Cada cual, en última instancia, ha de llegar a ser su propio maestro. Pero para ello hay que rodearse, desde la niñez, de genuinos educadores.
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Cada cual, en última instancia, ha de llegar a ser su propio maestro. Pero para ello hay que rodearse, desde la niñez, de genuinos educadores.
Mi punto es defender la supremacía de lo fantástico en la medición de aquello que contabilizamos como calidad de vida en la ciudad.
A pesar de la competencia de videojuegos, teléfonos inteligentes y ordenadores, la televisión ocupa el lugar preferido del tiempo libre de los niños.