¿Qué Igualdad?
Ahora los mismos personajes que encabezaron esa infamia, encabezan el Comité de la Igualdad, a nombre de la fracasada Plancha Tenesí, y actúan sin mandato. Se les olvida que ganó el boicot a pesar del vaciado de listas. Y vienen con otro plan oculto a nombre de una falsa igualdad, que nos cuesta millones en cabildeo.
¿Qué clase de igualdad es una que nos impondría pagar contribuciones federales, además de las estatales y municipales, cuando no podemos ni con las nuestras? No ser iguales, es beneficioso, es lo que nos ha permitido, por la Ley 600, no pagar contribuciones federales, que de hacerlo, nos rompería el espinazo.
Una igualdad que nos quita poderes porque con la estadidad nuestras contribuciones, las que recogemos aquí, no irían al gobierno de Puerto Rico, irían al Tesoro de E.E.UU , para que allá decidan dónde y cómo se usan. Entonces para poder tener maestros, funcionarios, policías, UPR, Centro Médico, Corporaciones públicas, Agencias, Red Sísmica, etc., y crear proyectos propios, tendríamos que aumentar dramáticamente las contribuciones federales, estatales y municipales. Ese horror se traduce en vivir con en una austeridad permanente y empobrecedora. O sea, tendríamos que levantar otros miles de billones de dólares adicionales a los que se enviarían a Washington para mantener el gobierno.
Una falsa igualdad que oculta la estadidad, es que al votar por el Presidente y tener legisladores en el Congreso, no podríamos defender lo que nos hace diferente, nuestra lengua materna, el Comité Olímpico, entre otros. Recordemos que el Tribunal Supremo de EE.U.U. ha dicho “…ningún estado puede entrar con privilegios y derecho que no aplican de forma similar en otros estados.» Iniciarían la suplantación de una lengua por otra. Y a esa subordinación insufrible del idioma, que es el peor de los coloniajes, lo llaman igualdad.
Una igualdad extraña que pide a espaldas del país un territorio incorporado que es pagar contribuciones federales sin representación, un colonialismo a la cuarta potencia. Perjudicar al país lo llaman igualdad, cuando se niegan a impulsar el desarrollo económico , e implementar incentivos y proyectos beneficiosos sí no son compatibles con la estadidad. A ese fanatismo lo llaman igualdad.
Ese tipo de igualdad nos desigualaría con lo mejor de nosotros mismos. Una igualdad que tampoco nos permitiría participar como país en ningún tipo de concursos internacionales, sea de literatura, ciencias, artes, teatro, deportes, belleza, entre otros. No volveríamos a experimentar colectivamente el gozo patriótico de ver a nuestros atletas representar a nuestro país. Y a ese desprecio por lo propio lo llaman igualdad. ¿Qué clase de igualdad te quita el país? Porque dejaríamos de serlo para convertirnos en minoría perpetúa. Y a esa derrota moral de perder la libertad, de ser lo que somos, lo llaman igualdad. A lo que debemos aspirar es a tratar de ser igual a lo mejor de nosotros mismos. No somos mejores o peores, somos puertorriqueños.
La estadidad es culturalmente un suicidio y económicamente es incosteable. No les basta con la quiebra económica, ahora quieren la quiebra espiritual, mientras empobrecen al pueblo y legislan leyes esclavistas.