Una de las derrotas más rotundas y contundentes en las elecciones del 2012 en Puerto Rico la recibió el fundamentalismo religioso. Si algo se probó es que no tienen el poder para elegir a nadie.
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Una de las derrotas más rotundas y contundentes en las elecciones del 2012 en Puerto Rico la recibió el fundamentalismo religioso. Si algo se probó es que no tienen el poder para elegir a nadie.