El protagonismo de la figura lo desprendió de su comunidad sonora y el brillo de su pregón fue perdiendo la frescura de su son, aunque cantantes brillantes los hubo y los hay.
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El protagonismo de la figura lo desprendió de su comunidad sonora y el brillo de su pregón fue perdiendo la frescura de su son, aunque cantantes brillantes los hubo y los hay.
Como un maleante literario, Luis Rafael Sánchez ha transparentado uno de los elementos principales de la cultura del pasado siglo: que las barreras entre lo que antes se clasificaba como alta y baja cultura se han borrado.