Recordando al Terror: un año sin Luis Días
Hace un año se fue de gira permanente. Y su ausencia física se siente. Pero más fuerte se siente su presencia mucho más allá del cuerpo.
Luis Díaz Portorreal. Luis Dias. El Terror. Padre del rock dominicano, dicen unos. Toro bravo, dicen otros. Patrimonio Cultural Dominicano, según el mismísimo Consejo Nacional de Cultura de la República Dominicana. «Uno de los más grandes compositores de nuestra República Dominicana», según Juan Luis Guerra. El que «vivió como le dio la gana,» según su colega rockero Tony Almont. «El artista dominicano más rebelde que hemos tenido» y «el compositor más grande de la música popular dominicana», según el merenguero Sergio Vargas.
Irreverente, perspicaz, tierno, contradictorio, indomable, a veces insufrible, siempre genial.
Aquí varios ejemplos:
A su muerte en diciembre del año pasado, los artistas Alex Guerrero, Reynaldo García Pantaleón, Rider Ureña, Miguel Luciano y Chiqui Mendoza, se unieron en Nueva York para crear el «Retrato Pop de Luis – Terror – Días», una enorme obra compuesta por 256 pequeños retratos 6″ x 6″. Esos retratos luego fueron repartidos entre los asistentes a la celebración de la vida de Luis Días y ahora figuran prominentemente en paredes y altares de gente que—como yo—no somos los mismos luego de conocer la música del Terror.
Aún en vida, el Terror ya era un héroe musical, un cult figure que afortunadamente andaba, reía y bebía entre sus admiradores. Y gracias a la imaginación colectiva, eso sigue siendo y así lo sigue haciendo.
Sin el Terror, faltarían en este mundo muchas cosas. Convite no habría sido Convite. La carrera artística de muchos artistas dominicanos no serían las mismas… o quizás nunca hubiesen despegado. También le faltarían muchas canciones claves a la música popular. Sergio Vargas no se hubiese popularizado como solista al son de «Marola» ni «Las vampiras» ni tantas otras canciones de la autoría de Luis Días. Wilfrido Vargas no hubiese grabado «La pringamosa» ni Sandi Reyes o Dioni Fernández «El guardia del arsenal» ni Sonia Silvestre «Yo quiero andar» o «Andrecito Reina» ni Marc Anthony «Si he de morir» ni Haciendo Punto en Otro Son «Salve pa’ subir la vo» ni Fernando Villalona «Carnaval«. Shakira y Wyclef Jean tampoco se habrían metido en un lío legal por tomar prestado sin permiso el estribillo de «Carnaval» para «Hips Don’t Lie«. A la banda sonora de la película hollywoodense «Pride and Glory» (2008) le haría falta el tema «Borracho» de Luis Días y Las Maravillas. El rock y la música alternativa dominicana no serían lo mismo. Las fusiones que se hacen entre música raíz dominicana con otros estilos musicales tampoco serían lo mismo. La Ruta no tendría su versión de «Echale Ga» ni Yasser Tejeda habría compuesto «El merenguito«. La Sovietika no tendría «La amiguita» o «Diablo morena». Rita Indiana no sonaría a Rita Indiana. Y la lista sigue y sigue.
Jorge Suberví, bajista de Las Maravillas de Luis Días y co-fundador de La Sovietika dice de la influencia del Terror en su música:
«Lo que más nos ha influenciado de Luis es la irreverencia con la que él hacía sus cosas y su pocaverguenza para exponerlas. Con Luis aprendimos que a la gente hay que ponerla a bailar y bufear. Eso de tocar tan serio no está cool. Digo, es en serio que vamos a tocar, pero es para que goces en serio y muevas seriamente el trasero. Si Luis no hubiera grabado su producción Merenrock, es probable que La Sovietika no hubiera existido. Eso de tocar folklor y merengue en un set-up de banda de rock (batería, bajo, percusión y guitarra eléctrica), los músicos de República Dominicana se lo debemos a él. Seguro que eventualmente a otra persona se le hubiera ocurrido hacerlo, pero eso de tocar merengue, palo, ga-gá o congo con los instrumentos ya mencionados, y no para cantar cantos tradicionales del campo, sino para ponerle letras y melodías nuevas con armonías de jazz, rock, blues y más vainas, la comenzó él. Se fue al campo a recoger para reciclar en la ciudad. Y cuando le cogió con hacer canciones con mensaje y contenido hubo que quitársele del lado. Sí, toy besando culo pero es que el loco no era loco na.»
Le hice la misma pregunta a la cantautora Irka Mateo y ella me respondió:
«Luis mas bien fue un guía musical. Me llevó por los caminos de la música folklórica dominicana, tanto haciendo viajes juntos a los campos y desglosándome la música y su significado o siendo parte del trío que teníamos cuando era más joven, donde le hacía voces y tocaba percusión. Siendo parte de su música seguí adentrándome en nuestro legado folklórico y aprendiendo que puedes utilizar los estilos e imprimirle tu propio sello.»
No puedo resistir repetir lo dicho por Suberví: el loco no era loco na. Y amarro sus palabras a las de Nina Paulino al final del video que sigue: Lo que pasa con Luis Días es que no come pendejá.