Humanidades Puerto Rico presentará el libro «1898: Visual Culture and U.S. Imperialism in the Caribbean and the Pacific» en un evento en el Teatro Raúl Juliá del Museo de Arte de Puerto Rico el 1 de febrero a las 7:00 […]
Humanidades Puerto Rico presentará el libro «1898: Visual Culture and U.S. Imperialism in the Caribbean and the Pacific» en un evento en el Teatro Raúl Juliá del Museo de Arte de Puerto Rico el 1 de febrero a las 7:00 […]
Usualmente desacreditada y vista como manipulación de las masas, Fidel Castro dio a la política una dimensión nacional-popular revolucionaria que coloca en primer plano la subjetividad colectiva.
Las consecuencias geopolíticas de la terrible experiencia de la Segunda Guerra Mundial, lejos de agotarse, se hacen sentir cada vez con mayor y más sórdida violencia.
El secuestro de las niñas de Chibok ha detonado la indignación mundial, y la exigencia de que estas sean regresadas a sus hogares sanas y salvas. Sin embargo, tiene que hacerse algo más.
La solidaridad sin condiciones es puro fanatismo, venga de donde venga; y la idolatría a las figuras de gobierno es tan perniciosa como la adulación al liderato opositor. No hay una verdad revolucionaria que se oponga de manera absoluta ante la mentira reaccionaria.
Nunca ha estado tan claro que la única opción real y verdadera es la de asumir las riendas de la isla. No ha existido mejor momento que el presente para dejar a un lado las nefastas prácticas de los invasores.
Ni en Estados Unidos ni en la Unión Europea existe la “seguridad jurídica” que con tanta vehemencia reclaman de nuestros países. Por lo tanto, hay que reforzar la unidad de los países de Nuestra América.
Salir de la crisis requiere conocer de forma profunda y superar los límites políticos, económicos e ideológicos dentro de los cuales surgió. Lo demás son cambios cosméticos, ineficaces, con fines electorales, que alargarían la lucha por la libertad.
El conflicto iniciado con la intervención de la OTAN en Libia no es sino el inicio de una confrontación mayor a ser librada por Estados Unidos y Europa frente la República Popular China en el continente africano.
Mientras que en Puerto Rico las preguntas sobre la identidad nacional llevaron a los posnacionalistas a alejarse del concepto del imperialismo, la historia fue distinta entre los “nuevos americanistas”.