En el verano de 1966 escribió su segunda canción, que lo daría a conocer en el mundo entero, la clásica danza “Verde Luz” que grabó su nombre en el pentagrama universal.
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En el verano de 1966 escribió su segunda canción, que lo daría a conocer en el mundo entero, la clásica danza “Verde Luz” que grabó su nombre en el pentagrama universal.
¿“Patria novia”? ¿“Isla mía, flor cautiva”? ¿“Isla doncella”? Para quien quiera consentir a esos calificativos, queda la contundente respuesta de Dávila: “¿pero es que tú no te abochornas?”.