Si vamos a tener un déficit de democracia (un estado de excepción), nosotros, los ciudadanos, debemos ser el superávit crítico que contrarreste ese ejercicio ilegítimo del poder.
Si vamos a tener un déficit de democracia (un estado de excepción), nosotros, los ciudadanos, debemos ser el superávit crítico que contrarreste ese ejercicio ilegítimo del poder.
Las alertas que hace la Juez Germán cobran gran pertinencia en estos momentos en que nuestra judicatura está asediada por fuerzas poderosas que influyen la toma de decisiones.
Todo nuestro sistema de justicia descansa en la frágil presunción de que esos a quienes les toca adjudicarle a cada cual lo que le corresponde, lo harán honradamente, con honestidad y libres de ataduras.
Los jueces, y aquellos aspirantes al cargo, no pueden estar inmunes al ojo crítico ciudadano. El poder será ejercido. La pregunta es si será ejercido en términos y bajo condiciones que podamos percibir como válidas.