Manuel Gómez, Goebbels y los intentos de intimidación política en la Universidad
El miércoles 14 de marzo, en una asamblea extraordinaria de la Facultad de Ciencias Naturales del Recinto de Río Piedras, presenté una moción de resolución para que la facultad repudiara el Informe del Comité Asesor del Gobernador Sobre el Futuro de la Educación Superior en Puerto Rico “Cambio de Rumbo para Dar Pertinencia a la Educación Superior en el Siglo 21”. Presenté la moción ante el hecho de que, a instancias del Presidente de la UPR, la Rectora Guadalupe había dado instrucciones el 15 de febrero para que todas las facultades y escuelas expresaran sus sugerencias y recomendaciones sobre el informe para que, luego de recibir esas expresiones, el Senado Académico del recinto adoptara una posición en su reunión del 19 de abril, previo a la reunión de la Junta Universitaria del 2 de mayo.
Mi resolución proponía rechazar el que se tomara el informe como punto de partida para enmendar la Ley Universitaria o el Reglamento General de la Universidad de Puerto Rico por haber sido generado por un cuerpo externo a la Universidad. Añadía la moción un rechazo al ataque sesgado y antiuniversitario a otras disciplinas contenido en el informe e instaba a otras facultades del recinto a no entrar en un proceso de sugerir enmiendas al informe. Además, recomendaba que las facultades se envuelvan en un proceso de verdadera reforma universitaria que surja de la comunidad universitaria.
Mi planteamiento de rechazo al informe del Comité Asesor del Gobernador se basó además en que el informe propone un cambio de misión de la Universidad y sus recintos a partir de una estrategia particular y coyuntural de desarrollo económico que no representa el consenso de la comunidad universitaria porque no ha sido el resultado de una amplia discusión y deliberación en el seno de dicha comunidad.
El informe del Comité Asesor no refleja un esfuerzo de encontrar puntos de encuentro entre las diversas visiones que existen dentro de la comunidad universitaria. Su análisis parte de identificar la causa de los conflictos universitarios culpando a lo que llama una de las dos facciones que dice que existen en la Universidad. Toma entonces partido con la otra facción sin intentar articular una visión compartida por toda la comunidad con sus diversas lógicas del conocimiento.
A través de la historia de la Universidad, ante reformas universitarias impuestas por los gobiernos de turno, la comunidad universitaria ha clamado porque cualquier intento de reforma universitaria surja de una discusión amplia, abierta e inclusiva desde el seno de dicha comunidad, en el que todos sus componentes tengan oportunidad de discutir y dialogar seria y respetuosamente sobre sus aspiraciones sobre el futuro de la UPR.
Durante la discusión de mi moción, uno de los representantes estudiantiles presentes en la asamblea indicó que el informe del Comité Asesor era un informe sin rigor científico, puesto que sus aseveraciones no estaban sustentadas en evidencia y estudios, si no solo en opiniones personales. Ante esa aseveración la asamblea aprobó que cualquier posición que adoptara la facultad sobre reforma universitaria debería estar sustentada en estudios y evidencias. Leer los muchos artículos del Dr. José M. Saldaña en el periódico El Vocero durante los últimos años atacando a la universidad y volver a ver esas mismas opiniones escritas casi de forma intacta en el Informe del Comité Asesor validan las preocupaciones del estudiante.
Luego de turnos a favor y en contra de mi moción, la misma no prosperó. Fue derrotada en votación de 24 a favor, 29 en contra y un abstenido. Sin embargo, por la reacción que levantó posteriormente en uno de los miembros del Comité Asesor del Gobernador que estuvo presente en la reunión, parecería que por el contrario la moción fue aprobada.
La visceral reacción provino seis días después, en la tarde del 20 de marzo, en forma de un mensaje de correo electrónico de parte del Dr. Manuel Gómez, colega de mi facultad y miembro del Comité Asesor del Gobernador. Gómez me envió ese mensaje, con copia, entre otros, al Decano de mi facultad, Brad Weiner, a la Rectora Ana Guadalupe, al Presidente de la Universidad de Puerto Rico, Miguel Muñoz, y al Presidente de la Junta de Síndicos, Luis Berríos, en un aparente intento de intimidación.
Gómez tituló su mensaje “El Caballo Troyano que está desestabilizando el progreso de la Universidad del siglo 21”. Aunque él estuvo presente en la reunión de facultad del 14 de marzo, no tomó ningún turno durante la discusión. Sin embargo, su mensaje de correo electrónico comenzaba diciendo que ante mi intervención en la reunión había decidido “que no podía quedarme silente sin faltar a los más altos principios de la integridad intelectual y académica que debe caracterizar a todos los profesores.”
Gómez inició su mensaje con una mención a la forma en que nos conocimos y su esperanza en aquel entonces de que yo me desarrollara como uno de los mejores investigadores puertorriqueños de la UPR y la Facultad de Ciencias Naturales, pero que la reunión del 14 de marzo le había traído a la realidad.
Gómez prosiguió su mensaje diciendo que presenté la resolución en la asamblea de forma “calculada para tomar singular ventaja de la evidente falta de familiaridad de los profesores de la Facultad con el informe extenso de nuestro Comité”. Parece que Gómez entiende que los miembros de su facultad no habían leído el informe antes de discutirlo, pero si por eso él objetaba esa discusión, pudo hacer hecho una moción al principio de la asamblea para postergar su discusión hasta que se hubiese leído. No lo hizo, aparentemente porque para lo que él deseaba que ocurriera, que se apoyara el informe, no hacía falta haberlo leído.
Gómez añade en su mensaje que se le hizo imposible comprender mi recomendación de rechazo al informe por ser una recomendación no ponderada y que malinterpreta el informe como uno limitado a recomendaciones sobre la UPR y no sobre el “Sistema de Educación Superior de Puerto Rico”. Prosigue diciendo que, contrario al 1966, actualmente la UPR solo atiende el 25% de los estudiantes matriculados en una institución de educación superior en Puerto Rico, y que este hecho por si solo invalida mi resolución y añade que rechazar el informe de plano, “sin previo análisis y discusión en su totalidad, reflejaría una crasa falta de integridad intelectual.»
Me sorprendió esa aseveración de Gómez, porque, contrario a la encomienda que le dio el Gobernador al Comité, éste precisamente se limitó a ponderar recomendaciones para la Universidad de Puerto Rico, su Ley y Reglamento y los tres escenarios que según el informe se consideraron para el análisis y discusión por el Comité son claramente escenarios que consideran únicamente a la UPR. El Comité debió haber atendido más seriamente la encomienda del Gobernador. Además, ¿cuál es el “Sistema de Educación Superior de Puerto Rico”, cuándo se constituyó, cuáles son sus estatutos? Las instituciones de educación superior en Puerto Rico, ¿constituyen un “Sistema”? La realidad es que no existe un “Sistema de Educación Superior en Puerto Rico” y su reiterada mención en el informe del Comité Asesor parece responder a la deseabilidad de sus miembros de que instituciones privadas puedan eventualmente cualificar para fondos gubernamentales del mismo Fondo General del que se nutre la UPR.
Gómez prosiguió su mensaje indicando que “afortunadamente”, se sintió orgulloso de que “la Facultad de las ciencias exactas que más se acerca a los estándares de una institución de estudios graduados e investigación a la usanza de la universidad norteamericana” rechazara mi moción y que por esa razón, se siente “orgulloso de ser parte de la Facultad de Ciencias Naturales”. Parece que Gómez se siente orgulloso por ser parte de su facultad si la misma no aprueba una resolución en contra de su sentir, por lo que si la facultad aprueba algo en contra de su sentir, entonces no se sentiría orgulloso de pertenecer a la misma. Yo por mi parte me siento orgulloso de mi facultad, irrespectivamente de las muchas veces en que la facultad ha aprobado resoluciones y mociones contrarias a mi posición. Parece muy llano el orgullo de Gómez por su facultad.
Luego Gómez prosigue su mensaje diciendo que se quedó “ponderando hasta largas horas de la noche cómo una persona con tu bagaje académico pudo haber sometido una resolución que va en contra de los principios de la objetividad y respeto a la diversidad de opinión.” Sorprende la mención al respeto a la objetividad y a la diversidad de opinión cuando, precisamente, el Comité Asesor del Gobernador redactó un informe plagado de contradicciones y donde de antemano presenta una visión de Universidad, sin ponderar y presentar en su complejidad la diversidad de opiniones que existen en la Universidad sobre temas mencionados en el informe tales como “economía del conocimiento”, “co-gobierno” y “el modelo norteamericano de gobernanza”, “postmodernismo”, “nacionalismo”, “izquierdismo” y “socialismo”, “multiversidad” y “multiuniversidad”, “cultura puertorriqueña”, “comunidad global” y “nueva visión de mundo”.
Goméz ofrece entonces su conclusión: “Tú te has dejado llevar por las pasiones ideológico-políticas que han empañado tu entendimiento.” Añade que respeta mi derecho a disentir de sus posiciones y a tener mi propia ideología política, pero me dice que traje mi resolución con la “intención de manipular el claro entendimiento esquemático que la Facultad tenía del informe del Gobernador.” Subsiguientemente me acusa de “el uso de métodos de propaganda para tomar ventaja de una relativa y palpable ignorancia sobre el informe en su totalidad.” Y termina esa sección diciendo “Te felicito; Goebbels no lo pudo haber hecho mejor.”
Me gané esa comparación a Goebbels solo por presentar una resolución en una reunión extraordinaria de Facultad para que mis colegas discutieran la misma y luego del debate se aprobara o no, siguiendo la mejor tradición universitaria. Otras facultades de nuestro recinto y de otros recintos ya han pasado por este mismo ejercicio y han adoptado resoluciones sobre el informe del Comité Asesor. Dudo que los y las colegas en esas facultades se hayan sentido manipulados por sus respectivos “Goebbels” boricuas.
Pero aparentemente Gómez entiende que su facultad, de la que dice sentirse orgulloso de pertenecer, no está preparada para discutir el informe porque sus miembros solo tienen un “esquemático” entendimiento del informe y una “palpable ignorancia” sobre el mismo y están sujetos a mis manipulaciones y métodos de propaganda al estilo nazi. Vaya forma de expresar su orgullo por sus colegas de facultad, a quienes yo sí respeto, tanto a los que se expresaron a favor de mi moción como a los que se expresaron en contra. Interesantemente, la mayoría de las otras facultades han aprobado resoluciones expresando su repudio al informe del Comité Asesor por prácticamente las mismas razones que yo expuse en mi resolución.
Gómez añadió en el mensaje que me envió que hay dos vertientes de intromisiones partidistas en la Universidad: “la intromisión del Estado” y “las intromisiones de ideologías políticas de un grupo de colegas y empleados que constituyen la otra interferencia política que yo he decidido denominar como el caballo troyano, cuyo objetivo es desestabilizar la gobernanza de nuestra institución.” Además, me escribió que la autonomía universitaria tiene enemigos externos e internos y que “No puedo respetar a los profesores y empleados que utilizan el santuario de la autonomía universitaria para lograr objetivos ideológico-políticos cuando no pueden usar las urnas para lograr sus objetivos.” y me hizo referencia al artículo publicado por el profesor Jaime Benson ese mismo día en el periódico El Vocero por resumir muy bien lo que me acababa de decir.
Viniendo de Gómez, no sorprende que sobre la “intromisión del Estado” no abunde y tampoco lo haga el informe del Comité Asesor, sobre todo cuando las evidencias de esa intromisión del Estado se han multiplicado bajo el gobierno actual de su partido con, por ejemplo, la ampliación del número de miembros de la Junta de Síndicos y en los cambios de los administradores universitarios con el cambio de gobierno, como si eso no fuese una manera de “desestabilizar la gobernanza de nuestra institución”.
Pero sorprende que Gómez aparente tener una comprensión tan llana de lo que constituye una ideología. Parecería que comparte la opinión simplista del Presidente George Bush, hijo, cuando decía que “o estás con nosotros, o estás con los terroristas”, como si todo fuese así de simple. La visión maníquea de “eres bueno si estás conmigo, malo si no lo estás” nunca debe prevalecer en la universidad. Gómez llama “caballo troyano” a quienes según él tienen el objetivo de desestabilizar la gobernanza de la UPR, pero no reconoce que él también tiene una ideología. Que su partido político se ha empeñado en adueñarse de la universidad a través de la ampliación de la Junta de Síndicos y ha llevado a una incertidumbre de gobernanza en la Universidad, por la ineptitud de sus administradores y por querer imponerse a como de lugar, mandando por decreto, y que él y los administradores universitarios de su misma ideología política son los que están desestabilizando a la universidad.
Según él, ofrecer nuestras opiniones, porque emanan de una “ideología política”, constituye una interferencia política indebida, pero el que él ofrezca su opinión, que aunque él no lo reconozca, también emana de una ideología, para él no es interferencia política indebida, si no buscar lo mejor para la universidad. Si tienes el poder, no es ideología, si cuestionas el poder, eres “ideológico” en su concepción peyorativa, ¡aún en la Universidad! Gómez cree tener la verdad amarrada por el mango; quien no ve algo tan razonable, es porque se le nubla el “entendimiento”. Ese peligroso camino de la certidumbre de sus objetivos, que no reconoce argumentos contrarios, dudas ni debate, fue lo que llevó a Goebbels y al resto del gobierno nazi a la catástrofe en que sumergieron a la humanidad.
Continuó Gómez su mensaje diciendo que “Afortunadamente, Puerto Rico tiene un buen grupo de intelectuales y científicos que forman parte de la Diáspora puertorriqueña” e hizo mención del artículo publicado en 80grados por el doctor Rafael Irizarry Quintero “que sí se leyó el informe” por hacer un “excelente resumen de las razones por las que Puerto Rico tiene que transformar la Universidad del Estado en una de Estudios Graduados y de Investigación en sus tres recintos graduados.” Me indicó Gómez que “Aparentemente, hay que salir de Puerto Rico para entender el contexto universal en el que se debe mover la Universidad del siglo 21.”
Respeto y admiro mucho a los intelectuales y científicos boricuas en la diáspora puertorriqueña, personas como los y las que componen el grupo de trabajo de Cienciapr que han hecho una labor extraordinaria a favor del desarrollo científico en Puerto Rico. Yo actualmente colaboro con ellos en el proyecto de Ciencia para Haití auspiciado por la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia.
Pero nuevamente Gómez peca de ingenuo: no hace falta estar fuera de Puerto Rico para entender el contexto en el que se mueve la Universidad en este siglo. Lo que sí hace falta es no solo ver y comprender un lado de las cosas, si no entender la complejidad de los saberes y formas de llegar a esos saberes en este siglo. No conozco a Rafael Irizarry Quintero, pero su escrito, aunque se alínea con el informe del Comité Asesor del Gobernador, pareciera que genuinamente intenta buscar maneras de mejorar la labor científica en Puerto Rico, pero con limitaciones en su análisis que ya han sido señalados en los comentarios a su escrito en 80grados. Lo que no hace es menoscabar en extremo otras ramas del saber, como hace Gómez y los demás miembros del Comité Asesor con las Ciencias Sociales y las Humanidades en su informe.
Gómez añadió “Es tiempo ya que dejemos las ideologías y las retóricas áridas, estériles y trilladas de quién manda en la Universidad de Puerto Rico y aunemos esfuerzos para conseguir una transformación de la cultura institucional… para permitir a la Universidad expresar su claro potencial para convertirse en una de las mejores universidades del siglo 21”.
Así que las ideologías y las retóricas mías y de las personas que Gómez considera que estamos desestabilizando la gobernanza en la UPR deben ser abandonadas, pero las de él y sus colegas ideológicos no. Yo también pienso que la UPR tiene el potencial de convertirse en una de las mejores universidades del siglo 21, pero para alcanzar su potencial jamás debe abandonar el camino de la democracia participativa en las decisiones trascendentales sobre su futuro, como pretende hacer el Comité Asesor.
Gómez terminó su mensaje diciendo que respeta al Consejo General de Estudiantes por tener “el valor de actuar sobre sus creencias y proponer una contra reforma basada en el principio del co-gobierno.” Me dice que tanto yo como “los que comulgan con tu persuación ideológico-política” debemos proponer nuestra contra reforma y así hacer lo que pidió el Gobernador cuando “expuso el informe del Comité al escrutinio público y no sólo a la reacción de los profesores y empleados de nuestro primer centro docente.” Finalizó diciendo, “puedes estar seguro que le daré la misma consideración a la propuesta que tu grupo haga que la que le he dado a la del Consejo General de Estudiantes”.
Me parece que lo que quiere decir es que cuando él vea un documento de contra reforma de lo que él considera es mi “grupo”, le dará la misma consideración a la que le dio a la del Consejo General de Estudiante, o sea, ninguna. ¿Pero, y cuál es el “grupo” de “persuación ideológico-política” a la que Gómez intenta agruparme en aparente intento de persecución política? Yo soy socialista y en la universidad todo el mundo lo sabe, así que ¿será con los socialistas puertorriqueños, los socialistas del mundo, o un grupo particular de socialista tales como el Movimiento al Socialismo, al cual pertenezco? ¿O se referirá a la Asociación Puertorriqueña de Profesores Universitarios (APPU), asociación que presidí en el 1999 y de la cual en la actualidad soy el Vicepresidente del Capítulo de Río Piedras? ¿O quizás, ya que anteriormente habló de política-partidista, se referirá al Partido del Pueblo Trabajador (PPT) al cual pertenezco? No se, pero aparentemente quiere que, sea cual sea ese grupo, presentemos una contra reforma universitaria. Puedo asegurarles que la APPU, al igual que lo hizo hace casi 50 años atrás, presentará ante la comunidad universitaria y a la extramuros nuestra visión de universidad para el siglo 21 y será una más democrática de la que nos presentó el informe del Comité Asesor del Gobernador. Ya el Partido del Pueblo Trabajador tiene en su plataforma importantes lineamientos sobre la educación en general y la superior en particular que se pueden leer en la página del partido.
La propaganda engañosa existe en la Universidad, la vimos casi todos los días durante las pasadas huelgas en los anuncios que pagó la Presidencia y la Junta de Síndicos en los periódicos del país para atacar todo tipo de disidencia.
Honremos la universidad luchando por una reforma verdaderamente universitaria, que emane de las mentes de los y las universitarias que respetan la misión de la universidad que aparece establecida en la actual Ley Universitaria. Yo por mi parte espero honrar la visión de lo que debe ser la responsabilidad del profesor universitario esbozada por la Profesora Margot Arce de Vázquez en la asamblea de la APPU el año de su fundación, el 4 de noviembre de 1961: “Un profesor universitario no puede encerrarse en su torre de marfil ni desentenderse de los problemas de su tiempo, de su país y de los del mundo entero. Ha de estar bien enterado, formarse una opinión y un juicio personal y tomar honradamente partido sobre ellos. Precisamente, la desaparición del maestro que lamentábamos hace un instante, se debe en gran parte a esa neutralidad que se exige hoy en todas partes de los profesores –cuando no se les exige sumisión– que les impide pronunciarse justamente sobre las cosas esenciales y que más nos importan: sobre la religión, sobre la filosofía, sobre la política. Si el maestro no se sitúa lealmente antes sus alumnos desde su personal concepción del mundo y del hombre, ¿cómo ha de esperar ganar su estimación y respeto? ¿Cómo se entablaría un diálogo de almas cuya condición previa es que se desarrolle en el ambiente de la libertad y el respeto a la persona y no en el de la repetición mecánica, vacía de discernimiento y de vida auténtica, de todas las teorías, ideas y conocimientos?”.