Los Pleneros de la Cresta: ¿me entiende?
Mi regocijo personal tuvo que ver con mi percepción de la diferencia de Los Pleneros de la Cresta respecto a situaciones que se repiten y se multiplican entre sus colegas. Creo que en la plena que hacemos y vivimos hoy día –con todo su poder de convocatoria amistosa y comunitaria- aparecen y hasta crecen algunas hendiduras de autoritarismos y protagonismos que vienen acompañadas de rasgaduras de exhibicionismos y cobardías. Los primeros conducen a una plena atragantada en sonsonetes derivativos sobre los cuales se reparten palos arremetidos sobre cueros malheridos que alejan y espantan las sapiencias y las cadencias que la gente necesita para su salud musical. Las segundas producen composiciones elementales infladas de apetencias comerciales o indulgencias superficiales: plenas de femeninas bellezas idealizadas o masculinos erotismos simplificados plenas de alabanzas a la plena porque es cultura con una blandenguería que la desfigura plenas de paisajes de turismo interno en este país donde no hay invierno plenas de patriotismos de bandera desplegada que no denuncian la injusticia colonizada. La música de Los Pleneros de la Cresta es una química sólida que le inyecta poesía y alegría y elocuencia y relevancia a los sectores pleneros actuales que chapotean en las reincidencias de las complacencias.
Los Pleneros de la Cresta aportan una plena que no tiene tratos con el truco fácil ni con las dislocaciones de los tropezones ni las ansiedades de las vanidades. Sin antagonismos de malabarismos la voluntad es plural y es tejido musical. Plena de conversación y diálogo de tambores y cantores: aquí no hace falta forcejeo porque sobra remeneo de manera que los cinco se vuelven uno y en el uno cabemos todos.
Son estudiantes universitarios pero son pleneros de la mata. Sus destrezas iniciales fueron aprendizajes con generosos mentores y veteranos pleneros pero la amorosa propuesta de Los Pleneros de la Cresta surge de la actitud laboriosa de hacer de sus instrumentos acompañantes constantes y extensiones de sus cuerpos acelerados en una curiosidad inmensa de atención y dedicación. Emil Martínez tenía intención y palabra y pasión inapelable de hacer una plena joven para juntar gente joven y colocar el mensaje de incitación de fe joven y la vida le abrió ese camino con dos regalos inspiradores: unos amigos de Ciales con talentos especiales y una valentía encontrada en voz clara y bien templada de Luis Díaz de Intifada. Otra vez –como tantas veces en su historia- la plena encontró alimento y medicina en la fuerza y el fermento de una música vecina.
Así Los Pleneros de la Cresta llegaron con una plena completa aunque recién iniciada que se apoderó de la atención y el comentario con elogio y bienvenida. Humildes y atrayentes creíbles y convincentes cayeron como la lluvia soleada: una segura unidad en clima de oposiciones. Uniformados y desinhibidos tranquilos y militantes únicos y solidarios y con una fanaticada leal y fiel que los sigue hasta el carajo ya corrieron el país y cruzaron a la diáspora.
Ahora con su primer CD tienen presencia portátil. Este disco es una excelencia por la confluencia de sus ingredientes. La grabación recoge el esmero musical del grupo sustentado en la capacidad técnica de los productores comprometidos con adelantar la calidad musical sin apartarse del compromiso con la lealtad al trabajo cuajado por cinco pleneros: no hay invitados especiales ni orquestaciones adicionales ni alteraciones intencionales. Las ventajas de la tecnología se emplearon para obtener claridad y limpieza y aumentar la fortaleza de las ejecuciones originales. Se aseguró la intención de armonizar coros y clarificar cantos. El repertorio escogido cuenta con la seguridad adquirida en todos los ensayos donde Los Pleneros de la Cresta alinearon sus especialidades y en todas las tarimas donde descubrieron sus efectividades. La conjunción de integridad musical procedente de tarima con integridad técnica consecuente en estudio culmina en uno de los mejores sonidos pleneros grabados que conozco. La grabación esmeradamente cuidada y la mezcla diligentemente acertada caracterizan la vitalidad de un trabajo bien hecho.
El homenaje al aprendizaje la plena ardiente siempre presente la herencia de la poesía alzada en nueva energía la identidad accionada en vez de voz fraccionada la pasión entera de emoción plenera el respeto a los mayores por ser fieles luchadores la plena sin musaraña florecida en la montaña las opciones sostenidas en las libres decisiones la trascendencia de los idos que dejaron su querencia: eso y más es el temario en la sabrosura sin amargura de la palabra que da calor encantado en el amor.
Con Los Pleneros de la Cresta encuentro confirmación a mi certeza de que la plena puede cumplir el propósito que su tiempo histórico necesita. El pandero tiene cabida en su circunferencia para golpes repiques cortes innovadores y con el güiro amistoso produce plena suficiente y sorprendente. La palabra puede avivar la conciencia sonar la cadencia sostener la creencia en un pueblo que quiere ser feliz y despierto con la mente alerta y la cintura abierta: podemos bailar y reflexionar. A fin de cuentas se trata de mover el esqueleto y compartir el secreto a voces: esta es la plena que tú conoces y te la encuentras aquí.