneos. Nos ocupamos de absolutamente todo».
A mediados de octubre esperan tener abierto el espacio que inicialmente operará de lunes a sábado. Por ahora está poblado de cajas llenas de libros. Son libros de todo tipo. Y llegarán más. Literatura latinoamericana, libros de autoayuda, de cocina, para niños, libros en inglés. «Es una librería boutique pero vamos a tener un inventario bastante grande», explica entusiasmado el empresario. Cuenta que de chiquito hacía excursiones dominicales con sus padres por las distintas librerías que había en el área de San Juan. Iban a Bell Book and Candle, a Thekes, a Castle Books. «Yo me perdía entre los anaqueles», dice sobre el inicio de su fascinación por los libros. Esa experiencia de sentir el ambiente de las distintas librerías se había perdido con la llegada de las megatiendas como Borders. Ahora empiezan a resurgir los espacios pequeños y con personalidad propia. A pasos de Libros AC, en la avenida de Diego, está Cronopios y, aunque distantes, están también en la avenida Ponce de León otras librerías como Norberto González, La Mágica y La Tertulia. AC tendrá un acuerdo de colaboración con esta última.
El negocio se divide en dos. A un lado los libros al otro lado la comida y la barra. Rubén Ramos estará a cargo del menú, que incluirá sandwiches y tapas. En el lado de la barra hay un piano y un área designada para las presentaciones de libros o espectáculos musicales y performance. El 3 de octubre a las 6:00pm, en un evento de preapertuda, Javier Ávila presenta su novela, La profesión más antigua.
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