En realidad, pude reconciliarme con “la vuelta del perro”. El auto, lenta y ruidosa circulación de imágenes turbias, es prótesis del cuerpo encamado de mi madre: cámara que se desliza por espacios yuxtapuestos de tantos siglos.
En realidad, pude reconciliarme con “la vuelta del perro”. El auto, lenta y ruidosa circulación de imágenes turbias, es prótesis del cuerpo encamado de mi madre: cámara que se desliza por espacios yuxtapuestos de tantos siglos.
Nada queda de aquel viejo chef que solo apreciaba sus propias recetas, cenar en casa y acostarse en el suelo a leer. De aquel padre nuestro, nada resta.
En ese castillo se filmará en par de meses un episodio de «Game of Thrones», justo al lado del Archivo, un edificio en el cual alrededor de 50 investigadores llegan a diario a mirar, leer y transcribir documentos sobre la conquista y colonización de América.
Aquel librito de carpeta dura color de rosa que nos dieron en primer grado, era bien extraño, le faltaban el color café con más o menos tonalidades de leche y los pelos crespos.
La tumba escritural está vacía; el Gabo ha muerto, pero su imaginación nos sigue hablando. En plena Semana Santa, El otoño del patriarca nos invita a releer la Biblia para reflexionar atentos sobre los discursos religiosos empleados a diario como mecanismos de manipulación política.
Yo pensaba en los años 80 que tenía la imaginación de un cronopio visionario, pero me sentí en un instante como estatua visitada por hombres y cosas del futuro.
Cuál pueda ser el efecto de la Ley 160 y conocer las condiciones de los maestros y alumnos en su desempeño diario fueron los objetivos de mi entrevista a cuatro maestros, una alumna y una egresada de la Escuela Especializada de Ciencias y Matemáticas University Gardens.
Me fui a Estados Unidos por exactamente las mismas razones que lo siguen haciendo la mayoría de nuestros alumnos de hoy en el campo de las Humanidades.
Mejor escuchar las experiencias, buenas y malas, de algunos de nuestros jóvenes egresados de Literatura Comparada, mirar qué caminos han transitado y pensar si pudiera ser esta una opción para abrirse paso en el mundo.
No conocía demasiado a la Jennie, pero sabía que era la única a quien nunca controlaría doña Eustacia. A ella no la podían botar, porque no iba a donde le estuvieran tasando centímetros del cuerpo para medir sus pecados.
Soy sobreviviente del cáncer pero no la vencedora de una guerra. He aprendido a extenderle la mano al enemigo que me ha regalado la dicha de ser otra más allá de mí misma.
¿Cómo extirpar el miedo sin acallar la multiplicidad de imágenes y voces que disienten? ¿A qué realidad accedemos y cómo pensamos a través de narraciones e imágenes?