«Ratings»… poner el oído en tierra
¡Somos número uno! Esta consigna se escucha a menudo de labios de la emblemática “La Comay”, el personaje principal del programa de chismes SuperXclusivo, seguida de música de fanfarria. Y no es para menos, la industria de la televisión descansa en los ratings para medir la acogida de su oferta en la audiencia.
La alta gerencia de las televisoras, los productores y hasta el talento asumen los datos de las encuestas como si fuesen una especie de profecía que augura el declive o éxito de un programa. No obstante, por lo bajo siempre se ha cuestionado la representatividad de los estudios que miden esa alegada popularidad.
Para disipar las dudas que provocan los ratings, ejecutivos de la empresa Nielsen Media sostuvieron un conversatorio con un grupo de periodistas afiliados a la Asociación de Periodistas de Puerto Rico (ASPPRO). El encuentro, que tuvo lugar en el Taller de Fotoperiodismo, en San Juan, se celebró como parte de las actividades de la Asamblea Anual del gremio.
¿Quién determina cuál es número uno?
En abril de 2010, Nielsen Media Puerto Rico obtuvo el auspicio de los principales canales de televisión para realizar estudios de mediciones de audiencia. La firma de investigación de mercados acordó con Telemundo, WAPA TV y Univisión fiscalizar el consumo de programación televisiva de, al menos, 500 familias.
De acuerdo con Víctor Vázquez, director ejecutivo de medios en Nielsen Puerto Rico, la compañía sigue una estricta metodología que recopila, diariamente, la sintonía de todos los programas televisivos disponibles a través de antena o subscripción por pago. La selección de los hogares que conformaron el Puerto Rico People Meter (PRPM) se escogió al azar en 76 de los 78 municipios del archipiélago. Vieques y Culebra no estuvieron incluidos en esa muestra.
Cada una de las personas que accedió a participar en el estudio tenía que ingresar un código cuando observaba la novela o noticiario de su predilección. Todos los días, durante tres años, esa información fue recogida por un metro y reinterpretada individualmente por cada uno de los canales de televisión.
René Amado Figueroa, ejecutivo de cuenta sénior de Nielsen Puerto Rico, explicó que en 36 meses la compañía pudo trazar un patrón de consumo, una información vital para programadores, publicistas y profesionales de la industria de mercadeo. Esta práctica también contribuye a mantener la muestra fresca.
Ese proceso se traduce en la unidad de medición que tanto saborean los trabajadores de nuestra televisión, el rating. Vázquez indicó que un rating es igual a un punto porcentual de la audiencia. Es decir, si la novela de las siete en Telemundo obtuvo 14 puntos de rating, el 14 por ciento de la población de 500 encuestados estaba sintonizado el canal dos.
Los ejecutivos de Nielsen Puerto Rico defendieron el hecho de que 500 hogares son representativos de una población de 3.5 millones de habitantes al resaltar que en la ciudad de Nueva York, con 8 millones de habitantes, esa misma compañía evalúa 1,100 familias.
Patrón de consumo
Las encuestas de Nielsen, correspondientes al periodo entre enero y mayo 2011, derribaron algunos mitos en torno a la solidez de la televisión puertorriqueña tras la embestida de los servicios de subscripción por pago.
Según datos de la firma encuestadora, casi el 64 por ciento de la población contrata televisión por cable o satélite. En promedio el boricua observa televisión durante cuatro horas diarias, escogiendo entre un abanico de 79 canales. A pesar de ello, casi el 60 por ciento de los televidentes sintonizan los canales locales durante la franja estelar que se ubica entre 5:00 de la tarde y 11:00 de la noche.
Este patrón de consumo podría interpretarse como un espaldarazo a la moribunda industria televisiva local. Aunque las novelas cuentan con un gran respaldo, los noticiarios y los programas de variedades, como Súper X-clusivo, Dando Candela, entre otros producidos localmente, resultan favorecidos en las encuestas.
Las informaciones de actualidad y los especiales permiten a Telemundo, WAPA TV y Univisión acaparar un público que, por lo regular, disfruta de televisión por cable, resaltó Figueroa.
Ante este panorama, surgen varias preguntas: ¿Responde la fuga de nuestra audiencia televisiva a canales estadounidenses, latinoamericanos y europeos a la falta de contenido en nuestra programación local? ¿Habrá mercado para una propuesta criolla novedosa?
Si los directivos de los principales canales de televisión realmente responden a los ratings, es tiempo de poner el oído en tierra.
*Yadira G. Nieves Pizarro es profesora del Departamento de Comunicación en la Universidad Interamericana Recinto de Bayamón.