Puerto Rico no es una isla
A Beatriz, mi maestra de archipiélagos.
A diferencia de la solidaridad, que es horizontal y se ejerce de igual a igual, la caridad se practica de arriba-abajo, humilla a quien la recibe y jamás altera ni un poquito las relaciones de poder.
-Eduardo Galeano
Puerto Rico no es una isla; es un archipiélago. Esta aseveración parece sencilla, pero está lejos de serlo. Héctor Sánchez, el turistólogo, ya la había declarado y había alegado argumentos geográficos significativos para sustentarla. Pero reconoce la rareza de su postura.¿Por qué esta idea de nosotrxs no es parte de nuestro sentido común colectivo? Sospecho que la lógica de lo único, de lo individual y de lo aislado se nos impone, impidiéndonos atisbar lo fructífero que pudiera ser pensarnos y actuar como un junte de islas a pequeña escala. Ya Marta Aponte Alsina y otrxs magníficxs escritorxs de nuestro gran Caribe han apostado por dicha mirada y su consecuente poética. Vamos a convertirla en política.
Como me ha dicho Beatriz, si actuáramos como archipiélago, tendríamos uno de los mejores sistemas de transporte marítimo: diverso, accesible, frecuente, puntual. Si actuáramos como archipiélago, la clase de natación sería número uno en la oferta de educación física en el sistema de educación pública. Si actuáramos como archipiélago dejaríamos de relacionarnos con nuestras llamadas islas-municipios con la caridad o el turismo por delante –que, a veces, vienen a ser lo mismo– y ensayaríamos una política solidaria inspirada en las mejores prácticas al uso.
Si nos concibiéramos como archipiélago, la lógica colectiva, solidaria y participativa podría ser parte de nuestra cotidianidad. Conoceríamos la historia de Culebra, Vieques, Mona, Monito, Desecheo y Caja de Muerto, por no mencionar la historia de nuestros cayos. El mar sería nuestro espacio del encuentro con esa historia que nos une.
Puerto Rico es muchas islas. Puerto Rico es un archipiélago. Vamos a atrevernos a serlo.