No permitamos que este absurdo se perpetúe, continuemos luchando por la excarcelación de Oscar López Rivera. Son 34 años de largo e inmerecido encierro.
No permitamos que este absurdo se perpetúe, continuemos luchando por la excarcelación de Oscar López Rivera. Son 34 años de largo e inmerecido encierro.
“…la celda la tienen a una temperatura de congelamiento, el frío le llega a los huesos, ¡y no le permiten ni una sudadera! La única ventanilla que tiene su celda se la taparon y no puede ni ver el cielo”.
Cuando por la presión y la solidaridad de los puertorriqueños se libere a Oscar López, estaremos dando un paso fundamental: el que contestaría la pregunta clave de este tiempo que no es ¿qué somos? sino ¿qué podemos hacer?
Te celebro como padre y como abuelo Oscar y quiero pensar que tu ejemplo de hombre amoroso, sincero y sencillo, se pueda convertir en una convocatoria.
La primera vez que te vi, en el verano del 91, en la cárcel de Marion, Illinois, donde estaba recluido entonces, fue a través de un cristal. Tú estabas en brazos de tu madre y movías los ojos con curiosidad.