Mi escuelita y la honestidad
Mi escuelita, mi escuelita,
Yo la quiero con amor,
Porque en ella, porque en ella,
Es que aprendo la lección.
Por la mañana bien temprano,
Lo primero que yo hago,
Saludar a mi maestra,
Y después a mi trabajo.
Mi escuelita, mi escuelita,
Yo la quiero con amor,
Porque en ella, porque en ella,
Es que aprendo la lección.
La escuelita ha ganado titulares en los medios de comunicación del país ante la expectativa en que nos mantuvo la gobernadora Wanda Vázquez Garced en lo relativo a si habría de ser candidata a la gobernación en las elecciones de 2020. Había gente y medios noticiosos pendientes a si habría de tomar el curso antes de anunciar su candidatura o después. Había incluso expectativa ante la fecha límite para el curso fijada por el partido, el 15 de diciembre. Mientras más se acercaba esa fecha existía la interrogante relativa a qué pasaría con las personas que tenían hasta el 30 de diciembre para anunciar ante la Comisión Estatal de Elecciones sus respectivas candidaturas. La pregunta que algunos se hacían era ¿qué sucedería con la escuelita del PNP si la gobernadora hacía su anuncio después del 15 de diciembre? Pues ya hizo el anuncio, ya tomó el curso y hasta el exalcalde de San Juan, Jorge Santini Padilla se apuntó y lo tomó.
Ha sido notable el hecho de que ningún medio ha publicado información en cuanto al contenido del curso, su alcance curricular, si cuenta con un examen al final y quién o quiénes son los profesores que tienen a su cargo esa cátedra. No ha habido ni siquiera un esfuerzo para conocer cuál es el contenido del mismo para ver si la información, datos o hechos que se le presentan a los estudiantes son correctos, o si la experiencia es una de propaganda política para que los estudiantes se aprendan una demagogia uniforme para que durante la campaña electoral todos se expresen a viva y una sola voz. No sabemos si es un minicurso de historia de los Estados Unidos de Norteamérica (EUA) ni desde la perspectiva de quién, o uno sobre la historia del anexionismo en Puerto Rico y sus próceres ni desde la perspectiva de quién. De hecho, es bien sospechoso que el PNP no haya publicado esa información voluntariamente, siendo esa reserva una muestra de un temor porque tal publicación revele que su contenido consiste de, tomando prestadas las palabras del principal líder de gran parte del liderato del PNP, que se refiere a aquello en que no cree o que no le conviene creer y aceptar como noticias falsas, mentiras, farsas. (“Fake news, lies, hoaxes”).
No obstante el misterio tras ese currículo y su propósito, y el hecho de que la escuelita es un requisito obligatorio para ser candidato y una vacuna de color azul para la sangre de cada candidato, lo cierto es que a lo largo de la historia de la humanidad los movimientos políticos y hasta los gobiernos que ejercen el poder, hacen uso de diferentes herramientas de educación y de desinformación política para promover sus causas, sus intereses, sus políticas, y un control y manipulación sobre sus huestes y sobre el país cuando cuentan con el poder gubernamental. Esa experiencia humana cuenta con ejemplos en todo el espectro ideológico desde la extrema izquierda hasta la extrema derecha. Es parte de un ejercicio de libertad de expresión, y no hay nada malo en que las personas y los movimientos políticos se eduquen en torno a la historia, la política, la cultura, la sociedad, las ciencias … y hasta la religión, porque las iglesias, templos y mezquitas también lo hacen. El fortalecimiento intelectual e ideológico de los militantes es vital para la lealtad y el sostenimiento de los movimientos, así como la lealtad a las marcas en los mercados por la infinidad de productos disponibles en el comercio. Lo deplorable tras esa educación es cuando tras la misma se aplasta la capacidad de los estudiantes de ser curiosos y curiosas y de pensar por sí mismos y mismas. Eso desafortunadamente ocurre cuando a través de la oferta curricular se miente, se manipula y se exige una pureza particular de pensamiento y de perspectiva, y cuando sin estudiar otras alternativas se rechaza y condena las mismas, al extremo de que la intolerancia, que es incompatible con la libertad de pensamiento y de expresión, se convierte en virtud. Y hay un dato particular en lo que a esa educación respecta, que ha estado histórica y notablemente ausente en las organizaciones políticas de Puerto Rico y en los gobiernos dirigidos por ellas. Ese dato corresponde a que en los países soberanos y en los países que han luchado por su soberanía, uno de los pilares de esa educación corresponde al reconocimiento y respeto por su origen nacional, por su etnia, por su cultura, por su nación, y no por orígenes, etnias, culturas o naciones foráneas. La forma en que el liderato anexionista en la historia de Puerto Rico ha escondido la bandera de Puerto Rico ante la de las cincuenta estrellas, y su indiferencia y desprecio por lo puertorriqueño y nuestra cultura ha sido notable en ese sentido por décadas.
Ante la falta de información en cuanto a la escuelita a través de la prensa me di a la tarea de navegar en el espacio cibernético para ver si encontraba algo de parte de la oficialidad del PNP que me ilustrara en ese sentido, reconociendo el hecho de que en el pasado en otros ciclos electorales han hecho otros ejercicios educativos para sus seguidores en general. No cuentan con una página en el internet ni bajo .com, .net o .org. Cuentan con una página en twitter en donde en lo que a la escuelita respecta solamente aparece el calendario de los seminarios sobre la estadidad. Cuentan además con una página oficial en Facebook en la que aparece el nuevo lema de campaña “Orden y Dirección”, como si fuera una admisión de que a partir del 2 de enero de 2017 el país y el gobierno que han dirigido hubiera carecido de orden y de dirección. Nada había en esa página sobre el contenido de los seminarios. Sí había muchas fotos de políticos profesionales y alza colas sonrientes y llenos de alegría en sus respectivas actividades de corte partidista.
Mientras no contemos con el currículo de la escuelita y ni con los credenciales de quienes imparten la cátedra, tenemos la preocupación en torno a ciertos hechos de la historia que pueden pasar desapercibidos en las horas que tome el curso. Comparto esa inquietud tomando nota de unos datos que han sido ignorados en Puerto Rico por sus gobiernos y el sistema de educación, no solamente como parte de la propia historia de la relación de Puerto Rico con los Estados Unidos de Norteamérica, pero también de la propia historia de esa nación de la cual el liderato del PNP quiere que Puerto Rico forme parte como un estado más. Son unos datos y unas historias que a mí no me enseñaron en momento alguno desde el prekinder hasta la escuela superior y que a medida en que fui adquiriendo conciencia desde la adolescencia de que soy puertorriqueño, boricua, y no otra cosa, me di a la tarea de aprender por mí mismo. Por el mismo hecho de que nunca me los enseñaron, y por lo que han dicho y dicen, y han hecho y hacen los líderes anexionistas desde antes de Luis Ferré Aguayo para acá, ellos tampoco lo saben, y si lo saben o lo han sabido, lo reprimen, lo esconden, lo obvian. Así lo hacen porque la anexión es solamente una marca, como las marcas comerciales, para competir por el poder y para alcanzar el poder con el único propósito de satisfacer una vida de privilegios socioeconómicos y políticos que han disfrutado como políticos profesionales toda la vida, desde escaños o contratos cuando pierden elecciones. Detallo algunos de esos hechos que son importantes y tienen que formar parte del conocimiento personal para pensar como puertorriqueños por uno mismo, no importa si como parte de ese pensamiento se quiere negar lo que se es o dejar de ser lo que se es para ser otra cosa, para formar parte de otra nación.
– El significado de la palabra dignidad, y cómo la dignidad del ser humano es inviolable, y ante ello cómo y por qué tenemos que estar preparados para defender esa dignidad y la de nuestro prójimo.
– En la Declaración de Independencia de los Estados Unidos los 56 delegados de las trece colonias declararon por unanimidad entre otras cosas que las personas son dotadas de ciertos derechos inalienables; que entre estos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad y que para garantizar esos derechos se instituyen gobiernos, que derivan sus poderes legítimos del consentimiento de los gobernados, es decir de los ciudadanos. (Énfasis suplido). ¿Cuántas personas que forman parte del PNP conocen ese detalle de la referida declaración?
– No obstante los referidos derechos inalienables, y el hecho de que para garantizar esos derechos se instituyen gobiernos, que derivan sus poderes legítimos del consentimiento de los gobernados, es decir de los ciudadanos, a partir el momento en que luego de una invasión en 1898 y que derrotaran al gobierno español, el gobierno del país al que se quieren unir como estado, nunca ha reconocido la plenitud del derecho a la vida, a la libertad y a la búsqueda de la felicidad de los puertorriqueños, insituyendo gobiernos que no salvaguardan la plenitud de esos derechos, y cuyo poder no emana de los puertorriqueños, Emana del poder de las fuerzas armadas de los Estados Unidos y a su vez de su Congreso. Qué mejor ejemplo de ello que la imposición sobre Puerto Rico de la Junta de Control Fiscal (JCF), por la que los puertorriqueños no votan. Peor aún, nos imponen la JCF por culpa de nosotros mismos a pesar de que nunca hemos contado con la libertad plena de gobernarnos a nosotros mismos y siempre bajo el control y la supervisión de los EUA, y no solamente nos la imponen. Nos obligan a pagar por ella y al sol de hoy los costos de la misma, y la de sus asesores, peritos y abogados y la de asesores, peritos y abogados de acreedores a quienes también tenemos que hacerles pagos, ascienden a más de tres cientos millones y seguimos contando. ¿Cuántos líderes del PNP han expresado indignación por ello y han presentado proyectos de ley para retar esa imposición y prohibirle a la Secretaría de Hacienda hacerle pago alguno a la JCF y a esos acreedores?
– Al final de la Declaración de Independencia los delegados expresan que para garantizar esos derechos inalienables y establecer un gobierno propio hay que dar la vida, la fortuna y el honor. Preguntémonos cuántos líderes anexionistas desde el 1900, año en que se organizó el primer partido político en Puerto Rico para promover la anexión han dado su vida por la anexión, y cuántos han vivido de esa idea, de esa ilusión, ¿Cuántos han sufrido la pena del arresto y de la cárcel por el ideal de la anexión? ¿Cuántos han hecho sacrificios económicos y dejado a un lado la buena vida por el ideal de la anexión? ¿Cuántos ante el gobierno de los Estados Unidos han luchado por su honor y su dignidad por la anexión, o acaso, siendo un gran ejemplo de ello todos sus comisionados residentes han sido funcionarios de vestidos de buen gusto con abrigos de invierno dedicados a pedir con latitas para promover la dependencia y para pedir la anexión como un favor?
– Para determinar cuántos representantes iba a tener cada estado en el Congreso se dispuso originalmente en la constitución que la representación dependería del total de la población de cada estado. Para determinar el número, los esclavos no iban a contar uno por persona. Eran menos que una persona, ya que cada uno iba a contar tres quintas partes de una persona. Esa determinación racista y discriminatoria para fines numéricos quedó abolida como parte de la Guerra Civil entre 1860 y 1865, pero el lastre racista persiste y con fuerza hasta el día de hoy siendo su actual presidente el mejor ejemplo.
– Desde antes del 1898 el gobierno de los EUA había puesto sus ojos sobre Puerto Rico, no porque quería asociarse con los puertorriqueños de iguales a iguales. El interés era uno político y militar porque Puerto Rico era la principal Isla para entrar y salir del Mar Caribe y desde sus tierras, la Marina de Guerra de los EUA podía ejercer control y vigilia sobre todos sus intereses en el Sur y Centro de las Américas y sobre todas las Islas de Caribe. Por ello el invento de la Guerra Hispano Americana no fue una casualidad. Noten que al estallar la guerra contra España, los EUA no fueron a las costas españolas a bombardear sus puertos ni a invadir sus tierras. Toda la guerra se peleó en las tierras de las Filipinas, de Cuba y de Puerto Rico como parte de un plan deliberado del gobierno de EUA de invadirlas para quedarse con ellas y con otras islas del Pacífico controladas por España.
Así lo hicieron y en menos de un año después de que estallara la guerra, todos los territorios que EUA quería se convertieron en territorios de los EUA, sin que los filipinos, los cubanos, o los puertorriqueños hubieran hecho acto de guerra alguno contra el pueblo norteamericano. Ver libro del Lcdo. Luis Nieves Falcón, Un siglo de represión politica (1898-1998) (2009).
– El primer gobierno civil establecido por los EUA en Puerto Rico fue uno militar. El segundo en el año 1900 fue uno civil pero en el que el gobernador, su gabinete y los jueces del Tribunal Supremo de Puerto Rico y del Tribunal Federal que se estableció en la Isla pasaron a ser nombrados por el Presidente de los EUA, sin participación democrática alguna por parte de los puertorriqueños. Solamente nos confirieron a manera de dulce, de bobo o apaciguador, el derecho de elegir una cámara de representantes y las alcaldías de los pueblos, y todo sujeto al “poder plenario” del Congreso, según la bendición brindada por el Tribunal Supremo de los EUA a esa legislación a través de los Casos Insulares. De esos mismos Casos Insulares y del propio récord congresional cuando se debatía la aprobación de un gobierno civil para Puerto Rico en el año 1900, se desprende la perspectiva racista del gobierno de los EUA hacia los puertorriqueños, que tenían que ser civilizados por el hombre blanco norteamericano, por sus tradiciones, cultura y educación. Así también se desprende de las revistas norteamericanas y de artículos jurídicos y políticos de aquella época.
– En el 1917 nos dieron un poquito más, el derecho de tener además de una cámara de representantes un senado, pero bajo los mismos “poderes plenarios”. También nos dieron como si fuera un regalo la ciudadanía de los EUA, para ejercer mayor control sobre la población, al convertirnos en objetos de su poder político.
– A lo largo de las décadas a partir del 1900 fueron estableciendo bases militares en la Isla, comenzaron a reclutar con o sin servicio militar obligatorio a jóvenes ́puertorriqueños para que en y fuera de Puerto Rico protegieran los intereses de EUA. Ese proceso llegó al nivel más alto a partir del final de la década de 1930 y durante la Segunda Guerra Mundial cuando Puerto Rico se convirtió en un bastión militar para el ejército, la marina de guerra y la fuerza aérea de los EUA.
– A lo largo de las décadas a partir del 1900 el gobierno de los EUA fue transformando la economía de Puerto Rico de manera tal que pasara a ser un territorio agrario y comercial para beneficio de empresas norteamericanas y más adelante de carácter industrial, hasta que en el año 1996, el gobierno de Puerto Rico bajo la dirección de Pedro Rosselló González y Carlos Romero Barceló, entregaron los incentivos contributivos federales que promovían artificialmente nuestra economía con las empresas 936, a cambio de nada.
– Ante la resistencia e incomodidad de los puertorriqueños con la relación política y económica, a medida en que el nacionalismo puertorriqueño se fue organizando y combatiendo el coloniaje, las ansias por el cambio, la justicia social y la libertad fueron reprimidas y criminalizadas en la década de 1930 y desde entonces por décadas. Mientras tanto se gestionaba la aparición de unos clientes entre la elite económica y política de Puerto Rico que sirvieran el interés de los EUA por mantener el control absoluto de los puertorriqueños. Los clientes fueron encontrados en el Partido Popular Democrático (PPD) a quienes primero confirieron la figura del gobernador electivo en 1948 y el derecho de adoptar una constitución supuestamente autónoma en 1952, que fue mortalmente aniquilada y desnudada por el propio Tribunal Supremo de EUA en el caso de Commonwealth of Puerto Rico v. Sánchez Valle 136 S. Ct. 1863 (2016) y por la imposición de la ley PROMESA y la JCF. Los líderes anexionistas Miguel Ángel García Méndez y Luis Ferré Aguayo fueron cómplices por acción y omisión en los procesos a través de los cuales se encaminó la adopción de esa Constitutción.
– El gobierno del PPD se convirtó a su vez en cómplice de la represión y criminalización del independentisno y así fue junto al liderato del PNP en las ocasiones en que llegó al poder, y ni el reconocimiento de esa violación a los derechos civiles y humanos de los puertorriqueños a través de la Opinión del Tribunal Supremo de Puerto Rico en Noriega v. Gobernador 122 D.P.R. 650 (1988), el caso en el que se prohibió el carpeteo político en Puerto Rico, ha liberado al independentismo de ese estigma y tampoco ha roto esa cadena sobre el derecho a la libertad de pensamiento de los puertorriqueños.
– No obstante la obligación aceptada por el gobierno de los EUA al formar parte de la creación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y como parte de ese tratado, de promover las paz entre todos los pueblos del mundo, y que como parte de esa obligación estaba la de promover la autodeterminación de los pueblos del mundo sometidos al coloniaje, y de que como parte de esos esfuerzos los EUA promovió la creación del Estado Libre Asociado (ELA) en 1952 con su propia constitución, los EUA mintieron ante la ONU. Para sacar a Puerto Rico de la lista de territorios coloniales en torno a los cuales tenía que rendir informes hasta que alcanzaran su autodeterminación, allí anunciaron en 1954 que Puerto Rico había alcanzado ese nivel de autodeterminación a través de un trato con los EUA que solamente podía ser enmendado o cambiado a través de un acuerdo bilateral. El liderato del PPD fue cómplice de ello y a través de esas representaciones y que del propio récord congresional para aprobar el ELA se decía todo lo contrario, lograron que Puerto Rico fuera excluido de la referida lista. Desde entonces los EUA han tratado a Puerto Rico de forma contraria, a su gusto y gana, hasta retrotraernos con la Ley PROMESA y la JCF nuevamente al año 1900, el momento del trato con poderes plenarios de forma descarnada.
– En todas las guerras en las que los EUA ha participado a partir de la Primera Guerra Mundial se han convertido puertorriqueños en soldados y se ha derramado la sangre de puertorriqueños para defender los intereses de los EUA y sin contar los puertorriqueños con el derecho de optar por no participar en las mismas considerando el hecho de que Puerto Rico no ha tenido interés alguno en los conflictos bélicos de Corea, Vietnam, Irak, Afganistán, entre otros, y considerando el hecho de que los puertorriqueños no cuentan con participación como pueblo en la deliberación relativa a si se debe o no participar en esos conflictos.
– El gobierno del PNP ha contado con el control de la Comisaría Residente en el Congreso después de las elecciones de 1968, 1976, 1980, 1992, 1996, 2008, 2012, y 2016 y durante esos ciclos electorales no ha llegado ninguno de los proyectos de ley presentados por el liderato del PNP para convertir a Puerto Rico en estado a la aprobación en la Cámara y el Senado de los EUA hasta llegar al escritorio del Presidente. Ese dato prueba el hecho de que no existe un derecho a convertirse en un estado de los EUA y eso lo sabe el liderato del PNP. Ese dato prueba el hecho que se niegan a aceptar, de que no somos como ellos y como no somos como ellos no nos quieren en la mesa del comedor de los cincuenta estados desayunando, almorzando y comiendo con ellos.
– A lo largo de la historia del PNP se le ha prometido falsamente al electorado que la anexión será de fresa y chocolate, porque es para los pobres y vendrá en español, con el derecho a participar en concursos de belleza internacionales y en competencias deportivas internacionales, y que entonces con la voz y el voto en el Senado y la Cámara seremos iguales y nos respetarán, obviando el hecho de que cualquier poder de representación se diluirá siendo dos de 102 en el Senado y siete de 435 en la Cámara. No explican cómo esa participación hizo diferencia cuando se prohibieron las peleas de gallo en los estados en los que se practicaba esa actividad (me niego a decir que eso es un deporte o una industria porque en esa actividad no compiten seres humanos y la misma no produce bienes ni servicios). No comprenden que las pesetas norteamericanas dicen en su cara posterior “E Pluribus Unum” del latín, que en español significa de todos uno, y no de todos vamos a ser muchos grupos juntos.
Esta es solo una pequeña parte de todo lo que hay que aprender de nuestra relación con el gobierno de los EUA, gobierno del cual los anexionistas quieren formar parte como un estado más. Pero como si fuera poco, los puertorriqueños no hemos sido los únicos en el mundo que hemos sido víctimas del maltrato y las hipocresías de los gobiernos de los EUA, y subrayo, su gobierno, porque nuestro problema no es un problema con los norteamericanos de a pie de cualquier raza, etnia, género o religión de costa a costa y de Hawaii y Alaska. Otras naciones del mundo y en particular de la región del mundo de la que somos parte, Latino América, han sido víctimas de esa conducta también.
Después de la elección del Presidente Donald Trump, el liderato demócrata de los EUA y casi todos los principales medios de comunicación y las agencias de inteligencia internacional de los EUA viven dándose golpes de pecho ante las revelaciones relativas a la intervención del gobierno de Rusia en el proceso electoral del año 2016 con el objetivo de promover la elección de Trump, intervención que se sospecha continua para las elecciones del 2020. Peor aún, el liderato republicano le sirve de coro al propio Presidente Trump negando que esa intervención hubiera sido cierta. De paso, los prominentes líderes del PNP afiliados al Partido Republicano, empezando por Jennifer González, y siguiendo por Thomas Rivera Schatz y Johnny Méndez, nada dicen en cuanto a eso, no obstante la abundante prueba y fuera de duda razonable que ha desfilado a través del informe de Robert Mueller y de las vistas públicas llevadas a cabo en la Cámara de Representantes de los EUA y los libros publicados en los últimos dos años por investigadores y periodistas prominentes de los EUA. Esos golpes de pecho contrastan con la intervención descarnada en los procesos electorales de Puerto Rico desde el año 1900 y peor aún desde que se permitió a Puerto Rico participar en la primarias presidenciales. Desde entonces no solamente vienen los candidatos presidenciales a Puerto Rico para recoger dinero para sus campañas y para hacer promesas electorales preprimarias que luego de ganar la candidatura y la presidencia no cumplen, pero también vienen con la misma desfachatez candidatos congresionales para recoger fondos de incautos que no pueden votar por ellos pero les pagan quinientos, mil, dos mil quinientos dólares por plato de desayuno, almuerzo o comida, para sentirse con ellos importantes y para escuchar promesas que tampoco serán cumplidas. Jamás he visto o escuchado a una persona o a un periodista confrontar a esos políticos norteamericanos, a esos hipócritas, y menos aún a los políticos profesionales de Puerto Rico con la pregunta relativa a qué pasa que a Puerto Rico no aplica el hecho de que las personas son dotadas de ciertos derechos inalienables; que entre estos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad y que para garantizar esos derechos se instituyen gobiernos, que derivan sus poderes legítimos del consentimiento de los gobernados, es decir de los ciudadanos.
Ante las denuncias contra el gobierno de Rusia, Vladimir Putin y su gobierno han rechazado las imputaciones en su contra, pero aún cuando todo lo que se le imputa al presidente de Rusia y su gobierno fuese cierto, es difícil comprender de qué se queja el gobierno de los EUA cuando históricamente ha hecho precisamente lo mismo y en ocasiones de forma abierta y violenta a lo largo y ancho del mundo. Si nos remontamos al comienzo del siglo pasado, y esto es solo parte de la historia, cuando poco después del fin de la Guerra Hispanoamericana y luego de ocupar militarmente a la Isla de Cuba, el gobierno de la EUA permitió que Cuba se independizara. Lo permitió sujeto a que en la Constitución cubana hubiera una disposición conocida como la Enmienda Platt. Por virtud de la misma los EUA se reservaban el derecho de intervenir en los asuntos políticos de Cuba dentro del marco de una serie de condiciones políticas y económicas, comprometiendo de esa forma la soberanía de los cubanos.
Después de dicha acción contra el pueblo cubano, entre otros actos de intervención en otros países, el gobierno de los EUA promovió la independencia de Panamá en 1903, como parte de sus planes de ejercer control sobre la construcción y la administración de la Zona del Canal de Panamá, dividiendo a Panamá por la mitad. En aquel entonces Panamá era una provincia de Colombia convirtiéndose en una república independiente sobre la cual ejercieron influencia desde entonces y hasta que el General Omar Torrijos Herrera lograra reconquistar la soberanía sobre la Zona del Canal a través del tratado Carter – Torrijios en 1979. No obstante ese logro y ese acuerdo, por décadas el gobierno de los EUA mantuvo una escuela militar, la Escuela de las Américas, en Fort Benning, cerca de Columbus, estado de Georgia, en la que preparó y adiestró en asuntos militares a numerosos oficiales de los ejércitos de varias naciones de Latino América quienes a su vez servían en sus respectivos países los intereses económicos, políticos y militares de los EUA. Entre los más notorios estudiantes se encuentra el General Manuel Antonio Noriega, dictador de Panamá que llegó al poder después de la misteriosa muerte del General Torrijos en un accidente de aviación ocurrido en 1981. Noriega mantuvo el poder en Panamá desde 1983 hasta el 1989 cuando el propio gobierno de EUA, cuando entendió que ya Noriega no servía sus intereses, invadió a Panamá y arrestó a Noriega llevándolo a los EUA para procesarlo criminalmente, luego de matar a un sin número de civiles y de panameños como parte de la invasión, número sobre el cual no hay certeza al día de hoy.
Otros notorios egresados de la escuela son el General Jorge Videla, Jefe de la Junta Militar de Argentina de 1976 a 1981 y su sucesor, el General Leopoldo Galtieri de 1981 a 1982. De Bolivia el General Hugo Banzer Suárez quien fue dictador de 1971 a 1978; y de El Salvador el Capitán Roberto D’Aubuisson quien fue el gestor del asesinato del Arzobispo Oscar Arnulfo Romero y quien fue el organizador del Escuadrón de la Muerte que sembró el terror en el país del 1978 al 1992. En lo que a dicha escuela y el impacto de la misma en varios gobiernos latinoamericanos respecta ver el libro de A. J. Langguth, Hidden Terrors (1978). Langguth fue profesor de periodismo de la Universidad de California del Sur (USC), egresado de la Universidad de Harvard y fue corresponsal del New York Times en Saigon durante la Guerra de Vietnam además de ser reportero de otros medios.
Después de la intervención en Panamá para tomar el control sobre la zona del canal, entre el año 1912 y el 1933 el gobierno de los EUA ocupó la República de Nicaragua, y posteriormente, una vez cesó la ocupación, quedó instaurado en dicho país el gobierno del dictador Anastasio Somoza García, posteriormente seguido por sus hijos Luis Somoza Debayle y Anastasio Somoza Debayle quienes mantuvieron el poder con el apoyo de los EUA, hasta el derrocamiento de la familia Somoza por el ejército Sandinista en el año 1979. La llegada al poder de Anastasio Somoza García con la ayuda del gobierno de los EUA provocó críticas al recién electo Presidente Franklin D. Roosevelt que respondió a las mismas refiriéndose a Somoza como “He [Somoza] may be a son of a bitch, but he’s our son of a bitch.” (“El será un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta”). Con esa manifestación no solamente deshonró su liberalismo decmocrático pero también la Declareación de Independencia de los EUA. Entre el año 1915 y el 1934, el gobierno de los EUA ocupó también la República de Haití y entre el año 1916 y el 1924 a la República Dominicana.
En lo que a la propia Rusia respecta, durante la primera Guerra Mundial, tropas de los EUA intervinieron en la Guerra Civil Rusa como parte de los esfuerzos por combatir y derrotar el ejército revolucionario que alcanzó el poder en esa nación en el año 1917 como parte de la Revolución Bolchevique.
Luego de la Segunda Guerra Mundial, y habiendo sido ya creada la Agencia Central de Inteligencia (CIA), el gobierno de los EUA invirtió sumas millonarias de dinero en los procesos electorales italianos a partir del año 1948 para favorecer la victoria del partido político en Italia que favorecía sus intereses. En 1953, a través de la CIA, brindó apoyo al Sha Mohammad Reza Pahlavi (el Sha de Irán) para derrocar el gobierno democráticamente electo del primer ministro Mohammed Mossadegh en Iran. Desde entonces el Sha se convirtió en dictador por más de 25 años hasta el triunfo de la revolución iraní en el 1979. En 1954 el gobierno de EUA promovió el derrocamiento del presidente guatemalteco democráticamente electo, Jacobo Arbenz, y luego del derrocamiento del dictador dominicano, Rafael Leonidas Trujillo en 1961, el gobierno de los EUA intervino militarmente en 1965 en la República Dominicana brindando su apoyo a las fuerzas armadas dominicanas que promovieron el derrocamiento del presidente democráticamente electo Juan Bosch. Entre el final de la década de 1959 y directamente a partir del 1965 y hasta el 1973 intervino en Vietnam, para impedir la reunificación del país como parte de los esfuerzos del pueblo vietnamita por conquistar su independencia total, primero de Francia en 1954 y después de la intervención norteamericana hasta el 1973. En 1970, según instrucciones del entonces presidente Richard Nixon, la CIA, interfirió en las elecciones en las cuales fue electo democráticamente el presidente Salvador Allende para posteriormente promover su derrocamiento a través de un sangriento golpe de estado del 11 de septiembre de 1973. Luego de un proceso de desestabilización política y económica promovido por la propia agencia lograron el golpe de estado después del cual el General Augusto Pinochet se hizo cargo del gobierno como dictador hasta el año 1990.
Bajo el mandato del Presidente George W. Bush, y como secuela de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, bajo la falsa premisa de que el gobierno de Sadam Hussein de Irak contaba con armas de destrucción masiva, el gobierno de los EUA orquestó la invasión de dicho país y el derrocamiento de ese gobierno. La invasión dio paso a una guerra que duró varios años y cuya inestabilidad política persiste en esa zona del mundo al día de hoy, siendo la causante de decenas de miles de muertes de civiles y del estado de guerra presente en la nación de Siria que colinda con Irak. Bajo esa misma presidencia también se invadió a Afganistán, conflicto bélico que no ha terminado todavía y que se estima que al año 2017 junto a la guerra de Irak alcanza a más de dos trillones de dólares.
Estos son unos pocos ejemplos de cómo el gobierno de los EUA, sin pedir permiso a los habitantes de otros países, interviene en ellos para promover sus propios intereses. Como fuentes de información que discuten dicha conducta como parte de su política internacional ver los libros del periodista del New York Times y del Philadelphia Inquirer y egresado de la Universidad de Columbia y su escuela de periodismo, Tim Weiner, ganador del Purlitzer Prize por sus reportajes en torno al presupuesto de gastos del Departamento de la Defensa de los Estados Unidos y la CIA. Los libros son Legacy of Ashes: The History of the CIA y Enemies: A History of the FBI. Por el libro sobre la CIA ganó el National Book Award en el 2007. Ver además la base de datos recopilada por el científico político Dov Levin de la Universidad Carnegie Mellon en la que detalla 81 esfuerzos por parte de los Estados Unidos de América de influenciar elecciones presidenciales en otros países entre el año 1946 y 2000.
Con estas historias, ¿de qué se quejan entonces los líderes políticos y analistas norteamericanos? Quien no respeta la dignidad y la libertad de otros pueblos, no puede quejarse de que intereses foráneos quieran y traten de interferir en los asuntos de su propia casa, y menos aún denunciar los mismos como afrentas a la integridad de sus instituciones y de su llamada democracia.
Por otro lado, nos preguntamos, por qué los grandes países como los EUA hacen lo que hacen en el mundo, haciéndose pasar como los policías de la Tierra para alegadamente velar por la libertad y la paz en otros pueblos. Es por el deseo de acaparar la mayor cantidad de poder en el mundo ya sea directamente o por el control a través de influencias para fines militares, comerciales, industriales, agrícolas y financieros. Es por el deseo de controlar el mayor número de mercados posibles para comprar sus materias primas y para vender sus productos. Es por eso que desde el triunfo de la Revolución Norteamericana en 1783, tenían los ojos puestos en la expansión, y así lo hicieron. Poco a poco fueron ganando terreno empujando y diezmando a las naciones indígenas hasta llegar al Río Mississippi. Le compraron a Francia el territorio de Louisiana en 1803. Despúes continuaron masacrando las naciones indígenas limitando su existencia a vivir en reservaciones. Anexaron el territorio de Texas en 1845 y después el de California 1846 y le quitaron a México más de la mitad de su territorio en 1848 al terminar una guerra, concluyendo de esa forma la expansión total hasta la costa del Pacífico. Después se apropiaron del archipiélago de Hawaii en 1898 y en ese mismo año se inventaron la guerra contra España para apropiarse de las Islas Filipinas y de otras islas para ejercer el control sobre importantes rutas marítimas en el Océano Pacífico y en el Atlántico a Cuba y Puerto Rico con el mismo propósito. Tras esa historia hay un hilo conductor, y ese es el ejercicio y el dominio del poder sobre el mayor número de territorios y pueblos posibles, directa o indirectamente. ¿Ha sido todo esto materia de estudio, análisis y debate en los seminarios sobre la anexión para poder ser candidatos a un puesto por el PNP?
No creo que eso haya sido así, ni siquiera partiendo de la Declaración de Independencia de los EUA, porque esa no es la historia que le interesa al liderato del PNP, y menos en una escuelita que consituye un foro en el que no se honra la verdad, y ni siquiera los principios y valores cívicos de los gestores de la revolución de las trece colonias como Benjamín Franklin, Thomas Jefferson, Thomas Paine, Alexander Hamilton, Jorge Washington, entre otros, quienes a su vez se nutrieron del pensamiento de filósofos europeos anti autoritarios y anti monárquicos del siglo dieciocho. Es un foro como todo el partido que honra solo dos de las palabras de la insignia de la palma: la igualdad y la seguridad. La igualdad corresponde a la igualdad entre ellos porque nunca les ha interesado ser verdaderamente norteamericanos porque de lo contrario, verdaderamente conocerían el origen y la historia de esa nación para verdaderamente ser parte de ella o para darse cuenta de que son otra cosa. La seguridad corresponde a la seguridad de sus bolsillos y la de mantener el control sobre la fiambrera del presupuesto de Puerto Rico, y la red de influencias, contactos sociales, políticos, comerciales y económicos para mantener y compartir entre ellos el poder a través de toda clase de esquemas legales e ilegales, solapados y secretos, algo así como los chats, y en ocasiones a plena luz del día sin que el público por todas las distracciones se dé cuenta.
Es penoso que un movimiento político que a través de diferentes partidos políticos ha contado en nuestra historia con más de cien años, a la altura del siglo XXI tenga la necesidad de someter a sus candidatos a un proceso “educativo” en torno a lo que es la anexión. Es un reconocimiento del fracaso de nuestro sistema educativo en lo que respecta al estudio de nuestra historia y nuestra cultura, que con mucho esfuerzo, trabajo y sudor, los artistas y trabajadores de nuestra cultura han mantenido y defendido, Es un reconocimiento sobre el fracaso del sistema educativo de Puerto Rico para incluso enseñar la historia y cultura del país al que se quieren incorporar como estado. Peor aún, la falta de un reconocimiento por parte de ese liderato de esa realidad constituye un grave acto de deshonestidad. Pero ¿qué podemos esperar de una Comisionada Residente que ante su principal líder político, el Presidente Donald Trump y su conducta corrupta como primer mandatario y su desdén hacia Puerto Rico y los puertorriqueños tiene una venda en sus ojos que no es la venda de la dama de la justicia? ¿Qué podemos esperar de un presidente del Senado que en hemiciclo del Senado y como parte de su oposición al nombramiento de Pedro Pierluisi como Secretario de Estado le dice bacalao y desde que él se postula para gobernador por el PNP no hace un solo señalamiento crítico a su candidatura? ¿Qué podemos esperar de un Presidente de la Cámara que luego de la publicación del chat del gobernador y sus amigos le dio largas al asunto no siendo días y días después de la publicación del mismo que cuando las protestas y marchas se convirtieron en insostenibles e intolerables para el resto del liderato del PNP, que vino a decir que si el gobernador no renunciaba iba entonces a dar curso a un proceso de residenciamiento? ¿Qué podemos esperar de una gobernadora que como Secretaria de Justicia no utilizó su poder y su deber para investigar y perseguir la corrupción, mirando hacia otro lado o dejando la misma en manos de las autoridades federales, y que una vez alcanzó la gobernación ha seguido mirando hacia el mismo lado ante los escándalos de su propio gobierno que se siguen descubriendo ante eventos anteriores y posteriores a la renuncia del que Pierluisi tildaba como un jovencito sin capacidad para gobernar y que después que lanza su candidatura dice que no se arrepiente de haber apoyado en el 2016? ¿Qué podemos esperar de un liderato que después de la vergonzosa conducta de un gobernador y de sus asesores más íntimos, barren con la misma desvergüenza debajo de la alfombra del olvido esa historia? Evidentemente, o no dicen lo que piensan o dicen lo que no piensan, y esa deshonestidad es grave, y es fatal, especialmente cuando se olvidan de lo que habían dicho en los ayeres.
Peor aún, es una deshonestidad que cuenta con dos puntas, la de ignorar por acción y omisión su propia cultura, su propia historia, pero también la propia cultura e historia del país del cual quieren formar parte como estado cuya ciudadanía dicen atesorar. Ese desconocimiento es evidente ante la falta de conocimiento del contenido de la Declaración de Independencia y los principios tras la Carta de Derechos de la Constitución de los Estados Unidos (las primeras diez enmiendas de la Constitución) y en particular la Primera enmienda, la que habla de que no habrá ley que restrinja el derecho a la libertad de expresión, derecho trascendental para la libertad de pensamiento. El desconocimiento de ese derecho y de la importancia de la libertad de pensamiento es parte de la ropa con la que se visten todos los días porque la única libertad de expresarse que promueven es la de ellos. Ese comportamiento ha sido más que evidente en lo que va de este siglo y en los dos cuatrienios en los cuales han ejercido el control del gobierno de Puerto Rico, asumiendo la postura del banquete total y del gobierno sin consideración alguna de la opinión de las “minorías” al implantar políticas y aprobar leyes. Esa expresión fue más evidente en este cuatrienio en el que alcanzan el gobierno con apenas el 41.80% de los votos y el 23 % del total de los electores inscritos, (668,510 votos a favor de RRN ante 2,867,557 electores inscritos) procediendo a gobernar y legislar ignorando por completo el resto de los puertorriqueños que no piensan como ellos.
El ejercicio de la autodeterminación, no es solamente el ejercicio de adquirir conciencia de lo que uno es como persona, como familia, como comunidad y como pueblo y nación. Parte de ese proceso corresponde al ejercicio de la adquisición de esa conciencia con honestidad y franqueza ante los hechos, ante la historia, y ante la verdad. Mientras no nos levantemos de manera franca y honesta para estudiar y aprender de los hechos, de la historia y de la verdad, seguiremos condenados como personas a ser víctimas y esclavos de la mentira, de la hipocresía y de la falsedad, convirtiéndonos en objetos, para el uso y el desuso por aquellos que haciendo uso de la ignorancia, de las mentiras y de la deshonestidad, puedan seguir ejerciendo el poder sobre nosotros y sobre nuestra sociedad.