Siempre polémico, mordaz y tierno. Edgardo Rodríguez Juliá, conversa con Mario Alegre Barrios y confiesa que le «obsesiona apalabrar los ocultamientos del alma humana, eso para mí es cada vez más importante».
Siempre polémico, mordaz y tierno. Edgardo Rodríguez Juliá, conversa con Mario Alegre Barrios y confiesa que le «obsesiona apalabrar los ocultamientos del alma humana, eso para mí es cada vez más importante».
Lo contemporáneo en los libros de Consuelo Gotay se hace visible en el elegante diseño gráfico, en la integración de la palabra con la imagen, en el uso inteligente de los espacios vacíos.
Editoriales y librerías locales e internacionales estarán presentes en carpas a lo largo del Paseo La Princesa. Participan treinta autores locales y cuarenta internacionales.
Como quien marca las pautas de interpretación, Rodríguez Juliá identifica cuatro claves o “señas de identidad” que son recurrentes en las obras paradigmáticas del Caribe antillano.
Muñoz arremete contra lo que percibe como una seria amenaza a la integridad lingüística y cultural del país. “En un pueblo de la isla vi un establecimiento rotulado Agapito’s Bar.”
Se puede decir que Puerto Rico está obsesionado, abrochado, fijado a la fórmula de la unión permanente y que dicha fijación impide la articulación y el movimiento de un deseo más allá de su identificación.
Este relato breve entrelaza las vidas del autor puertorriqueño, Edgardo Rodríguez Juliá, con la de su amigo querido, el escritor nicaragüense, Sergio Ramírez.