Mujeres que izaron los pañales de sus pequeños como bandera de lucha, renunciando a dejarlos en el olvido, llegaron —en plena dictadura— hasta la Plaza de Mayo, en una eterna y valiente peregrinación.
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Mujeres que izaron los pañales de sus pequeños como bandera de lucha, renunciando a dejarlos en el olvido, llegaron —en plena dictadura— hasta la Plaza de Mayo, en una eterna y valiente peregrinación.