Ya sabemos que nuestro gobierno, siempre tan carente y tan excesivo a la misma vez, es capaz de soñar con su propia lotería, convencido, como dice el anuncio, de que «la suerte lo anda buscando».
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Ya sabemos que nuestro gobierno, siempre tan carente y tan excesivo a la misma vez, es capaz de soñar con su propia lotería, convencido, como dice el anuncio, de que «la suerte lo anda buscando».