«No podemos seguir esperando, no más cartas, no más reuniones con la promesa de que se atenderá esta situación, no más abusos con los docentes. Te esperamos!!!!»
«No podemos seguir esperando, no más cartas, no más reuniones con la promesa de que se atenderá esta situación, no más abusos con los docentes. Te esperamos!!!!»
En ocasiones anteriores los portones cerrados estaban atendidos por piquetes de estudiantes, trabajadores y profesores. Como cuestión de principio yo no cruzo piquetes. ¿Es lo mismo una valla de pupitres vacíos? Creo que no.
La huelga de estudiantes del verano de 2010 convirtió al Recinto de Río Piedras en un “parque temático”… así lo piensa el profesor Torrecilla, quien abunda aquí en otras ideas polémicas.
«Los estudiantes son el único sector social que parece haber avanzado en años recientes… han logrado la sabiduría de la dignidad y la persistencia. Deben calcular ahora cómo avanza y se fortalece más su movimiento».
«Ha circulado en la prensa un reportaje en el que la Presidenta de la Junta de Síndicos, Ygrí Rivera, hace un uso acomodaticio y desafortunado de mi artículo, pretendiendo usarlo como una cuña para dividir el profesorado».
“Me parece que lejos de simplificar y descartar de manera automática lo expuesto convendría abordar responsablemente lo que éste explicita y propone. Para esto se requiere estar dispuestos a leer con apertura”.
“Decir que la APPU no nos representa es desconocer que la APPU sí representa a aproximadamente el 50% de los docentes en Río Piedras y cuenta con sobre 800 miembros a nivel del sistema de la UPR”.
El pasado 16 de febrero la Facultad de Derecho de la UPR aprobó por unanimidad una Resolución ante la crisis universitaria. Se considera un documento fundamental, que traza un norte de acción y reflexión.
«¿Qué quiere decir fungir como docentes? Primero, reconocer que es indispensable que nuestros posicionamientos surjan de un análisis autónomo en tanto sector universitario singular.»
El autor hace una defensa emocionada del espacio universitario y de las resistencias que se han suscitado a la presencia policíaca. No obstante, llama la atención a las posibilidades de un callejón sin salida.
«La lucha estudiantil no puede verse como algo aislado. Por el contrario, desde su inicio ha sido un movimiento de carácter amplio, con una resonancia general, contra una política gubernamental de naturaleza agresiva».
«Esta universidad es parte integral de mi vida. Primero como estudiante y luego como docente, llevo 41 años caminando por los pasillos de nuestro recinto y aún me emociona entrar al ámbito de nuestra Torre».
Hoy jueves 10 de febrero el Recinto de Río Piedras de la UPR amanecerá, por primera vez, con un paro simultáneo de empleados no docentes, profesores y estudiantes.
A continuación la declaración de los profesores universitarios sobre la entrega de calificaciones este viernes y un llamado a salvar la educación pública universitaria.
APPU denuncia que las intenciones del Gobernador de reestructurar «desde sus cimientos la UPR» son un grave atentado a la autonomía universitaria.
Una mayoría evidente parece condenar enérgicamente las acciones de intimidación y la violencia desatada por manifestantes contra personas y propiedad universitaria.
La profesora María Elena Rodríguez expone el proyecto de una reunión urgente del Claustro, en el histórico Teatro, con el fin de aunar fuerzas y voluntades en defensa de la Universidad, más allá de las discrepancias.
Profesores intensifican la búsqueda de una solución a corto y largo plazo a la crisis presupuestaria, conscientes también de evitar una confrontación de peores consecuencias.
La mayoría de los comentarios críticos se han originado en correos electrónicos y redes como Facebook. La profesora Madeline Román suscribió, no obstante, una declaración formal.
El profesor Waldemiro Vélez, representante docente en la Junta de Síndicos de la UPR, responde al documento suscrito por un grupo de profesores titulado «La universidad que queremos».
Se propone al personal docente de la Universidad que se reduzca el sueldo en forma voluntaria entre uno y tres por ciento. En el fondo de ello, el autor reclama un pensamiento más profundo sobre la «política» de hoy e interroga las estrategias de las izquierdas.